* En junio ya se ha establecido una red de 35 puntos de muestreo (20 en la ciudad y 15 en el área metropolitana). Con este sistema por tanto se establece un seguimiento de una población de más de 1,2 millones de habitantes.
La Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla han conformado una comisión técnica conjunta de trabajo para la detección y contención de posibles brotes de la COVID-19 que se produzcan en la ciudad. Para ello, se tomará como base el trabajo realizado por Emasesa desde el mes de marzo para la detección del virus SARS-COV-2 en las aguas residuales, a través de una red de 35 puntos en el área metropolitana en los que se toman muestras semanales. Este plan de trabajo conjunto permitirá que, en el momento que se detecten indicios de coronavirus, se puedan ir acotando las muestras y localizando los posibles brotes para establecer a continuación el plan conjunto de contención.
El Director General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, José María de Torres; el Delegado de Bienestar Social, Empleo y Planes Integrales de Transformación Social, Juan Manuel Flores; el Delegado de Transición Ecológica, David Guevara; y el Consejero Delegado de Emasesa, Jaime Palop, han mantenido una reunión para avanzar en esta estrategia de trabajo conjunto previa al inicio de las sesiones de la comisión técnica conjunta, que se reunirá hoy por primera vez. En la misma, el representante de Salud y Familias ha destacado que “como en el caso de Sevilla, si apostamos por una red andaluza de vigilancia de aguas residuales podemos tener un indicador de salud”.
Esta estrategia conjunta de trabajo, basada en el proyecto técnico desarrollado por Emasesa, se enmarca dentro de los acuerdos suscritos por los grupos municipales de la Corporación municipal en la comisión para la reactivación social y económica y el fomento del empleo. En este documento, se fijó como primera propuesta la aprobación de un plan de seguridad sanitaria para la ciudad destinado a la contención y la mitigación de una probable segunda oleada de la pandemia de la COVID 19 que incluya cuestiones como la vigilancia epidemiológica, la detección de casos, el rastreo de contactos, la cuarentena selectiva, la adquisición de medios de protección para el abastecimiento de la población, priorizando los sectores de población más sensibles. Y la atención especial a las residencias de mayores.
El sistema de detección de aguas residuales desarrollado en el laboratorio de Emasesa toma como punto de partida las investigaciones realizadas en distintos centros europeos en las que se constata que en las aguas residuales se pueden detectar un aumento de los niveles de circulación del Covid-19 o partes de sus fragmentos genéticos, tanto en los casos en que haya un foco de población contagiada o, cuando el foco de la población sólo haya presentado los primeros síntomas o sean asintomáticos. De esta forma, este análisis de las aguas residuales se convierte en una herramienta de anticipación ante nuevos rebrotes útil para los servicios médicos y la administración.
Durante el mes de mayo se realizaron las distintas pruebas que permitieran evaluar el seguimiento de la crisis sanitaria con muestras congeladas desde el 11 de marzo en las cinco estaciones depuradoras. En junio ya se ha establecido una red de 35 puntos de muestreo (20 en la ciudad y 15 en el área metropolitana). Con este sistema por tanto se establece un seguimiento de una población de más de 1,2 millones de habitantes.
“En estos momentos el sistema de detección a través de las aguas residuales refleja una buena situación en la ciudad de Sevilla sin que haya rastros en los puntos de control de Emasesa de presencia de la COVID 19. Pero es fundamental que estemos preparados y que tengamos un protocolo de actuación y de seguimiento. La colaboración institucional entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento es prioritaria y de ahí este trabajo conjunto a través de una mesa técnica”, explicó el delegado de Bienestar Social, Empleo y planes integrales de transformación social, Juan Manuel Flores. Por su parte, el consejero delegado de Emasesa, Jaime Palop, destacó el seguimiento realizado desde el mes de marzo en los nuevos laboratorios de la empresa metropolitana de transportes y las posibilidades que ofrece el sistema de detección de aguas residuales: “Podemos ir acotando zonas y espacios hasta detectar el origen del foco de la COVID 19 y prestar especial atención a zonas más pobladas o donde residan personas más vulnerables como equipamientos como residencias de personas mayores”.
El Director General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, José María de Torres, se refirió a “la importancia de unir esfuerzos con el Ayuntamiento de Sevilla y en este caso más que nunca porque estamos en plena pandemia y el virus sigue estando entre nosotros”. El representante de la Consejería de Salud y Familias señaló que “si tenemos una red andaluza de vigilancia de aguas residuales podemos tener un indicador de salud, de vigilancia”, explicando que “si los niveles de COVID-19 empiezan a aumentar en determinadas zonas, el punto indicador es una señal de alarma que nos dice que algo está pasando. Es un aviso temprano. Y si eso lo unimos a los datos de asistencia sanitaria, podemos perfectamente trazar y cuadrar todos los datos”. “Hoy empezamos a trabajar técnicamente para que este proyecto vaya deprisa y empiece a dar sus frutos como un indicador de salud que estará unido al Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía porque, si no, de nada nos serviría. Nuestro objetivo es prevenir y adelantarnos a lo que nos pueda llegar”, afirmó finalmente.
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