No defraudaron los caballeros rejoneadores a los miles de seguidores que se concentraron en el Coso del Baratillo. Se mezclan el toreo a caballo y el espectáculo ecuestre. Todo una extraordinaria representación que fue seguida entre ovaciones y aclamaciones.
Fermín Bohórquez triunfó plenamente en su segunda actuación. En
Pablo Hermoso de Mendoza no tuvo su tarde. Como las reses no se prestaron al lucimiento, el caballista realizó una gran exhibición ecuestre. Recibió muchas ovaciones, porque el jinete sabe dominar con veteranía la lucha entre el toro y el caballo. Saludó desde el tercio.
Volvió a triunfar Diego Ventura, que dominó siempre la situación sobre el albero. Se lució en todas las suertes --con rejones de castigos, banderillas largas y cortas y con los rejones de muerte--, y demostró que sabe levantar al público de sus asientos con sus quiebros y galopadas ante las reses. Uno de sus caballos, Califa, hasta mordía los pitones del morlaco ante el asombro del respetable. La presidenta Anabel Moreno, le concedió una oreja en su primer toro, con petición de la otra; pero en el siguiente, que cerro plaza, Diego Ventura subió el ritmo y logró dos orejas y la salida a hombros por la Puerta del Príncipe. Es la cuarta vez que el rejoneador portugués acaba pasando por el dintel de la Puerta Grande de la Maestranza.
Los toros eran de la ganadería de Fermín Bohórquez, que dieron buen juego en general. El segundo de Fermín Bohórquez y los dos de Ventura, los mejores.
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