sábado, 30 de abril de 2011

Histórico indulto de un toro de Núñez del Cuvillo en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla

* Crónica del periodista Fernando Gelán

Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla
Sábado, 30 de abril de 2011
Séptima corrida de abono de la temporada

FICHA;
Se lidiaron toros de la ganadería de Núñez del Cuvillo, bien presentados y bravos. No dieron suficiente juego efectivo ni el segundo, ni el segundo bis, ni el cuarto de la lidia. El segundo de la tarde, que correspondía a Morante de la Puebla, fue devuelto a los corrales, siendo sustituido por otra res de la misma ganadería, que tampoco respondió.
El tercer toro, de nombre “Arrojado”, número 217, y de 500 kilos, fue indultado tras una larga faena de Manzanares. El animal jamás se rajó y siempre estuvo firme y bravo. El público insistió a la presidencia con sus pañuelos para que la vida de “Arrojado” fuese perdonada, pidiendo que Manzanares, que forzaba la acción, no entrara a matar. Este histórico acontecimiento no se había producido en la plaza hispalense desde el 12 de octubre de 1965, fiesta del Pilar, cuando fue indultado un novillo, de nombre “Laborioso”, que pertenecía a la ganadería del Marqués de Albaserrada. Este novillo fue estoqueado por el joven Rafael Astola. Sin embargo, en aquella ocasión, hace cuarenta y seis años, la res indultada fue un novillo. Ahora es la primera vez que se ha indultado a un toro en la Plaza de Toros de Sevilla. Sin embargo, este perdón hará que se provoque un amplio debate porque los puristas eran contrarios al rito.

* Julio Aparicio, pitos y silencio
* Morante de la Puebla, aplausos con saludos desde los medios y silencio.
* José Mari Manzanares, dos orejas simbólicas por el indulto al primer toro de su lote, y otras dos orejas y salida por la Puerta del Príncipe. (Manzanares y el titular de la ganadería Álvaro Núñez dieron la vuelta al ruedo, cuando fue indultado el toro “Arrojado”).

La plaza registró un lleno de no hay billetes.
Saludaron en banderillas Paco Peña, Kaito, Curro Javier, Juan José Trujillo y Luis Blázquez.

Presidió el equipo habitual de Julián Salguero, con excesivas concesiones para agradar a la gran mayoría de los aficionados, como el indulto al toro "Arrojado". Salguero se dejó llevar por el tumulto de la plaza.
A pesar del agua que cayó durante toda la mañana, el ruedo presentaba un aspecto extraordinario por los trabajos realizados por los empleados de la plaza. El gigantesco toldo hizo efecto.

CRÓNICA DEL FESTEJO.-
La historia de esta corrida es el indulto concedido por la presidencia a la plaza, ante la petición generalizada del público, del tercer toro de la tarde, de nombre “Arrojado”, de 500 kilos redondos. También hay que destacar las dos faenas de José Mari Manzanares, pero de una de forma especial y espectacular la que realizó ante el primero de su lote, esa res que fue tan brava y noble que recibió el indulto en la Plaza de Toros de Sevilla.
Estos han sido los hechos más destacados de una corrida en la que se esperaba con pasión a Morante de la Puebla y que Julio Aparicio enriqueciera el cartel. El torero de La Puebla no pudo hacer más ante sus dos toros. Sin embargo, Morante destacó en el tercio de quites realizado al primer toro de Aparicio, con unas asombrosas verónicas. Saltó la plaza porque parecía que aquello era un atisbo de esperanza y de gloria.
Pero ni Aparicio, que desperdició un fenomenal primer toro, ni Morante, que pese a sus intentos no encontró las formas, desarrollaron el juego taurino apetecido por los aficionados.
Tendría que ser el de Alicante, José Mari Manzanares, quien volcara a su favor esta tarde taurina, donde cortó cuatro orejas –dos simbólicas--, para alcanzar la cumbre sobre el dorado albero del Coso del Arenal. Porque hasta el mal tiempo cambió y lució el cielo azul para poner bello manto al albero maestrante.
En el primer toro, ante ese “Arrojado” indultado, Manzanares realizó en su larga faena, porque el toro no se cansaba de embestir. El de Albacete exhibió de forma espectacular todos sus mejores aditamentos y recursos taurinos. Toreó dulce y despacio; naturales, pases de pecho, manos cambiadas con la muleta, recreándose con calidad, temple y mando en toda la suerte. Y, además, mimando con corazón y poder a una res incansable, brava, con casta y noble.
Sevilla pidió el indulto de toro de Núñez del Cuvillo --Manzanares ya llevaba cinco tandas con la derecha y otros tantos naturales--, y torero y el titular de la ganadería, Álvaro Núñez, dieron la vuelta al ruedo entre el júbilo y la aclamación de los aficionados. Manzanares, por este perdón de la vida a la res, le concedieron dos orejas simbólicas de “Arrojado”, que metió en su mágico zurrón.
En el segundo de su lote, sexto de la tarde. Manzanares intentó otra vez volver a la carga. Fino con la capa, no encontró el toro óptimo para repetir la faena del primero. Luchó, se fajó con la res, hubo chispazos, pero todo más medido y con menos transmisión. Por los detalles, la continuidad y la entrega Manzanares fue muy ovacionado. Como mató de gran estocada y el público quería más turrón de Alicante, presionaron al presidente Salguero para que volviera a poner sobre la colgadura roja del palco presidencial de la plaza otros dos pañuelos blancos. Un indulto que habrá que analizar en profundidad.
José Mari Manzanares salió de forma triunfal por la Puerta del Príncipe y en olor de multitudes.

Para este domingo, 1 de mayo, en la Plaza de Toros de Sevilla habrá corrida de rejones. Con toros de San Meto y San Pelayo, los caballeros en plaza serán Pablo Hermoso de Mendoza, Diego Ventura y Leonardo Hernández.

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