sábado, 17 de octubre de 2015

EL PENALTI DE GELÁN.- El Sevilla se transformó en la segunda parte ante el Eibar en Ipurúa y aunque mereció mejor resultado logró un valioso empate

Importante partido el que jugaba el club de Nervión ante el Eibar en esta octava jornada de la Liga BBVA. Los hombres de Emery tenían forzosamente que recuperar su buena imagen de equipo sólido y ambicioso. No podían dar otro paso en falso y estaban obligados a superar el bache en este inicio del torneo de casa. Se sabe que la Champions va por dentro, pero todos los méritos deportivos de los blancos se logran cuando se juega con regularidad en el campeonato de Liga y se lucha abiertamente ante los rivales para conquistar clasificaciones europeas.

Volvía la Liga BBVA después de los encuentros de las selecciones nacionales. En este choque del Sevilla en Ipurúa, el Eibar sorprendió en la primer parte a los hombres de Emery que estuvieron muy imprecisos en este primer periodo de juego. Borja Bastón marcó el 1-0 a los ocho minutos y el Sevilla no pudo superar el buen planteamiento de los armeros porque llevaron a cabo buenas acciones defensivas y una eficaz organización de peligrosos contragolpes. Pero el Sevilla cambió en la segunda parte. Arrolló a los hombres de Mendilibir que tuvieron que formar una muralla ante el guardameta Riesgo. Los blancos de Nervión se transformaron y el cuadro que dirige Emery fue el gran dominador del partido. Las ocasiones de gol para el equipo sevillista fueron continuas. Había mucha garra en el once blanco y el Eibar sufrió para poder contener a sus rivales. Empató Gameiro en el minuto 71 de partido. Pero el once de Emery, con la entrada al campo de Konoplyanka y Banega, contó con claras y numerosas ocasiones para la remontada total. Una veces Riesgo y otras la mala puntería final impidieron al Sevilla llegar a contabilizar los tres puntos y se tuvo que conformar con un valioso empate. Además, el arbitraje de Martínez Munuera perjudicó mucho al equipo de Emery. El colegiado no señaló tres acciones ilegales de los locales en su área. El penalti más claro fue el de Ramis a Konoplyanka. El defensa armero, en el minuto 58 de juego, derribó con agresión al delantero sevillista.

En estos días, el club de Nervión ha celebrado sus 110 años de historia de forma oficial. La entidad, como se sabe, data del 14 de octubre de 1905. En el haber del cuadro sevillano están doce títulos nacionales e internacionales y setenta y dos años en Primera División. 110 años de Sevilla y olé. 110 años para alcanzar esos doce títulos nacionales e internacionales, dieciocho copas de Andalucía, sexto mejor equipo en la Historia de la Liga, Campeón de Liga, cinco veces campeón de Copa, cuatro títulos de campeón de la Europa League, campeón de la Supercopa de España y campeón de la Supercopa de Europa. Con diez años fui testigo directo en el viejo Nervión de la entrega al club del título de la Liga en 1946. Tiempos de una temible delantera en la que formaban López, Arza, el “pato” Araújo, Herrera y Campos… Ya en mis funciones de periodista también viajé muchas veces para hacer las crónicas de los partidos del Sevilla en más de 30 campeonatos de Liga y en los numerosos torneos europeos en los que el equipo comenzó a poner buenos cimientos para llegar hasta las etapas de gloriosos títulos. Desde aquel recordado Ramón Sánchez Pizjuán hasta el actual regidor del club, José Castro, el Sevilla ha contando siempre con hombres valientes y comprometidos para poner al club de sus amores en la cima más alta. Y así, el seguidor blanco, será sevillista hasta la muerte, como canta El Arrebato.

Y vamos a Eibar. O contra el Eibar. O frente al Eibar. Era ocasión propicia para progresar y dejar bien claro que los blancos tienen buenos argumentos futbolísticos. Pero en el primer periodo del choque, a los 8 minutos, el conjunto que prepara José Luis Mendilibir sorprendió al Sevilla. Sacó una falta Saúl y Borja Bastón, de cabeza, batió a Sergio Rico para poner el 1-0 en el marcador del estadio de Ipurúa. Un gol que le dio alas al conjunto armero, porque los hombres de Emery estaban imprecisos a la hora de controlar el juego y el balón. El Eibar fue siempre, en este periodo, el equipo que dominó y controló todas las situaciones, presionando y llegando con mucha continuidad al área blanca para ensayar el disparo. Siempre fue más peligroso el cuadro local porque, además, creó más oportunidades de remate. La defensa sevillista luchó para despejar el peligro local y hombres como Iborra, Vitolo y Reyes, muy controlados y presionados, no pudieron superar totalmente a sus rivales para poder llevar algún susto al portal de Riesgo. En el minuto 34, el Sevilla reclamó unas manos de un defensor local, pero el colegiado --Martínez Munuera--, dejó seguir el juego. En el minuto 35 llegó el remate más peligroso del equipo sevillista, siendo Reyes quien intentó batir al guardameta del Eibar. Pero los hombres de Mendilibir siempre resolvieron las situaciones de peligro en el área y, además, llegaron con cierta facilidad al portal de Sergio Rico, demostrando mejores argumentos.

Pero el Sevilla cambió totalmente en la segunda parte. Hubo una gran reacción blanca. Los hombres de Emery, desde que se inició este nuevo periodo de juego, ofrecieron otra imagen bien distinta. La transformación fue total. Desarrolló el cuadro blanco un fútbol con mucho más garra. El Sevilla dio un giro total. Quiso en todo momento superar los errores del primer tiempo y pasó a dominar y a controlar el juego de forma intensa y positiva. Hasta Coke, que en el primer tiempo había estado excesivamente contemplativo, se sumó a las acciones de ataque para llegar con peligro y remate ante Riesgo. El árbitro dejó sin sancionar un claro penalti de Ramis a Konoplyanka en el minuto 58. Pero el once de Emery siguió luchando, acosando, rematando y con las ideas muy fijas para poder superar el resultado en contra.
En esta segunda parte, Unai Emery comenzó a realizar algunos cambios. Primero sustituyó a Reyes por Konoplyanka y posteriormente a N´Zonzi por Banega. El técnico quiso meter más profundidad en ataque y más calidad en el centro del campo para empezar a carburar en busca de la fortuna. En el equipo blanco tuvo entonces más control del juego y mejores ideas. Empezó a desarrollar un fútbol mucho más rentable. El once de Emery siguió luchando, acosando, rematando y con las acciones muy claras y fijas para poder superar el resultado en contra. Se volcó el once de Nervión en el ataque y logró el premio del gol del empate a los 71 minutos de juego. El centro fue de Iborra y el remate lo hizo el francés Gameiro con el cuerpo. Empujando la pelota al fondo de la portería del Eibar. El Sevilla, que con este gol lograba merecidamente poner las tablas en el marcador de Ipurúa, insistió en arrancar algo más positivo. Buscó con enorme corazón la victoria. Y ese ansiado gol para los lograr los tres merecidos puntos por los que estaba luchando el Sevilla estuvo en las botas de Vitolo y de Konoplyanka. También Immobile, que salió por Gameiro en la recta final del partido, pudo batir a Riesgo. El Eibar, sufriendo y sufriendo, se defendió como pudo de las enormes garras abiertas de los sevillistas para poder mantener el empate. El Sevilla, que mereció la victoria, se tuvo que conformar finalmente con lograr otra nueva igualada en campo ajeno. Sin embargo, fue una gran satisfacción comprobar que el cuadro de Emery, en esa segunda parte, ofreció un gran espectáculo de fútbol para dejar bien claro que se mantiene la calidad y la ambición. La buena imagen que ofreció el Sevilla en este segundo periodo de juego en Ipurúa hace soñar con los ojos bien abiertos. (Foto: SFC).

FERNANDO GELÁN

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