FÚTBOL.- El chambergo de Del Nido fue otra vez talisman en Riazor
Deportivo de La Coruña, 0; Sevilla C.F., 3.-
Mucho se está hablando del sombrero del presidente sevillista Del Nido. Mascota negra en Copa y calva blanca para la Liga. Tapa para las seseras en el torneo del K.O. y pista abierta en la Liga de las estrellas. Aunque nadie del Sevilla da por perdido el poder volver y asegurar los puestos de Champions, en esta competición de la regularidad, parece ser que el club se ha centrado más en la Copa del Rey, con el fin de lograr algo destacado en el curso futbolero, tras las últimas decepciones y los sorprendentes fracasos competitivos.
Desde que estuvo Juande Ramos en el banquillo del equipo de Nervión, el once que prepara Jiménez no se ha comido aún una buena rosca. Como frente al mejor equipo del mundo, el Barcelona, el chambergo que lució Del Nido en el Camp Nou en la ida y en el Sánchez Pizjuán a la vuelta le ha metido en cuartos de final, todas las fuerzas actuales del Sevilla se han centrado en llegar a la final de este torneo, que aunque quieran vestir al mono, sigue siendo una competición menor. Ahora bien, si Del Nido, con mascota negra estilo Al Capone, y el de Arahal, con sus llantinas por las bajas y la ausencia, se conforman con estos pequeños frutos, con poca cosa se quiere llenar al final el cesto deportivo del centenario club de la ciudad de la Giralda.
Es verdad que queda aún mucha Liga y que con las altas de Kanouté y Luís Fabiano, el equipo cambiará para hacer la revolución en la segunda parte del torneo de Liga. Mientras tanto, el club de Nervión intenta calmar las ambiciones deportivas con las metas puestas en la Copa del Rey. Ya se sabe: O tumba o resurrección. Jiménez ha de tener muy en cuenta la marcha atrás que ha dado el equipo en la Liga, sin lograr premios gordos ante equipos muy vulnerables, así como la fortuna que tuvo en los octavos de la Copa del Rey, con los errores de alineación de Pep Guardiola en su campo y la enorme actuación de Sanpalop en la vuelta, incluido el chambergo de José María del Nido, gran amuleto de la suerte.
Los sevillistas están siempre bastante entretenidos, entre la mascota sorprendente del gobernante del club de Nervión, y los aires chirigoteros del director deportivo Monchi, que con César Cadaval y José Manuel Soto, entre otros, quieren dejar mucha huella sevillana en el Falla gaditano. Aquí el que no está contesto, satisfecho y sonriente es porque no quiere o no puede.
Así, entre mascota negra a lo Del Nido y chirigota cantada con arrebato por Monchi, las espadas estaban en todo lo alto en el terreno de Riazor, con un trepidante Deportivo-Sevilla. Lotina y Jiménez se jugaban algo más que tener que demostrar su prestigio en el orden técnico. Aquí, en estos partidos del torneo del K.O. no vale ganar por puntos, sino por más de un gol, marcado por supuesto al equipo contrario.
Paso adelante del Sevilla para la semifinal. Contundente 0-3 en Riazor. Jugó con enorme ritmo y calidad el equipo de Jiménez, que fue siempre muy superior a un desdibujado y aturdido Deportivo. Los hombres de Lotina nunca fueron rivales peligrosos para el cuadro de Nervión. Bien colocado sobre el terreno de juego, presionando, jugando con velocidad por los extremos, aquello fue para el Sevilla coser y cantar. Jugando de forma tan pobre el Deportivo, el once hoy vestido de rojillo, era el amo del cotarro. Además, en el palco presidencial, Del Nido con el sombrero amuleto. Fue Negredo quien en el titubeo del portero local logró marcar en un buen pase de Navas. Pese a la reacción del once gallego, solamente logró mandar un balón a la madera. Siempre era el dueño del balón y de las jugadazas más eficaces y positivas el Sevilla.
Buscó el Deportivo superar sus males, apretando al acelerador y fabricando más acciones ofensivas. Pero cuando se estiró el once de Riazor para acortar distancias, fue el Sevilla quien aumentó aún su dominio y su enorme labor, jugando con más talante y con mejores formas. Dos goles más –Renato y Navas--, y un claro tanteador que deja las puertas muy abiertas para el partido de vuelta en el Sánchez Pizjuán y la gloria para vivir justamente la semifinal, aunque en este sorprendente torneo del K.O nunca se puede asegurar nada. Sin embargo, el Sevilla de Jiménez, que está muy mentalizado en la Copa del Rey, ha dado un paso muy importante para seguir haciendo estragos, al igual que el sombrero del presidente en esta competición. Hasta volvió el “fabuloso” Fabiano en los últimos minutos del partido y casi estuvo a punto de marcar un cuarto gol. Pero ya el cuadro blanquiazul estaba entregado. El Sevilla fue netamente superior. Arrollador. En fin: Chapeau.
Mucho se está hablando del sombrero del presidente sevillista Del Nido. Mascota negra en Copa y calva blanca para la Liga. Tapa para las seseras en el torneo del K.O. y pista abierta en la Liga de las estrellas. Aunque nadie del Sevilla da por perdido el poder volver y asegurar los puestos de Champions, en esta competición de la regularidad, parece ser que el club se ha centrado más en la Copa del Rey, con el fin de lograr algo destacado en el curso futbolero, tras las últimas decepciones y los sorprendentes fracasos competitivos.
Desde que estuvo Juande Ramos en el banquillo del equipo de Nervión, el once que prepara Jiménez no se ha comido aún una buena rosca. Como frente al mejor equipo del mundo, el Barcelona, el chambergo que lució Del Nido en el Camp Nou en la ida y en el Sánchez Pizjuán a la vuelta le ha metido en cuartos de final, todas las fuerzas actuales del Sevilla se han centrado en llegar a la final de este torneo, que aunque quieran vestir al mono, sigue siendo una competición menor. Ahora bien, si Del Nido, con mascota negra estilo Al Capone, y el de Arahal, con sus llantinas por las bajas y la ausencia, se conforman con estos pequeños frutos, con poca cosa se quiere llenar al final el cesto deportivo del centenario club de la ciudad de la Giralda.
Es verdad que queda aún mucha Liga y que con las altas de Kanouté y Luís Fabiano, el equipo cambiará para hacer la revolución en la segunda parte del torneo de Liga. Mientras tanto, el club de Nervión intenta calmar las ambiciones deportivas con las metas puestas en la Copa del Rey. Ya se sabe: O tumba o resurrección. Jiménez ha de tener muy en cuenta la marcha atrás que ha dado el equipo en la Liga, sin lograr premios gordos ante equipos muy vulnerables, así como la fortuna que tuvo en los octavos de la Copa del Rey, con los errores de alineación de Pep Guardiola en su campo y la enorme actuación de Sanpalop en la vuelta, incluido el chambergo de José María del Nido, gran amuleto de la suerte.
Los sevillistas están siempre bastante entretenidos, entre la mascota sorprendente del gobernante del club de Nervión, y los aires chirigoteros del director deportivo Monchi, que con César Cadaval y José Manuel Soto, entre otros, quieren dejar mucha huella sevillana en el Falla gaditano. Aquí el que no está contesto, satisfecho y sonriente es porque no quiere o no puede.
Así, entre mascota negra a lo Del Nido y chirigota cantada con arrebato por Monchi, las espadas estaban en todo lo alto en el terreno de Riazor, con un trepidante Deportivo-Sevilla. Lotina y Jiménez se jugaban algo más que tener que demostrar su prestigio en el orden técnico. Aquí, en estos partidos del torneo del K.O. no vale ganar por puntos, sino por más de un gol, marcado por supuesto al equipo contrario.
Paso adelante del Sevilla para la semifinal. Contundente 0-3 en Riazor. Jugó con enorme ritmo y calidad el equipo de Jiménez, que fue siempre muy superior a un desdibujado y aturdido Deportivo. Los hombres de Lotina nunca fueron rivales peligrosos para el cuadro de Nervión. Bien colocado sobre el terreno de juego, presionando, jugando con velocidad por los extremos, aquello fue para el Sevilla coser y cantar. Jugando de forma tan pobre el Deportivo, el once hoy vestido de rojillo, era el amo del cotarro. Además, en el palco presidencial, Del Nido con el sombrero amuleto. Fue Negredo quien en el titubeo del portero local logró marcar en un buen pase de Navas. Pese a la reacción del once gallego, solamente logró mandar un balón a la madera. Siempre era el dueño del balón y de las jugadazas más eficaces y positivas el Sevilla.
Buscó el Deportivo superar sus males, apretando al acelerador y fabricando más acciones ofensivas. Pero cuando se estiró el once de Riazor para acortar distancias, fue el Sevilla quien aumentó aún su dominio y su enorme labor, jugando con más talante y con mejores formas. Dos goles más –Renato y Navas--, y un claro tanteador que deja las puertas muy abiertas para el partido de vuelta en el Sánchez Pizjuán y la gloria para vivir justamente la semifinal, aunque en este sorprendente torneo del K.O nunca se puede asegurar nada. Sin embargo, el Sevilla de Jiménez, que está muy mentalizado en la Copa del Rey, ha dado un paso muy importante para seguir haciendo estragos, al igual que el sombrero del presidente en esta competición. Hasta volvió el “fabuloso” Fabiano en los últimos minutos del partido y casi estuvo a punto de marcar un cuarto gol. Pero ya el cuadro blanquiazul estaba entregado. El Sevilla fue netamente superior. Arrollador. En fin: Chapeau.
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