El rito de apertura del Año Jubilar dio comienzo con la solemne procesión de entrada, que a los emotivos sones de la Letanía de los Santos, discurrió desde la casa-hermandad por la calle Daoiz hasta llegar a la fachada de la parroquia de la plaza Fernando de Herrera.
En la misma formaban parte los acólitos, las hermandades del Lunes Santo y de la feligresía de San Andrés, delegado del Lunes Santo y presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, congregaciones religiosas de San José de la Montaña y del Pozo Santo, ex hermanos mayores de Santa Marta, representantes del Ayuntamiento de Sevilla, la Junta de Gobierno de la hermandad, diácono con el evangeliario, sacerdotes con el párroco de San Andrés y director espiritual, reverendo don Jesús Maya, el arzobispo emérito, monseñor Asenjo, y el arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses, todos bajo la atenta mirada y coordinación del delegado diocesano de Liturgia del Arzobispado y prefecto de Liturgia de la Catedral, don Luis Rueda Gómez.
Año de Gracia del Señor
Llegados ante la Puerta Santa, que es la situada en la plaza Fernando de Herrera, se iniciaron los ritos con la lectura del evangelio de San Lucas, que fue realizada por el diácono Félix Quijada Balbuena, que marcó el tono de toda la celebración: “…me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor…”
Después, el maestro de ceremonias, reverendo don Luis Rueda, dio lectura al Decreto de la Penitenciaría Apostólica fechado el 7 de septiembre de 2022, por el que se concede el Año Jubilar de Santa Marta.
En la misma formaban parte los acólitos, las hermandades del Lunes Santo y de la feligresía de San Andrés, delegado del Lunes Santo y presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, congregaciones religiosas de San José de la Montaña y del Pozo Santo, ex hermanos mayores de Santa Marta, representantes del Ayuntamiento de Sevilla, la Junta de Gobierno de la hermandad, diácono con el evangeliario, sacerdotes con el párroco de San Andrés y director espiritual, reverendo don Jesús Maya, el arzobispo emérito, monseñor Asenjo, y el arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses, todos bajo la atenta mirada y coordinación del delegado diocesano de Liturgia del Arzobispado y prefecto de Liturgia de la Catedral, don Luis Rueda Gómez.
Año de Gracia del Señor
Llegados ante la Puerta Santa, que es la situada en la plaza Fernando de Herrera, se iniciaron los ritos con la lectura del evangelio de San Lucas, que fue realizada por el diácono Félix Quijada Balbuena, que marcó el tono de toda la celebración: “…me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor…”
Después, el maestro de ceremonias, reverendo don Luis Rueda, dio lectura al Decreto de la Penitenciaría Apostólica fechado el 7 de septiembre de 2022, por el que se concede el Año Jubilar de Santa Marta.
Bajo la invocación: “Para gloria de Dios y nuestro provecho espiritual, iniciamos este tiempo de gracia que Dios nos regala, y abrimos las puertas de esta parroquia de San Andrés, como signo de la misericordia del Padre que nos acoge, nos perdona, nos acoge y nos renueva. Caminemos al encuentro del Señor, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”, con un golpe de báculo del Arzobispo Saiz Meneses se abrió la Puerta Santa, accediendo al templo todos los participantes en la procesión de entrada, para continuar la solemne celebración de la eucaristía en el segundo día del triduo a Santa Marta, que fue concelebrada por los arzobispos y sacerdotes presentes.
Cristo Jesús, la piedra angular
La lectura de la carta a las efesios, “ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios”, siendo Cristo Jesús, la piedra angular, y el salmo 18, “a toda la tierra alcanza su pregón”, fueron leídos por el hermano mayor, Antonio Távora Alcalde. El diácono Félix Quijada proclamó el evangelio de San Lucas, que, tras la oración de Jesús, narraba la llamada de Jesús a los doce apóstoles,
En su homilía, el arzobispo se refirió a las principales características de un Año Jubilar: “un tiempo propicio en que Dios concede todos sus bienes para nuestra renovación interior”, en el que “la puerta santa es un símbolo de Jesús, como dice el evangelio de San Juan: «Yo soy la puerta, quien entre por mí se salvará». Solo Cristo es el Salvador enviado por Dios Padre que nos hace pasar del pecado a la gracia, introduciéndonos en la plena comunión con Dios”. En definitiva, iniciamos un “tiempo de reconciliación, de dejarse convertir por el Señor, de dejarse cambiar el corazón, tiempo de penitencia sacramental”.
Más adelante indicó el prelado que “a la puerta santa cada uno llega cargando su propia vida, con alegrías y sufrimientos, con proyectos, con éxitos y fracasos, con dudas y temores, para presentarlos ante la misericordia del Señor, y el Señor sale al encuentro de cada uno de nosotros y nos ofrece su palabra de consuelo y su gracia reparadora”. En definitiva, “esta es la puerta del encuentro entre el dolor de la humanidad y la compasión de Dios, traspasando el umbral realizamos nuestra peregrinación al encuentro de la misericordia de dios, que nos ayudará a levantarnos y a caminar”.
Apóstoles del siglo XXI
Enlazando con la festividad del día, los santos apóstoles san Simón y san Judas, el arzobispo señaló que “nosotros somos los apóstoles del siglo XXI, testigos de Cristo y enviados a dar testimonio de su persona, de su palabra, de su salvación. Todos los miembros del pueblo de Dios estamos llamados a la santidad y al apostolado. Todos participamos en la misión de la Iglesia”.
“A lo largo de este Año Jubilar nos concede encontrarnos con Él y seguir adelante, conscientes de su presencia activa y amorosa. Vivamos este año con mucha intensidad. Tiene que haber un antes y un después de este año, en la hermandad, en la parroquia, en la ciudad, en la diócesis, en la Iglesia. El Señor está muy presente entre nosotros, Él es la puerta de la salvación, la vida, la luz que nos guía, que nos impulsa en el camino de la vida.”
Por último, se encomendó a los titulares de la hermandad, pidiendo que “el Santísimo Cristo de la Caridad, Nuestra Señora de las Penas y Santa Marta nos ayuden a vivir con mucho fruto este Año Jubilar, a recibir toda la gracia, todo el perdón, todo el amor que el Señor nos quiere conceder”.
Nardos para Santa Marta
El templo parroquial aparecía repleto de hermanos y devotos durante toda la celebración, así como numerosos invitados de entidades vinculadas con la hermandad. En el presbiterio destacaba el gran altar de cultos levantado por la priostía, presidido por la venerada imagen de Santa Marta entre abundante cera muy bien dispuesta. El exorno floral estaba compuesto a base de nardos, lo que impregnaba de un agradable olor por toda la iglesia.
La parte musical, muy cuidada como toda la celebración, estuvo a cargo de la Agrupación Coral Portuense, bajo la dirección de Millán Alegre, que interpretó la misa de Angelis, en gregoriano, así como diversas composiciones, destacando muy especialmente la Cantata 147 de Bach y el Ave Verum de Mozart, y, al final, el Aleluya de Haendel.
Bendición papal
Tras la comunión, fue dada a conocer y leída por todos los asistentes la oración a Santa Marta para el Año Jubilar que ha compuesto el señor Arzobispo y que será rezada en todas las celebraciones jubilares.
Asimismo, por concesión de la penitenciaría apostólica y para concluir la celebración, el arzobispo impartió la Bendición Papal con indulgencia plenaria, lo que se realiza fuera de la Catedral solamente en ocasiones excepcionales como la que nos reunía, lo que fue debidamente anunciado a los fieles por el sacerdote don Luis Rueda.
Al término de la solemne eucaristía --informa finalmente la Hermandad de Santa Marta--, el señor Arzobispo, el arzobispo eméritos, los sacerdotes e invitados compartieron con los muchos hermanos presentes un fraternal ágape en la casa de hermandad, que fue el colofón cofrade a un día inolvidable, inicio de la conmemoración del setenta y cinco aniversario de la fundación, lo que quedará escrito con letras de oro en la historia de la Hermandad de Santa Marta. (Fotos: HSM),
En su homilía, el arzobispo se refirió a las principales características de un Año Jubilar: “un tiempo propicio en que Dios concede todos sus bienes para nuestra renovación interior”, en el que “la puerta santa es un símbolo de Jesús, como dice el evangelio de San Juan: «Yo soy la puerta, quien entre por mí se salvará». Solo Cristo es el Salvador enviado por Dios Padre que nos hace pasar del pecado a la gracia, introduciéndonos en la plena comunión con Dios”. En definitiva, iniciamos un “tiempo de reconciliación, de dejarse convertir por el Señor, de dejarse cambiar el corazón, tiempo de penitencia sacramental”.
Más adelante indicó el prelado que “a la puerta santa cada uno llega cargando su propia vida, con alegrías y sufrimientos, con proyectos, con éxitos y fracasos, con dudas y temores, para presentarlos ante la misericordia del Señor, y el Señor sale al encuentro de cada uno de nosotros y nos ofrece su palabra de consuelo y su gracia reparadora”. En definitiva, “esta es la puerta del encuentro entre el dolor de la humanidad y la compasión de Dios, traspasando el umbral realizamos nuestra peregrinación al encuentro de la misericordia de dios, que nos ayudará a levantarnos y a caminar”.
Apóstoles del siglo XXI
Enlazando con la festividad del día, los santos apóstoles san Simón y san Judas, el arzobispo señaló que “nosotros somos los apóstoles del siglo XXI, testigos de Cristo y enviados a dar testimonio de su persona, de su palabra, de su salvación. Todos los miembros del pueblo de Dios estamos llamados a la santidad y al apostolado. Todos participamos en la misión de la Iglesia”.
“A lo largo de este Año Jubilar nos concede encontrarnos con Él y seguir adelante, conscientes de su presencia activa y amorosa. Vivamos este año con mucha intensidad. Tiene que haber un antes y un después de este año, en la hermandad, en la parroquia, en la ciudad, en la diócesis, en la Iglesia. El Señor está muy presente entre nosotros, Él es la puerta de la salvación, la vida, la luz que nos guía, que nos impulsa en el camino de la vida.”
Por último, se encomendó a los titulares de la hermandad, pidiendo que “el Santísimo Cristo de la Caridad, Nuestra Señora de las Penas y Santa Marta nos ayuden a vivir con mucho fruto este Año Jubilar, a recibir toda la gracia, todo el perdón, todo el amor que el Señor nos quiere conceder”.
Nardos para Santa Marta
El templo parroquial aparecía repleto de hermanos y devotos durante toda la celebración, así como numerosos invitados de entidades vinculadas con la hermandad. En el presbiterio destacaba el gran altar de cultos levantado por la priostía, presidido por la venerada imagen de Santa Marta entre abundante cera muy bien dispuesta. El exorno floral estaba compuesto a base de nardos, lo que impregnaba de un agradable olor por toda la iglesia.
La parte musical, muy cuidada como toda la celebración, estuvo a cargo de la Agrupación Coral Portuense, bajo la dirección de Millán Alegre, que interpretó la misa de Angelis, en gregoriano, así como diversas composiciones, destacando muy especialmente la Cantata 147 de Bach y el Ave Verum de Mozart, y, al final, el Aleluya de Haendel.
Bendición papal
Tras la comunión, fue dada a conocer y leída por todos los asistentes la oración a Santa Marta para el Año Jubilar que ha compuesto el señor Arzobispo y que será rezada en todas las celebraciones jubilares.
Asimismo, por concesión de la penitenciaría apostólica y para concluir la celebración, el arzobispo impartió la Bendición Papal con indulgencia plenaria, lo que se realiza fuera de la Catedral solamente en ocasiones excepcionales como la que nos reunía, lo que fue debidamente anunciado a los fieles por el sacerdote don Luis Rueda.
Al término de la solemne eucaristía --informa finalmente la Hermandad de Santa Marta--, el señor Arzobispo, el arzobispo eméritos, los sacerdotes e invitados compartieron con los muchos hermanos presentes un fraternal ágape en la casa de hermandad, que fue el colofón cofrade a un día inolvidable, inicio de la conmemoración del setenta y cinco aniversario de la fundación, lo que quedará escrito con letras de oro en la historia de la Hermandad de Santa Marta. (Fotos: HSM),
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