* El informe refleja que, si el mensaje gira en torno al hombre como “cliente” en vez de la mujer prostituida, su eficacia en el cambio de actitudes y en la predisposición del comportamiento en relación a la prostitución se hace más evidente.
La delegada de Igualdad, Educación, Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos del Ayuntamiento de Sevilla, Adela Castaño, e investigadores de la Universidad Loyola han presentado hoy un estudio –realizado por José Antonio Muñiz-Velázquez, Gema Sáez, Pilar Aguilar, y Alejandro J. Tapia, de los departamentos de Comunicación y Educación, y de Psicología- que revela que la publicidad institucional del Ayuntamiento de Sevilla contra la prostitución ha logrado su objetivo de concienciar a la ciudadanía.
El Ayuntamiento de Sevilla cada año lanza, coincidiendo con el 23 de septiembre (Día Internacional contra la Prostitución, la Trata y el Tráfico de personas con fines de Explotación Sexual), una campaña publicitaria para mitigar la demanda de prostitución entre la población masculina. De este modo, el consistorio puso en marcha hace más de una década un Plan de Acción Integral para luchar contra La Trata, le Prostitución y Otras formas de Explotación Sexual, en la que la publicidad ha sido una herramienta clave para ello desde el primer momento. “El Ayuntamiento mantiene un compromiso firme con la erradicación de la prostitución y con el cumplimiento del Plan Integral que establece como línea prioritaria de trabajo la concienciación y la sensibilización”, ha señalado Castaño durante la presentación.
Para medir su efectividad en la población real, el equipo de investigación de la Universidad Loyola integrado por José Antonio Muñiz-Velázquez, Gema Sáez, Pilar Aguilar, y Alejandro J. Tapia han desarrollado un experimento con el que medir los efectos psicológicos de dichas campañas, cuyos resultados han sido presentados en el Ayuntamiento de Sevilla.
En concreto, los investigadores de Loyola han estudiado los efectos en el cambio de actitudes y en la predisposición del comportamiento hacia la prostitución y hacia la mujer prostituida en sí. Según han explicado, la metodología experimental consigue aislar el resto de variables que pueden intervenir en el proceso de influencia de una campaña publicitaria, aún más de carácter social como lo son éstas.
Tras varias fases en las que se testaron las piezas publicitarias, el experimento se llevó a cabo con más de 300 personas (hombres, pero también mujeres), todas ellas residentes en Sevilla y con parámetros sociodemográficos que las hacían ser parte del público objetivo de las campañas del Servicio de la Mujer.
Los resultados, obtenidos a través de diferentes escalas validadas internacionalmente arrojaron que las campañas son “ciertamente eficaces en el cambio de actitudes”, especialmente si el mensaje se centra en el hombre, en apelar a su hombría, a la vergüenza social, a la valía o la autoestima. No se lograban la misma intensidad de efecto, en cambio, recoge este estudio, si el centro del mensaje era la mujer que se prostituye y que es explotada sexualmente, lo cual de alguna manera trataba de despertar la culpabilidad en unos casos, y la empatía en otros. Los resultados de este estudio corroboran los de investigaciones previas de temáticas parecidas. “En publicidad, la culpabilidad y la acusación más o menos explícita no son un buen motor para el cambio de actitudes y de comportamientos, y la empatía, por su lado, requiere de otros canales y acciones para ser despertada”, asegura.
En resumen, la investigación, que está en proceso de publicación en una revista científica internacional, avala así el esfuerzo comunicativo que, junto al resto de acciones, viene desarrollando el Servicio de la Mujer del Ayuntamiento de Sevilla. Y por extensión del resto de administraciones e instituciones que luchan en la misma línea para tratar de mitigar un fenómeno creciente como es el de la explotación sexual.
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