domingo, 5 de diciembre de 2010

FUERA DE JUEGO.- Sigue el Sevilla sin levantar cabeza y pierde 0-1 en Villarreal otro partidio de Liga

Es así, el Sevilla de Manzano no levanta cabeza. Sigue en el pozo. Pierde puestos para meterse en Europa. No supera el tremendo bache. Tres partidos perdidos en la Liga Española –dos en casa y este de fuera en Villarreal--, y el cuarto en París con el PSG, en Liga de Europa. Además, el equipo de Nervión sigue con los mismos males, pese a su buena voluntad y a sus codiciosos deseos por el cambio. Pero no se ganan los partidos únicamente con garra. Hay que jugar bien al fútbol, con una defensa fuerte, que no existe; con centro del campo que haga sus fundamentales funciones, que tampoco tiene el Sevilla y con una delantera que sea mal letal, más efectiva, porque no solo de Kanouté se puede vivir siempre.

El partido de El Madrigal fue malo y aburrido de solemnidad. Escaso juego por parte de los dos equipos, que realizaron sobre el terreno un fútbol excesivamente espeso, con muchos errores, con muy malas combinaciones y con escasa entidad. Tal vez el Villarreal fue, dentro de sus desigualdades, algo más ambicioso que el Sevilla. Por este motivo, al menos quiso jugar con más sentido la pelota e ir hacia el marco de Palop con más peligro.

Pero el Sevilla ha perdido su identidad. Es un equipo muy vulgar, aburrido, sin ideas, con jugadores que fallan estrepitosamente en pases; hombres que no hacen presión y delanteros sin apenas remate. El problema, además, es que desde un tiempo a esta parte, el propio Manzano no sabe o no es capaz de arreglar este triste desaguisado. Palop ya estuvo certero en una primera jugada de gol de los amarillos en el primer periodo, pero pronto llegaría el gol de Nilmar, que el Villarreal defendería y trataría de aumentar hasta el final del choque.

Manzano hizo cambios para refrescar las ideas, pero únicamente Kanouté respondía con algunas intenciones, pero sin sacar ningún provecho. El Villarreal siempre estuvo más fuerte en la retaguardia, trabajando además con seriedad y eficacia en el centro del campo y con unos peligrosos puntas de lanza --Nilmar y Rossi--, que son capaces de armar la marimorena en el área de cualquier conjunto rival.

No hay ya en el Sevilla juego por las bandas. Los pivotes no saben cómo hacer funcionar el centro del campo, y, para mayor INRI, el ataque, con Kanouté y Negredo, fue siempre neutralizado. Saltaron a veces chispas en el terreno de juego, pero se debió más a la impotencia del cuadro de Manzano, porque el preparador blanco del equipo celeste en El Madrigal, no encuentra las fórmulas precisas para superar estos tremendos varapalos. Y ya son muchos. Y duelen... Tampoco el juez de la contienda estuvo muy fino, perjudicando más al Sevilla que a los del submarino amarillo.

Pese a todo lo mal que jugó el Sevilla, Fernando Navarro estuvo a punto de empatar el partido en una jugada en la que el portero del Villarreal, Diego López, salvó desviando el cuero a corner. También Kanouté remató y el cancerbero local detuvo el balón en la misma línea de puerta. Pero el once del club que preside José María del Nido está muy deteriorado. Sale como entregado. Juega sin alegría. Parece un equipo muerto. El Sevilla no causa respeto ni mete miedos ni escalofríos a los equipos rivales. Hay que buscar un rápido revulsivo porque esto se le puede escapar de las manos a Manzano. El Sevilla no vuela. Está en estado de alarma.
(Foto: Web Sevilla F.C.)

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