FÚTBOL.- Un partido trascendental del Sevilla ante el Valencia para colocarse nuevamente en zona Champións
Sevilla, F. C., 2; Valencia, C.F, 1.-
Lo diga un maestro o un profesor, el partido entre el Sevilla y el Valencia en el viejo Nervión era trascendental para el futuro próximo del Sevilla en esta Liga donde está dando algunos sorprendentes tumbos. Salvó los muebles ante el Almería, en la pasada jornada liguera con el gol de la charca prodigioso, pero los valecianistas eran huesos duros para roer y los blancos de Jiménez andan en este torneo, en los últimos choques, con muchas más sombras que luces.
Era, por tanto, un choque vital para contemplar si el Sevilla era capaz de colocarse de nuevo las pilas y demostrar toda su fuerza arrolladora, todas sus inquietudes y todas sus ambiciones. Jiménez, que ha llorado menos esta semana porque ya tiene a más hombres útiles para alinear a más titulares y fijos, se jugaba mucho en este cartel. Aquí, en esta competición de la regularidad, no vale el sombrero-amuleto del presidente Del Nido, cuya magia sólo queda para el torneo del K.O. Aquí, este día, frente al Valencia, era ser o no ser. Arriba o abajo. O tumba o resurrección.
Por tanto, el Sevilla tenía que demostrar una línea ascendente en el juedo y en su poder; una subida de tono frente a sus apagados tonos grises de los últimos partidos; un renacer hacia esa nueva esperanza. El de Arahal contaba con la mayor parte de sus mejores hombres. Aquí no se podía fallar. El equipo tenía que entregarse con todas sus fuerzas, con ese afán que le ha abierto tantos caminos a la victoria, con un responsable trabajo constante de todo el colectivo.
Ante el Valencia, en el inicio de esta segunda vuelta, se presentaba la nueva oportunidad de salir del bache; de volver a respirar aires más saneados en la clasificación; de ajustarse los machos para hacer una buena faena y salir por la puerta grande.
¿Y qué ocurrió en este trascendental choque liguero? Los más importante y lo más claro ha sido la victoria del Sevilla en este duro y bronco match futbolero. No hubo juego bonito ni continuado por ambas partes, pero los de Nervión fue más resolutivo a la hora del remate, con dos importantes goles de Negredo.
El Sevilla tenia que ganar hoy y ganó; y el Valencia quiso ganar, pero no pudo. Fue un primer tiempo duro y con violencias. Con una lucha letal sobre la yerba. El hacha se sacaba en muchas ocasiones, más que el arte del balompié sobre el rectángulo de juego. Entradas duras y fuertes, con un árbitro que dejó jugar con este ímpetu y espíritu de lucha.
Fue el Sevilla más acertado a la hora de marcar en este primer periodo. Al menos, lo hizo con más casta, presión y remate. César tuvo que intervenir en muchas ocasiones y Negredo, oportuno, puso a los locales por delante. Era un tanto muy vital para poder serenar los nervios y seguir luchando ante el duro Valencia con alguna ventaja. Navas fue el de siempre, aunque con aisladas jugadas; Negredo fue machacante; Kanoute perdió oportunidades; Perotti tuvo altibajos; Fabiano ni se notó y Capel tampoco metió su marcha. Sin embargo. brilló bastante el juego de centrocampistas y de retagurdia. No hizo fútbol brillante en el Sevilla, pero sí supo nadar y guardar la ropa. Hasta tuvo fortuna el once de Nervión, porque Pérez Lasa perdonó la expulsión a Zokora, que ya tenía una tarjeta amarilla.
Fue el segundo tiempo más igualado en actitud y ritmo, aunque se mantuvo la dureza sobre la yerba. Buscó el Valencia mejorar su técnica colectiva e individual, pero la lucha titánica de los blancos cerraban todas las oportunidades a los valencianistas. Pese al empuje visitante, el Sevilla mantuvo un gran poder de resistencia y Navas realizó una jugada letal, con pinta del madridista Guti, pero en lateral, que fue rematada hábilmente por Negredo, superando a César que estaba adelantado en el área.
Era un dos-cero que dejaba muy claro en el Sánchez Pizjuán quien era más efectivo, con más poder y con más genio. A pesar de que el Valencia se estiraba rabioso, sólo logró acercar distancias en el marcador casi en los minutos finales del choque. Los minutos de pròrroga fueron totalmente de basura. El Sevilla, perdiendo tiempo, y el Valencia intentando morir con las botas puestas.
No llevó el sombrero-amuleto del Nido, pero el chambergo ya lo lucen algunos aficionados, con el mismo corte, en las gradas del viejo Nervión.
Con esta victoria, merecida, el Sevilla se coloca cuarto. Es decir, que vuelve a la zona Champions. Un salto importante. Los blancos mejoran en la Liga y tiene la Copa muy al alcance de las manos.
En fin, para el Sevilla, pese a las sombras y las luces, jornada de júbilo exultante, porque estos tres puntos ponen muy arriba a los de Nervión. El temido mes de enero por Manolo Jiménez, no ha finalizado con tan malos mengues. El Sevilla, hasta ahora, es el único equipo español que está en tres competiciones: Liga, Copa del Rey y Champións.
Sevilla, F. C., 2; Valencia, C.F, 1.-
Lo diga un maestro o un profesor, el partido entre el Sevilla y el Valencia en el viejo Nervión era trascendental para el futuro próximo del Sevilla en esta Liga donde está dando algunos sorprendentes tumbos. Salvó los muebles ante el Almería, en la pasada jornada liguera con el gol de la charca prodigioso, pero los valecianistas eran huesos duros para roer y los blancos de Jiménez andan en este torneo, en los últimos choques, con muchas más sombras que luces.
Era, por tanto, un choque vital para contemplar si el Sevilla era capaz de colocarse de nuevo las pilas y demostrar toda su fuerza arrolladora, todas sus inquietudes y todas sus ambiciones. Jiménez, que ha llorado menos esta semana porque ya tiene a más hombres útiles para alinear a más titulares y fijos, se jugaba mucho en este cartel. Aquí, en esta competición de la regularidad, no vale el sombrero-amuleto del presidente Del Nido, cuya magia sólo queda para el torneo del K.O. Aquí, este día, frente al Valencia, era ser o no ser. Arriba o abajo. O tumba o resurrección.
Por tanto, el Sevilla tenía que demostrar una línea ascendente en el juedo y en su poder; una subida de tono frente a sus apagados tonos grises de los últimos partidos; un renacer hacia esa nueva esperanza. El de Arahal contaba con la mayor parte de sus mejores hombres. Aquí no se podía fallar. El equipo tenía que entregarse con todas sus fuerzas, con ese afán que le ha abierto tantos caminos a la victoria, con un responsable trabajo constante de todo el colectivo.
Ante el Valencia, en el inicio de esta segunda vuelta, se presentaba la nueva oportunidad de salir del bache; de volver a respirar aires más saneados en la clasificación; de ajustarse los machos para hacer una buena faena y salir por la puerta grande.
¿Y qué ocurrió en este trascendental choque liguero? Los más importante y lo más claro ha sido la victoria del Sevilla en este duro y bronco match futbolero. No hubo juego bonito ni continuado por ambas partes, pero los de Nervión fue más resolutivo a la hora del remate, con dos importantes goles de Negredo.
El Sevilla tenia que ganar hoy y ganó; y el Valencia quiso ganar, pero no pudo. Fue un primer tiempo duro y con violencias. Con una lucha letal sobre la yerba. El hacha se sacaba en muchas ocasiones, más que el arte del balompié sobre el rectángulo de juego. Entradas duras y fuertes, con un árbitro que dejó jugar con este ímpetu y espíritu de lucha.
Fue el Sevilla más acertado a la hora de marcar en este primer periodo. Al menos, lo hizo con más casta, presión y remate. César tuvo que intervenir en muchas ocasiones y Negredo, oportuno, puso a los locales por delante. Era un tanto muy vital para poder serenar los nervios y seguir luchando ante el duro Valencia con alguna ventaja. Navas fue el de siempre, aunque con aisladas jugadas; Negredo fue machacante; Kanoute perdió oportunidades; Perotti tuvo altibajos; Fabiano ni se notó y Capel tampoco metió su marcha. Sin embargo. brilló bastante el juego de centrocampistas y de retagurdia. No hizo fútbol brillante en el Sevilla, pero sí supo nadar y guardar la ropa. Hasta tuvo fortuna el once de Nervión, porque Pérez Lasa perdonó la expulsión a Zokora, que ya tenía una tarjeta amarilla.
Fue el segundo tiempo más igualado en actitud y ritmo, aunque se mantuvo la dureza sobre la yerba. Buscó el Valencia mejorar su técnica colectiva e individual, pero la lucha titánica de los blancos cerraban todas las oportunidades a los valencianistas. Pese al empuje visitante, el Sevilla mantuvo un gran poder de resistencia y Navas realizó una jugada letal, con pinta del madridista Guti, pero en lateral, que fue rematada hábilmente por Negredo, superando a César que estaba adelantado en el área.
Era un dos-cero que dejaba muy claro en el Sánchez Pizjuán quien era más efectivo, con más poder y con más genio. A pesar de que el Valencia se estiraba rabioso, sólo logró acercar distancias en el marcador casi en los minutos finales del choque. Los minutos de pròrroga fueron totalmente de basura. El Sevilla, perdiendo tiempo, y el Valencia intentando morir con las botas puestas.
No llevó el sombrero-amuleto del Nido, pero el chambergo ya lo lucen algunos aficionados, con el mismo corte, en las gradas del viejo Nervión.
Con esta victoria, merecida, el Sevilla se coloca cuarto. Es decir, que vuelve a la zona Champions. Un salto importante. Los blancos mejoran en la Liga y tiene la Copa muy al alcance de las manos.
En fin, para el Sevilla, pese a las sombras y las luces, jornada de júbilo exultante, porque estos tres puntos ponen muy arriba a los de Nervión. El temido mes de enero por Manolo Jiménez, no ha finalizado con tan malos mengues. El Sevilla, hasta ahora, es el único equipo español que está en tres competiciones: Liga, Copa del Rey y Champións.
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