FÚTBOL.- El Betis depende del Hércules para poder lograr el ascenso a Primera en la última jornada
Salamanca, 1; Real Betis, 1.-
Le faltó algo al Betis en el Helmántico. No sé. Más ambición. Más temperamento. Más entrega. Más garra. Es una pena que cuando estaba tan cerca el ascenso, los goles precisos no llegaron y la decepción, de momento, es grande. Porque hasta la tierra charra llegaron más de 8.000 seguidores verdiblancos, dispuestos a vivir en el estadio salmantino la gloria bendita del salto a Primera. Al menos, del primer paso seguro.
El Betis, tras el triunfo en la jornada anterior, dependía de sí mismo para lograr la meta del ascenso a Primera. Había cogido una buena racha de triunfos y la afición bética se plantó en Salamanca para ser testigos de una nueva proeza. Pero el empate final a 1-1 de Salamanca no le sirve al cuadro de Heliópolis para ascender directamente. Porque, además de tener que ganar si o si en la próxima jornada al Levante, el Hércules, el más directo rival en este forcejeo del ascenso para el Betis, no puede ni debe ganar en su último desplazamiento a Irún. Es decir, que el cuadro alicantino sí depende ahora de el mismo.
Así están las cosas de retorcidas para un Betis que había creado unas esperanzas e ilusiones enormes con los últimos resultados, aunque algunos fueran complicados y en tiempo de descuento. Pero esto es el fútbol. El salto Primera pasa por el Hércules, pues el empate a puntos entre Levante, Hércules y Betis favorece a los alicantinos. El equipo de Ruiz de Lopera quedaría el cuarto, sin opción alguna para volar a Primera.
Ha sido extraño y sorprendente el partido del Helmántico. Daba gusto contemplar a tantos miles de aficionados verdiblancos cubriendo las gradas del estadio charro. Los seguidores sevillanos animaron de forma constante a su equipo, pero el gasto de toda esta gente que se desplazó hasta Salamanca no sirvió para lograr el gran objetivo.
Jugó el Betis bastante agarrotado. Los nervios atenazaron a los jugadores verdiblancos, a pesar de que el cuadro salmantino no era para tirar cohetes. Sin embargo, no hubo en el once verdiblanco serenidad, temple y garra para sacar provecho de su mayor envergadura como equipo. Titubeó muchas veces la defensa; el centro del campo no estaba fino y en la delantera, Pavone daba un paso hacia atrás en su juego y Sergio García quedaba algo fuera del esquema.
Además, para mayor INRI para el Betis, el Salamanca marcó primero, en una jugada rara en el área, y en el que estuvo implicado sin querer Fernando Vega. Este 1-0 para los locales ponía cuesta arriba el partido para los béticos. Probó fortuna Víctor Fernández y Odonkor fue el milagro provisional para poner, al menos tablas en el marcador, y un mundo aún por delante para poder superar del todo el Salamanca.
Pero no se peleó con soltura y dominio. Faltó frescura y talento para superar del todo, al cien por cien, a un Salamanca que se puso a defender como loco el empate como mal menor. El Betis lo intentó por activa y por pasiva, pero sin claridad de ideas, sin tener a un hombre eficaz en el centro del campo para lanzar balones al área y que remataran los delanteros. Pero el Betis acusó el agarrotamiento y su poder físico se deterioró bastante. Al final, el Betis también se puso a defender el empate para buscar la solución en Heliópolis en la próxima jornada. En el cierre de la Liga en Segunda, pero con el permiso de un Hércules que no puede ganar. Si ello ocurriera y el Betis gana al Levante, que ya está en Primera, el ascenso se puede producir. Ahora, sí que hay que acordarse de la “quimera”.
Salamanca, 1; Real Betis, 1.-
Le faltó algo al Betis en el Helmántico. No sé. Más ambición. Más temperamento. Más entrega. Más garra. Es una pena que cuando estaba tan cerca el ascenso, los goles precisos no llegaron y la decepción, de momento, es grande. Porque hasta la tierra charra llegaron más de 8.000 seguidores verdiblancos, dispuestos a vivir en el estadio salmantino la gloria bendita del salto a Primera. Al menos, del primer paso seguro.
El Betis, tras el triunfo en la jornada anterior, dependía de sí mismo para lograr la meta del ascenso a Primera. Había cogido una buena racha de triunfos y la afición bética se plantó en Salamanca para ser testigos de una nueva proeza. Pero el empate final a 1-1 de Salamanca no le sirve al cuadro de Heliópolis para ascender directamente. Porque, además de tener que ganar si o si en la próxima jornada al Levante, el Hércules, el más directo rival en este forcejeo del ascenso para el Betis, no puede ni debe ganar en su último desplazamiento a Irún. Es decir, que el cuadro alicantino sí depende ahora de el mismo.
Así están las cosas de retorcidas para un Betis que había creado unas esperanzas e ilusiones enormes con los últimos resultados, aunque algunos fueran complicados y en tiempo de descuento. Pero esto es el fútbol. El salto Primera pasa por el Hércules, pues el empate a puntos entre Levante, Hércules y Betis favorece a los alicantinos. El equipo de Ruiz de Lopera quedaría el cuarto, sin opción alguna para volar a Primera.
Ha sido extraño y sorprendente el partido del Helmántico. Daba gusto contemplar a tantos miles de aficionados verdiblancos cubriendo las gradas del estadio charro. Los seguidores sevillanos animaron de forma constante a su equipo, pero el gasto de toda esta gente que se desplazó hasta Salamanca no sirvió para lograr el gran objetivo.
Jugó el Betis bastante agarrotado. Los nervios atenazaron a los jugadores verdiblancos, a pesar de que el cuadro salmantino no era para tirar cohetes. Sin embargo, no hubo en el once verdiblanco serenidad, temple y garra para sacar provecho de su mayor envergadura como equipo. Titubeó muchas veces la defensa; el centro del campo no estaba fino y en la delantera, Pavone daba un paso hacia atrás en su juego y Sergio García quedaba algo fuera del esquema.
Además, para mayor INRI para el Betis, el Salamanca marcó primero, en una jugada rara en el área, y en el que estuvo implicado sin querer Fernando Vega. Este 1-0 para los locales ponía cuesta arriba el partido para los béticos. Probó fortuna Víctor Fernández y Odonkor fue el milagro provisional para poner, al menos tablas en el marcador, y un mundo aún por delante para poder superar del todo el Salamanca.
Pero no se peleó con soltura y dominio. Faltó frescura y talento para superar del todo, al cien por cien, a un Salamanca que se puso a defender como loco el empate como mal menor. El Betis lo intentó por activa y por pasiva, pero sin claridad de ideas, sin tener a un hombre eficaz en el centro del campo para lanzar balones al área y que remataran los delanteros. Pero el Betis acusó el agarrotamiento y su poder físico se deterioró bastante. Al final, el Betis también se puso a defender el empate para buscar la solución en Heliópolis en la próxima jornada. En el cierre de la Liga en Segunda, pero con el permiso de un Hércules que no puede ganar. Si ello ocurriera y el Betis gana al Levante, que ya está en Primera, el ascenso se puede producir. Ahora, sí que hay que acordarse de la “quimera”.
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