miércoles, 29 de marzo de 2017

El presidente de la CES, Miguel Rus, presentó en la Asamblea General Ordinaria un detallado informe de la situación de las empresas sevillanas


La Confederación de Empresarios de Sevilla ha celebrado Asamblea General Ordinaria en la que su presidente, Miguel Rus, ha presentado un detallado informe sobre la situación actual de las empresas sevillanas, de los principales problemas a los que se enfrentan y de las reivindicaciones empresariales para conseguir un mejor desarrollo de la actividad empresarial e impulsar la creación de empleo.
Del mismo modo, se han presentado las actividades realizadas a lo largo de 2016 y de las previsiones de futuro, al mismo tiempo que se ha aprobado el presupuesto económico y se ha presentado pormenorizadamente el correspondiente a 2017.

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DE LA CES
Miguel Rus, presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla, pronunció estas palabras en el transcurso de la Asamblea: 
En primer lugar, quiero agradecer a nuestro querido presidente de Honor, Antonio Galadí, su presencia hoy aquí y a Francisco Herrero, presidente de la Cámara, por su apoyo a nuestra organización y por el interés y preocupación que siempre tiene por todos los temas que afectan a los empresarios.
Estamos muy satisfechos del nuevo marco de colaboración abierto con la Cámara de Comercio.
Nuestra presencia hoy en este Club Empresarial, es una muestra de respaldo a la gestión de su Comité Ejecutivo, en unos años de especial dificultad tanto para las cámaras de comercio como para las organizaciones empresariales.
Cuando ha pasado algo más de un año desde mi reelección al frente de la CES, tengo que expresar mi profundo agradecimiento a cuantos me están acompañando en este trabajo.
Muy especialmente a los miembros del Comité Ejecutivo que están haciendo un gran esfuerzo para reforzar las acciones de la presidencia y desplegar un completo plan de actuación para la expansión territorial de nuestra organización.
Queremos estar más cerca que nunca de los empresarios, prestando un servicio más directo, asesorando y motivando. Contamos con vosotros, Os necesitamos a Todos, porque sólo la fortaleza de nuestra unión nos permitirá ganar espacio en la sociedad y hacer valer nuestras reivindicaciones.
El año 2016 en Sevilla, pasará a la historia sin grandes luces y con muchas sombras, especialmente en la capital.
Ha sido un año con un gran componente político, marcado por las elecciones generales, las continuas idas y venidas de los candidatos y por las “miles de promesas realizadas, patrón común en todas las campañas electorales.
Un clima que ha influido muy directamente en la toma de decisiones, para un país necesitado de contar con un clima estable y de confianza en el futuro.
La realidad es tozuda y la intención del Gobierno central de acelerar el ritmo en el terreno económico, se viene topando una y otra vez con su propia debilidad en el Parlamento y su falta de apoyos en determinados asuntos, lo que está provocando que esté en otros menesteres y no poniendo en marcha políticas reales que estimulen la actividad productiva.
Los últimos informes económicos, muestran – en base a las tendencias de las distintas variables- una economía que continúa creciendo al inicio del año.
Con los datos de los que se disponen en estos momentos, el avance trimestral del Producto Interior Bruto podría situarse en el 0,8%, cifra ligeramente superior a la registrada durante el segundo semestre de 2016, que fue del 0,6%.
Un crecimiento que tiene en la demanda doméstica privada su gran valedor, mientras que las exportaciones continúan en una línea ascendente.
A la vista de esto, podemos pensar que, lo mejor que nos puede pasar en 2017, es que no se lo carguen los políticos y no tengamos que acudir de nuevo a las urnas.
Ciñéndonos al ámbito provincial y analizando los datos de coyuntura más relevantes, los relativos al cuarto trimestre de 2016, vienen a mostrar una evolución favorable tanto en este período, como en el resto del año.
Entre los principales resultados obtenidos al examinar la evolución del mercado de trabajo al cierre del año, destacan los datos positivos de descenso del paro y de creación de empleo, a los que se añade un incremento de la afiliación a la Seguridad Social.
Sin embargo, debemos ser conscientes que nuestra principal debilidad es el desempleo y la búsqueda de fórmulas efectivas que nos hagan salir de las cifras que actualmente registramos en Sevilla y que deben hacernos reflexionar a todos sobre lo que no estamos haciendo bien.
Es un factor que, indudablemente, empaña cualquier mensaje de optimismo si pensamos que nuestra provincia cerró el mes de febrero de 2017 con 219.210 personas desempleadas, y una tasa de paro del 23,60%, sobre una población activa de 928.700.
Por su parte, la actividad turística provincial continúa en 2016 la evolución favorable de años anteriores, obteniendo cifras de crecimiento en la mayoría de los indicadores turísticos; al tiempo que los indicadores de demanda relativos al subsector de la vivienda registran igualmente valores positivos.
El valor de las exportaciones de productos agroalimentarios de la provincia de Sevilla creció un 15,91% en el año 2016.
Son pinceladas que nos permiten ser optimistas de cara al futuro, pero que no reflejan una consolidación efectiva de una senda de crecimiento y de confianza empresarial.
Son medidas efectivas lo que necesitamos y no palabrerías. Planteamientos realistas, alejados de la tendencia de los políticos al acercamiento y a la promesa, como mejor arma de seducción en los momentos en que nos necesitan.
Sin embargo, hay hechos preocupantes y forma de hacer las cosas que, como sevillanos, estamos sufriendo por parte de aquellas administraciones que se dicen interesadas en el emprendimiento y en la creación de empresas, como mejor medio de generar empleo.
Y me estoy refiriendo a casos muy concretos que nos están haciendo dudar de que no exista realmente un “maleficio” sobre Sevilla. Una especie de sortilegio de que, si una cosa va mal, puede aún ir a peor.
Es descorazonador lo vivido hace unos días, tras el carpetazo dado al dragado del río por parte del Gobierno y ante la inacción de la Junta de Andalucía.
Y…. saben qué les digo??… en Sevilla no ha pasado nada…nada…. es más, las voces contrarias al proyecto han ganado la partida ante quienes venimos defendiendo la mejora de la navegabilidad, respetando en todo momento la recuperación del estuario, la actividad de los agricultores y la protección de los márgenes de Doñana.
Para eso se trabajaba sobre la decena de medidas que incluía la Declaración de Impacto Ambiental, uno de cuyos capítulos (el correspondiente al proyecto de protección de márgenes, el único pendiente de la DIA) ha estado más de dos años guardado en el cajón de la consejería de Medio Ambiente.
Lo que pretendemos es mejorar la navegabilidad del Guadalquivir. Sin embargo, Sevilla ha sido injustamente castigada de nuevo. Nuestra capitalidad se ha convertido en un duro lastre que nos está impidiendo progresar, en el sentido más amplio del término.
No obstante, el despertar de distintos grupos de opinión y plataformas ciudadanas que han emergido de la propia sociedad civil sevillana, ha traído aire fresco al debate y nos permite tener esperanzas de futuro, de poder cambiar las cosas.
Por eso, cuantos componemos la “Plataforma Sevilla por su puerto”, hemos decidido seguir adelante con un nombre aún más rompedor “Sevilla por su río, la industria y el empleo”, un nombre que es un objetivo en sí mismo y un reflejo de hacia dónde debemos encaminar gran parte de nuestros esfuerzos.
Como presidente de los empresarios y defensor de todos los sectores productivos, me veo en la obligación de luchar contra una sociedad adormilada y, digámoslo claro, que se ha acomodado a que las cosas pasan porque pasan…. Y aquí no pasa nada ….
Me resisto a asistir impasible al deterioro progresivo de nuestros objetivos de futuro, y sigo confiando en que el establecimiento de las buenas formas, del entendimiento y el diálogo son los medios adecuados para conseguir objetivos.
Soy un firme convencido de que, sólo con esos criterios en las relaciones institucionales, podremos alcanzar lo que nos propongamos.
El buen gobierno no está reñido con el diálogo y la negociación, especialmente con quienes van a sufrir directamente los efectos de las políticas que se aplican. No hay nada peor que un político autocomplaciente y jaleado. Es entonces cuando el ciudadano de base, así me considero como empresario, tenemos las de perder.
Entiendo que el propio desarrollo del cargo y los múltiples problemas que conlleva gobernar, hace que los temas no se aborden con efectividad, racionalidad y conociendo de antemano las consecuencias, sino que se prioricen en base a criterios aleatorios o “de parte”.
Y esto está pasando tanto a nivel autonómico, como local, con unas consecuencias tremendamente serias para las empresas.
Lo que está sucediendo en el sector educativo y, muy especialmente, en la educación concertada, es muy grave y puede generar tensiones sociales. Se va contra la libertad de los padres a elegir la educación de sus hijos, como recoge la propia Constitución, y contra la propia libertad de empresa.
Diálogo y negociación es lo que vienen pidiendo también los empresarios de hostelería en Sevilla que están sufriendo el ninguneo de la propia administración municipal, ante quienes sustentan gran parte de la actividad económica y de la generación de empleo de la provincia.
A la inseguridad jurídica para llevar a cabo su actividad empresarial, se une la dejación de que ha hecho gala el Ayuntamiento para NO actuar contundentemente contra los incumplidores de la Ordenanza de veladores.
Es muy probable que esa propia dejadez haya sido intencionada para ganarse a una opinión pública que considera, y el propio sector así lo ha reconocido, que se han podido exceder en la ocupación de la vía pública.
Hay mucho en juego, empresas y puestos de trabajo. No es un asunto baladí.
La hostelería es un sector de mucho peso en nuestra ciudad.
Entendemos que se quiera ganar espacio para el peatón, pero también en la Plaza del Duque, y somos los primeros en defender la estética y el buen gusto, de cara a mejorar nuestra imagen ante nosotros mismos y ante nuestros visitantes.
Es un problema muy importante, como lo es el que los empresarios tarden más de un año en conseguir licencias de apertura de nuevos negocios. La declaración responsable o el silencio administrativo es un paso adelante al que nos acogemos, debido a la desidia en la tramitación de las licencias.
No hay forma de que mejore la gestión de Urbanismo y Medio Ambiente, y esa situación lleva al colapso de cientos de proyectos. Aquí nadie quiere firmar nada
Las administraciones han de ser consciente que no se le pueden poner tantas trabas a las empresas.
La presión fiscal no solo ha disminuido como prometieron, sino todo lo contrario ha aumentado ostensiblemente, así impedimos claramente el crecimiento generalizado.
Exigimos que no se dificulte nuestra labor con medidas que en nada benefician ese esfuerzo inversor que estamos necesitando. Hay que poner los medios que impulsen la inversión, el nacimiento de nuevas empresas y el crecimiento de las existentes.
El Ayuntamiento, la Subdelegación del Gobierno y la delegación del Gobierno de la Junta, tienen mucho que decir y mucho que defender en sus respectivas instancias.
Es muy cómodo pasar responsabilidades de unas administraciones a otras y que ponga el dinero el otro.
Creo firmemente en el trabajo conjunto de las administraciones y de éstas con la iniciativa privada.
Es una forma de trabajar ideal para abordar, de una vez por todas, temas como la construcción del Metro de Sevilla, al menos empecemos por una de las líneas fundamentales, la conexión ferroviaria de Santa Justa con el Aeropuerto, los túneles de la SE-40 para dar racionalidad a las obras actualmente en curso, etc.
Son infraestructuras que nos harían ganar en competitividad, pero también existen asuntos de calado para determinados sectores en los que estamos encontrando serios retrasos a la hora de darles una solución.
Y me estoy refiriendo a las grandes dificultades del sector del transporte de mercancías para cruzar la ciudad y la imposibilidad manifiesta de acceder a determinadas zonas industriales, o los problemas existentes en el transporte discrecional y turístico con la actual configuración viaria de Sevilla y su área metropolitana.
Vuelvo a insistir en que no son problemas menores.
Lo sufren diariamente cientos de empresas, que implican a varios sectores y llevan ya demasiado tiempo esperando respuestas y soluciones.
En la CES tenemos muy claro que se pueden hacer las cosas mejor de lo que se están haciendo. Y prueba de ello lo tenemos en el desarrollo del sector turístico y los positivos resultados que están dando las actuaciones de gestión y promoción de la provincia de Sevilla.
La buena sintonía existente entre la empresa privada y los entes públicos, muy especialmente con Prodetur, para encaminar unidos la política turística, está propiciando una racionalización de los recursos y un mayor rigor en los trabajos.
No debemos caer en la autocomplacencia en un sector que tiene aún un largo camino por recorrer. No es cuestión de cantidad en los datos que reflejan los informes, es más una cuestión de calidad porque ese tipo de visitante, es el que aporta riqueza a la ciudad
Y esa calidad sí que también la podemos encontrar en otras parcelas de la actividad productiva, en la que nuestras empresas y nuestra oferta de calidad y competitividad, es tremendamente valorada.
Tenemos grandes empresas y magníficos empresarios y profesionales en sectores como el industrial, aeronáutico, agroalimentario, etc. y grandes retos a los que hacer frente.
Sectores como el comercio o el potente sector agrario, son motores fundamentales en una economía como la nuestra.
Ambos afrontan retos en sus respectivos campos y ambos se esfuerzan por hacer frente a aspectos como el relevo generacional o los cambios en las estructuras empresariales, la competitividad y las nuevas exigencias del consumidor.
En Sevilla, en donde más del 97% de las empresas son pymes o micro pymes, se hace necesario aplicar nuevas formas en la gestión empresarial y en la definición de estrategias de futuro, como elementos fundamentales para ganar en tamaño y en competitividad.
Las pymes son las grandes generadoras de empleo y, por tanto, con un gran peso en nuestra economía. Sin embargo, al igual que ha ocurrido en toda Europa, han sido las más sensibles ante la crisis económica.
Revertir la actual situación, pasa necesariamente por asumir nuevos planteamientos y tomar conciencia de que la evolución de los mercados exige reinventarse para competir y adaptarse a las nuevas tecnologías, como medio de generar nuevas oportunidades.
Es una cuestión de supervivencia, pero también un aliciente para reflexionar sobre el camino a elegir.
La gran apuesta de nuestra organización por la pyme y por la provincia, nos ha permitido comprobar qué grado de desarrollo y puesta al día que demuestran nuestros pueblos.
Rara es la localidad que no cuenta con espacios empresariales disponibles y con munícipes dispuestos a facilitar el asentamiento en su localidad de nuevas empresas. Se constata un auténtico pugilato entre municipios, lo cual es loable y propicia una competitividad y mayores opciones a nuestras Empresas.
Tenemos la necesidad de hacer efectiva el Área Metropolitana de Sevilla, en infraestructuras, en servicios. Su gran extensión y su desarrollo poblacional, deben ser objeto de una decidida apuesta por trabajar en este sentido.
Los empresarios tenemos que persistir en nuestras exigencias, pero también debemos entonar el “mea culpa” en numerosas ocasiones y no culpar a nadie de lo que es nuestra responsabilidad.
No debemos alejarnos de objetivos que eran exigencias hace unos años y que, ahora, ya son imperiosas necesidades.
Tenemos que ser más, más competitivos, más abiertos a los cambios, más exigentes con nosotros mismos y más combativos a la hora de enfrentarnos a nuestros propios miedos.
Sevilla es una gran provincia para invertir y en nuestras manos está hacerla mejor.
Es necesario arriesgar y explorar nuevas vertientes, perdiéndole el miedo a los cambios tecnológicos, ampliando nuestros campos de acción y defendiendo nuestro papel en la recuperación de la confianza empresarial y en la generación de empleo.
Es el momento de apostar por una nueva forma de hacer las cosas, estructurar planes y proyectos de futuro, con realismo y trabajando con eficacia. Es lo que se espera de nosotros y está en nuestra responsabilidad realizarlo.  (Fuente: CES).

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