FUERA DE JUEGO.- El Mallorca fue más ambicioso y ganó 1-2 en Nervión a un Sevilla falto de chispa, desequilibrado y sin recursos que perdió plazas europeas
Manzano, el ex entrenador del conjunto balear, ha de hacer un amplio ejercicio de reflexión para poner en claro todos los grandes errores que el Sevilla cometió en Nervión, frente al cuadro de Laudrup, para terminar perdiendo por 1-2 y, además, ofreciendo una imagen muy deteriorada como equipo que aspira a estar a la altura de los dos grandes.
El empate del sábado entre el Villarreal y el Valencia en El Madrigal daba clara opción al Sevilla para subir a puestos concretos de Champions con solo cumplir con la tarea. Pero no estaba el horno sevillista para muchos bollos. La presión constante del Mallorca, la mandanga del cuadro blanco en la mayor parte de sus líneas y la falta de orden y concierto favorecieron en la primera parte el continuado dominio del Mallorca. El once que prepara Laudrup tuvo mejor colocación sobre la yerba y, además, luchó con mucho más ardor y más tenacidad.
Ante este ajustado orden mallorquín, el Sevilla de Gregorio Manzano jamás encontró una respuesta positiva. Kanouté, muy flojo técnica y físicamente en este choque, no sacó a relujcir nunca su varita mágica. Y el equipo se hundía entre errores, con un fútbol sin chispa y sin criterio. El que más peligro creó fue el Mallorca, con muchas oportunidades de gol que atajó el reincorporado Palop, que desde el portal arengaba a los suyos para que espabilaran.
Tanto fue el cántaro mallorquín al área sevillista que Castro se inventó un buen pase adelantado para que Pereira –minuto 36--, marcara raso ante los inútiles deseos de Palop por atrapar el balón. Quiso despertar el Sevilla de su indolencia, pero volvió el Mallorca a empujar con fe y con enorme espíritu de lucha para poder mantener el resultado a su favor.
Hizo cambios el cuadro de Nervión en la segunda parte, colocando a hombres letales en el ataque. Junto a Negredo y Kanouté, que ahora hace de centrocampista, se unió el fabuloso Fabiano. Jugó el Sevilla en este periodo con más ilusión y esperanza y logró empatar con un gol del brasileño en el minuto 87 de partido. Pero el equipo sevillano no terminaba de dominar la situación y siguió espeso, lento y sin recursos para sacar más provecho de las irregulares avalanchas y aguantar el empate hasta el pitido final.
El partido, pese al buen talante del Mallorca y sus buenas oportunidades, llegó a un pozo casi sin fondo. Es decir, que para ganar había que centrarse más el juego de conjunto, dar mayor rapidez a las jugadas y aprovechar las debilidades del contrario. Tal vez el juez de la contienda no quiso saber nada de lo que pasó muchas veces en el área mallorquina, pero esto es un juego de hombres y de pasiones. Poco después de empatar el Sevilla y cuando todo parecía que podría ser el mal menor de un partido horroroso de los de casa, llegó Webó y remató una falta para volver a ganar limpiamente la partida en el minuto 89. Dura puntilla para un desconocido Sevilla, aunque el Mallorca se merecía algo más que el empate. El cuadro balear buscó con más codicia, con más serenidad, con más sentido y, sobre todo, con más remate una victoria en Nervión. Al final: -1-2 para el once balear. Le cuesta un mundo al Sevilla poder consolidar su clasificación en los puestos de Champions. El cuadro blanco tenía una gran ocasión de oro en este partido frente al Mallorca para colocarse en ese privilegiado grupo de cabeza. Pero con la derrota ante el cuadro balear el Sevilla se queda además fuera de Europa. Mientras hay vida hay esperanzas. Es verdad que la Liga es larga, pero...
(Foto: Web del Sevilla F.C.)
Manzano, el ex entrenador del conjunto balear, ha de hacer un amplio ejercicio de reflexión para poner en claro todos los grandes errores que el Sevilla cometió en Nervión, frente al cuadro de Laudrup, para terminar perdiendo por 1-2 y, además, ofreciendo una imagen muy deteriorada como equipo que aspira a estar a la altura de los dos grandes.
El empate del sábado entre el Villarreal y el Valencia en El Madrigal daba clara opción al Sevilla para subir a puestos concretos de Champions con solo cumplir con la tarea. Pero no estaba el horno sevillista para muchos bollos. La presión constante del Mallorca, la mandanga del cuadro blanco en la mayor parte de sus líneas y la falta de orden y concierto favorecieron en la primera parte el continuado dominio del Mallorca. El once que prepara Laudrup tuvo mejor colocación sobre la yerba y, además, luchó con mucho más ardor y más tenacidad.
Ante este ajustado orden mallorquín, el Sevilla de Gregorio Manzano jamás encontró una respuesta positiva. Kanouté, muy flojo técnica y físicamente en este choque, no sacó a relujcir nunca su varita mágica. Y el equipo se hundía entre errores, con un fútbol sin chispa y sin criterio. El que más peligro creó fue el Mallorca, con muchas oportunidades de gol que atajó el reincorporado Palop, que desde el portal arengaba a los suyos para que espabilaran.
Tanto fue el cántaro mallorquín al área sevillista que Castro se inventó un buen pase adelantado para que Pereira –minuto 36--, marcara raso ante los inútiles deseos de Palop por atrapar el balón. Quiso despertar el Sevilla de su indolencia, pero volvió el Mallorca a empujar con fe y con enorme espíritu de lucha para poder mantener el resultado a su favor.
Hizo cambios el cuadro de Nervión en la segunda parte, colocando a hombres letales en el ataque. Junto a Negredo y Kanouté, que ahora hace de centrocampista, se unió el fabuloso Fabiano. Jugó el Sevilla en este periodo con más ilusión y esperanza y logró empatar con un gol del brasileño en el minuto 87 de partido. Pero el equipo sevillano no terminaba de dominar la situación y siguió espeso, lento y sin recursos para sacar más provecho de las irregulares avalanchas y aguantar el empate hasta el pitido final.
El partido, pese al buen talante del Mallorca y sus buenas oportunidades, llegó a un pozo casi sin fondo. Es decir, que para ganar había que centrarse más el juego de conjunto, dar mayor rapidez a las jugadas y aprovechar las debilidades del contrario. Tal vez el juez de la contienda no quiso saber nada de lo que pasó muchas veces en el área mallorquina, pero esto es un juego de hombres y de pasiones. Poco después de empatar el Sevilla y cuando todo parecía que podría ser el mal menor de un partido horroroso de los de casa, llegó Webó y remató una falta para volver a ganar limpiamente la partida en el minuto 89. Dura puntilla para un desconocido Sevilla, aunque el Mallorca se merecía algo más que el empate. El cuadro balear buscó con más codicia, con más serenidad, con más sentido y, sobre todo, con más remate una victoria en Nervión. Al final: -1-2 para el once balear. Le cuesta un mundo al Sevilla poder consolidar su clasificación en los puestos de Champions. El cuadro blanco tenía una gran ocasión de oro en este partido frente al Mallorca para colocarse en ese privilegiado grupo de cabeza. Pero con la derrota ante el cuadro balear el Sevilla se queda además fuera de Europa. Mientras hay vida hay esperanzas. Es verdad que la Liga es larga, pero...
(Foto: Web del Sevilla F.C.)
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