do. Para alegrar este cálido y largo verano los periódicos y los telediarios cuentan los bien que lo pasan los bañistas en las playas, poniéndonos los dientes largos a la gente que se queda aguantando el sol de Sevilla.Es curioso la propaganda que le están haciendo a Monchi. Hasta le han designado pregonero del Carranza, cuando la misma Teófila Martínez, la alcaldesa, sabe lo bien que lo hubiera hecho cualquier poeta, escritor o periodista con pedigrí – no los que entran por puertas falsas y hasta con compresa—, para sentar cátedra futbolera en las mismas murallitas de la ciudad de Cádiz, que es como la Habana, pero con más gracia y salero.
Monchi no conoció ni el arranque del Carranza --trofeos de trofeos--; ni ha vivido intensamente las primeras grandes tardes-noches de este gran torneo gaditano. Pero algún padrino ha tenido este ex guardavallas sevillista, que fue cortito y con sifón como guardameta, cuando la máxima autoridad municipal tomo el acuerdo de seleccionarlo, como si fuera el mismo Del Bosque, para hacer la exaltación del fútbol gaditano.
Monchi ha dejado fuera de la plantilla sevillista a un buen número de jugadores que hicieron posible los históricos triunfos en las célebres competiciones de infarto en España y en Europa. Se fueron de Nervión jugadores claves que no han sido reemplazados para seguir con las grandes aspiraciones futboleras. Monchi ha permitido, y era algo muy palpable, que el Sevilla de Jiménez, que no es ningún duende del banquillo, jugase sin un centro del campo adecuado. No hay en el equipo merengue de hoy un futbolista que piense y otro que se desgaste en ese medio centro. Sólo juega el Sevilla con defensas y delanteros y, además, tentando la suerte en cada choque. ¿Cuántos goles logró el Sevilla en la campaña pasada en el tiempo de descuento? De no haber alcanzado esos goles, hoy el Sevilla ni tendría a Jiménez como entrenador ni ese tercer puesto en la Liga que agarró con los dientes.
Monchi sigue sin descubrir a otro Poulsen y otro Keita, porque de Daniel Alves para qué hablar. Sin embargo, el mediocre portero, que tiene buena parte den la prensa deportiva de su lado, aún no se ha dado cuenta que otro año sin un adecuado centro del campo puede acabar con su buena imagen y con la rachita del Sevilla.
A la afición de Nervión se le han dado muchos dulces y caramelos en los últimos años y quiere volver a conquistar las cimas pasadas. Y el que avisa no es traidor.
FERNANDO GELÁN
* En la imagen, Jiménez. Monchi puede acabar con el futuro del de Arahal.
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