* El ahorro de agua o el uso más eficiente del territorio son algunos de los beneficios que espera aportar esta investigación
Investigadores de la Universidad de Sevilla y la Universidad Politécnica de Madrid trabajan en un proyecto cuyo objetivo principal es explorar las posibilidades de cultivar hortalizas al mismo tiempo que se genera energía eléctrica mediante paneles solares, aprovechando los beneficios que cada actividad supone para la otra. Para ello, están instalando dos plantas piloto de sistemas agrovoltaicos con hortícolas.
Cada una de estas plantas piloto estará formada por un conjunto de paneles solares separados entre sí por una distancia de 4 metros y elevados 3 metros sobre el suelo. Los investigadores parten de la hipótesis de que la sombra que proporciona la instalación eléctrica reducirá la necesidad de agua de las plantas, con el consiguiente ahorro en el riego, sin que esto afecte a la calidad y cantidad de la producción, ha informado la Universidad de Sevilla.
La elevación de los paneles tiene como objetivo aumentar la superficie que recibe sombra. Esta altura, unida a la separación entre los soportes en los que se apoyan dichos paneles, se ha diseñado también para permitir el paso de maquinaria agrícola entre ellos y hacer así viable una explotación comercial de estos cultivos.
Al mismo tiempo, el cultivo podrá modificar las condiciones de las placas fotovoltaicas. Los paneles pueden verse afectados por las elevadas temperaturas. Sin embargo, el hecho de tener a sus pies estos cultivos puede ayudarlos a reducir varios grados ese calentamiento, gracias a la transpiración de la planta y la consiguiente emisión de vapor de agua.
Además de los beneficios de la unión del cultivo y la planta fotovoltaica, esta actividad conjunta permite realizar un uso más eficiente del territorio. La energía fotovoltaica es una de las más baratas, pero presenta el problema de que requiere amplias extensiones de terreno. De esta forma, se da una utilidad adicional a la superficie de cultivo y se cubre al mismo tiempo esta necesidad.
El proyecto ha instalado dos de estas plantas piloto, una en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la US y otra en Madrid, para medir la influencia de la latitud en el comportamiento tanto de las hortalizas como de los sistemas fotovoltaicos. En ambas está previsto realizar rotaciones de cultivos hortícolas, lo que permitirá a los investigadores estudiar ciclos de distintas especies, con el fin de analizar los efectos diferenciales en función de la especie y el ciclo.
Cada una de estas plantas piloto estará formada por un conjunto de paneles solares separados entre sí por una distancia de 4 metros y elevados 3 metros sobre el suelo. Los investigadores parten de la hipótesis de que la sombra que proporciona la instalación eléctrica reducirá la necesidad de agua de las plantas, con el consiguiente ahorro en el riego, sin que esto afecte a la calidad y cantidad de la producción, ha informado la Universidad de Sevilla.
La elevación de los paneles tiene como objetivo aumentar la superficie que recibe sombra. Esta altura, unida a la separación entre los soportes en los que se apoyan dichos paneles, se ha diseñado también para permitir el paso de maquinaria agrícola entre ellos y hacer así viable una explotación comercial de estos cultivos.
Al mismo tiempo, el cultivo podrá modificar las condiciones de las placas fotovoltaicas. Los paneles pueden verse afectados por las elevadas temperaturas. Sin embargo, el hecho de tener a sus pies estos cultivos puede ayudarlos a reducir varios grados ese calentamiento, gracias a la transpiración de la planta y la consiguiente emisión de vapor de agua.
Además de los beneficios de la unión del cultivo y la planta fotovoltaica, esta actividad conjunta permite realizar un uso más eficiente del territorio. La energía fotovoltaica es una de las más baratas, pero presenta el problema de que requiere amplias extensiones de terreno. De esta forma, se da una utilidad adicional a la superficie de cultivo y se cubre al mismo tiempo esta necesidad.
El proyecto ha instalado dos de estas plantas piloto, una en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la US y otra en Madrid, para medir la influencia de la latitud en el comportamiento tanto de las hortalizas como de los sistemas fotovoltaicos. En ambas está previsto realizar rotaciones de cultivos hortícolas, lo que permitirá a los investigadores estudiar ciclos de distintas especies, con el fin de analizar los efectos diferenciales en función de la especie y el ciclo.
Informa finalmente la US que el proyecto ‘Producción Sostenible de hortícolas basada en sistemas agrovoltaicos’ (PID2021-1227722OB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI), comenzó en agosto de 2022 y tiene una duración de 4 años. En él participan un grupo de investigadores del departamento de Agronomía de la Universidad de Sevilla, compañeros de la misma área de la Universidad Politécnica de Madrid y miembros del departamento de Física Aplicada I de la US, especializados en energía fotovoltaica. (Foto: US).-
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