Nació en Morón de la Frontera (Sevilla) el 14 de marzo de 1938, y la fecha de su ordenación, el 18 de junio de 1961, es la del comienzo de un ministerio entregado al pueblo fiel que se le encomendó en cada momento, desde la esfera parroquial hasta responsabilidades al más alto nivel. Dan fe de lo primero en las parroquias de San Juan Bautista, de Villanueva de San Juan, y San Román y Santa Catalina, en la capital.
Cursó estudios de Teología y Ciencias de la Educación en Roma, durante unos años (de 1965 a 1969) en los que fue testigo de cómo la Santa Sede promovía el modelo de Iglesia que emanó del Concilio Vaticano II. A su regreso a Sevilla, el cardenal Bueno Monreal le encomendó la coordinación del Sínodo Hispalense de 1973, del que fue secretario. Esta fue la primera de muchas tareas que llevó a cabo Antonio Hiraldo en la Archidiócesis, dando muestras de una gran capacidad de trabajo, y aunando en torno a sí a un valioso equipo humano.
Compatibilizó estos servicios con su faceta formativa, desde el Centro de Estudios Teológicos a la Escuela estatal de Magisterio. Fue director del Secretariado de Coordinación Pastoral, vicario episcopal de Enseñanza y Catequesis y presidente del patronato de la Escuela de Magisterio Cardenal Spínola.
Su capacidad de gestión sobrepasaba la esfera diocesana. Por eso, siempre fue una persona de referencia en los ámbitos regional y nacional, lo que le llevó a ser secretario de la Asamblea de Obispos del Sur de España entre 1983 y 2017, delegado episcopal para la primera visita del papa Juan Pablo II a Sevilla (1982) o director del Pabellón de la Santa Sede en la Exposición Universal de 1992. Todo ello le hizo merecedor del título de Prelado de Honor de Su Santidad, que le entregó el nuncio en España, mons. Mario Tagliaferri.
Miembro del Cabildo Catedral desde 1994, --informa finalmente la Archidiócesis de Sevilla-- sus problemas en la vista le apartaron de la primera línea de la gestión en la Iglesia sevillana. En una última etapa de siete años, fue director espiritual del Seminario Metropolitano. Es también autor de varios libros, entre ellos ‘Discípulos y pastores’ (Edibesa, 2017).
Las exequias se celebrarán el jueves, 30 de marzo, a las diez de la mañana en la Catedral de Sevilla. Descanse en paz. (Foto: AS).
Cursó estudios de Teología y Ciencias de la Educación en Roma, durante unos años (de 1965 a 1969) en los que fue testigo de cómo la Santa Sede promovía el modelo de Iglesia que emanó del Concilio Vaticano II. A su regreso a Sevilla, el cardenal Bueno Monreal le encomendó la coordinación del Sínodo Hispalense de 1973, del que fue secretario. Esta fue la primera de muchas tareas que llevó a cabo Antonio Hiraldo en la Archidiócesis, dando muestras de una gran capacidad de trabajo, y aunando en torno a sí a un valioso equipo humano.
Compatibilizó estos servicios con su faceta formativa, desde el Centro de Estudios Teológicos a la Escuela estatal de Magisterio. Fue director del Secretariado de Coordinación Pastoral, vicario episcopal de Enseñanza y Catequesis y presidente del patronato de la Escuela de Magisterio Cardenal Spínola.
Su capacidad de gestión sobrepasaba la esfera diocesana. Por eso, siempre fue una persona de referencia en los ámbitos regional y nacional, lo que le llevó a ser secretario de la Asamblea de Obispos del Sur de España entre 1983 y 2017, delegado episcopal para la primera visita del papa Juan Pablo II a Sevilla (1982) o director del Pabellón de la Santa Sede en la Exposición Universal de 1992. Todo ello le hizo merecedor del título de Prelado de Honor de Su Santidad, que le entregó el nuncio en España, mons. Mario Tagliaferri.
Miembro del Cabildo Catedral desde 1994, --informa finalmente la Archidiócesis de Sevilla-- sus problemas en la vista le apartaron de la primera línea de la gestión en la Iglesia sevillana. En una última etapa de siete años, fue director espiritual del Seminario Metropolitano. Es también autor de varios libros, entre ellos ‘Discípulos y pastores’ (Edibesa, 2017).
Las exequias se celebrarán el jueves, 30 de marzo, a las diez de la mañana en la Catedral de Sevilla. Descanse en paz. (Foto: AS).
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