La Asociación Amigos de los Jardines de la Oliva, que preside el inquieto Jacinto Martínez, celebró una última actividad dentro del amplio programa que ha venido desarrollado para conmemorar el Día de Andalucía.
Los niños de la Fundación Espigares realizaron un recorrido por los caminos y glorietas del Parque de María Luisa.
La visita se inició en la Glorieta de Bécquer. Se guardó un minuto de silencio en memoria de la joven fallecida en esa zona. Los responsables de la Asociación Amigos de los Jardines de la Oliva, Rosa y Jacinto, explicaron con detalles la historia de esta emblemática glorieta. De vez en cuando, algún niño, dedicaba una carta o un poema a la labor altruista de esta entidad y a los amigos los árboles. La pequeña Carmen, que formaba en el grupo, se sentía orgullosa de ser rumana, y emocionó a toda la concurrencia con sus sensibles versos…¡Qué suerte han tenido estos niños de ser educados en la Fundación Espigares!El grupo caminó lentamente por el Parque sevillano para saborear los instantes de armonía. Tanto Rosa como Jacinto fueron explicando las características y nombre de los árboles y los detalles históricos de las artísticas glorietas. En la Plaza de América hubo una reunión muy peculiar en la glorieta dedicada a Cervantes, a la sombra de la esbelta araucaria. Allí, antes de final del amplio y agradable recorrido, hubo momentos de emoción. Se cantó por el grupo de niños de la Fundación una bella canción compuesta por ellos mismos, que hablaba de sembrar acacias y jazmines, mimosas, naranjos y jacarandas. También entregaron a los representantes de los Jardines de la Oliva una placa conmemorativa de este día. Por último, las cosas del destino, una señora mayor que portaba libros para colocarlos en los anaqueles de la glorieta presenció este acto y se dirigió al grupo para que todos los niños le ayudaran a colocarlos.
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