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Sorprende también que el diario donde trabaja el escritor dedicara menos espacio al acto de la presentación del libro que el periódico que de forma continuada y voraz está volcado ideológicamente con los populares y que es capaz hasta de elevar la cifra de asistentes al mismo para mantener la ruta del cambio político que se ha marcado, caiga quien caiga, hace ya tiempo.
Con la edición de esta biografía almibarada de Zoido en la primera fase de la recta final de su campaña electoral –lleva más de tres años en este empeño--, aquí ha habido, indiscutiblemente, una actitud de quien se acomoda a las circunstancias, aunque prescinda ocasionalmente de los principios. Es decir: Libro escrito y editado con claro “oportunismo político”. Lo más lógico y normal es que una obra así, escrita por alguien que ha de dedicar su trabajo a reflejar en el medio todas las tendencias y opiniones políticas, se edite cuando el personaje ya esté gobernando y fuera de competencias y rivalidades. O dejarle el reto a otro autor menos comprometido con toda Sevilla.
Además, el autor no recoge en el texto las posturas y acciones antidemocráticas de este singular y extraño político. Desde hace años, Zoido me tiene vetado, incumpliendo las reglas que marcan las leyes periodísticas y todas las normas ciudadanas. Hasta su jefe de prensa llegó a decirme un día que “como del pesebre” –el cobra del PP--, cuando yo llevo cerca de sesenta años en la profesión, he trabajado en los diarios Sevilla, Suroeste, ABC y Correo de Andalucía, y he defendido siempre la libertad de expresión, algo que no hace el portavoz del PP en el Ayuntamiento. Por tanto, la historia publicada es incompleta. Sevilla no se merece que le tomen el pelo.
Fernando Gelán
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