A la hora señalada, a las ocho y cuarto de la mañana, se inicio la procesión eucarística desde la Puerta de San Miguel de la Catedral de Sevilla para cubrir el tradicional itinerario.
Más de 4.000 personas formaron parte del cortejo que fue seguido por miles de sevillanos y sevillanas que se concentraron en la Avenida de la Constitución hasta la Plaza de la Virgen de los Reyes.
Los carráncanos abrieron el cortejo con la representación de la Hermandad Sacramental del Sagrario de la Catedral.
En el interior del templo metropolitano, en el Altar del Jubileo, el arzobispo de la diócesis, monseñor Juan José Asenjo, presidió la solemne Eucarística en esta festividad del Corpus Christi sevillano, con la asistencia de las primeras autoridades.
En este acto bailaron los seises en el Altar del Jubileo y el prelado hispalense llevó a cabo la bendición solemne con Su Divina Majestad.
Situándonos en la Plaza de San Francisco, donde se instala en la fachada del Consistorio Municipal el altar con la imagen de la Virgen Gloriosa de la Hiniesta, la procesión transcurrió por esta zona del itinerario desde las 9,15 horas de la mañana hasta pasadas las 11,30 horas.
El público congregado la Plaza recibían de pié el tránsito de los pasos que forman en el cortejo: Sor Ángela de la Cruz, Santas Justa y Rufina, San Isidoro, San Leando, San Fernando, la Inmaculada Concepción, el Niño Jesús y la Santa Espina.
Hay que destacar entre las numerosas representaciones del mundo cofradiero de Sevilla la presencia de Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, con el presidente Francisco Vélez al frente del grupo.
Cuando pasó la Custodia, que fue realizada por Juan de Arfe, llegó a la Plaza de San Francisco, todos los sevillanos congregados en este sector del recorrido se arrodillaron ante Jesús Sacramentado.
Hay que destacar la presencia de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla tras el paso del Patrón de la ciudad, que interpretó numerosas marchas cofradieras durante el recorrido de la procesión.
Asimismo, en la Plaza de San Francisco, intervinieron la Coral Parroquial de Montelirio de Castilleja de Guzmán y la de Nuestra Señora del Álamo de Olivares.
Por estar convaleciente monseñor Juan José Asenjo, que se retiró tras presidir el solemne acto Eucarístico en el Altar del Jubileo de la Catedral, el obispo auxiliar, monseñor Santiago Gómez Sierra y otras numerosas representaciones del Cabildo y de Archidiócesis formaron tras la gran Custodia con Jesús Sacramentado. A continuación figuró, bajo mazas, la Corporación Municipal hispalense, presidida por el alcalde de la ciudad, Juan Espadas, así como la representación del organismo provincial.
Cerró el cortejo una Compañía de Honores del Ejército, con bandera, escuadra y banda de música, que al final de la procesión, antes de que la Custodia entrara en la Catedral por la Puerta de Palos desfiló por la Plaza de la Virgen de los Reyes entre las ovaciones de los sevillanos.
Este año 2019, en el gran Corpus, el calor lo pusieron los miles de sevillanos que participaron en la solemne procesión. La temperatura fue agradable y el público gozó con enorme pasión de la gran fiesta sacramental de Sevilla.
HOMILÍA DEL ARZOBISPO EN LA CATEDRAL DE SEVILLA EN EL CORPUS 2019
La Eucaristía sigue siendo signo de contradicción
Tras recordar el origen histórico de esta solemnidad, monseñor Asenjo afirmó que "el misterio eucarístico supera toda lógica humana”. Por ello, señaló que no es de extrañar que “también hoy a muchos les cueste aceptar la presencia real”. “Hoy como entonces –añadió-, la Eucaristía sigue siendo signo de contradicción y no es para menos, porque un Dios que se hace carne y se ofrece para la vida del mundo pone en crisis la sabiduría de los hombres".
En esta línea, el Arzobispo apuntó que "para que todos lo contemplen y se sientan atraídos hacia Él, en esta mañana proclamamos a plena luz, en el bellísimo entramado urbano de la ciudad de Sevilla, cuanto Jesús dijo e hizo en la intimidad del Cenáculo".
Corpus Christi y el Día de la Caridad
Más adelante recordó que "sin la Eucaristía, recibida con frecuencia y con las debidas disposiciones, ni los sacerdotes, ni los consagrados, ni los laicos podremos vivir nuestra fe y nuestros compromisos con coraje y valentía. Sin ella –reiteró- nos faltarían las fuerzas para mantener la esperanza, para afrontar las dificultades del camino, para luchar contra el mal, para no sucumbir ante los ídolos y las seducciones del mundo, para seguir al Señor con entusiasmo, ofrecerle la vida, confesarle delante de los hombres, servir, amar y perdonar, incluso a los enemigos". Esta vivencia debe llevar al cristiano a "compartir". Por ello, monseñor Asenjo señaló que "no es una casualidad que la Iglesia en España celebre en este día la Jornada de Caritas, el día de la caridad".
En este punto, el Arzobispo recordó que "se dan entre nosotros situaciones de extrema pobreza y de privaciones de hasta lo más elemental". Por tanto, la participación en la Eucaristía exige, "hoy más que nunca, signos de fraternidad, un género de vida más austero y no ostentoso, por solidaridad con los que nada tienen y para poder compartir con ellos no sólo lo que nos sobra, sino incluso lo necesario". Al respecto, solicitó a los presentes generosidad en la colecta, que se destinaría a Cáritas, una institución diocesana que el pasado martes presentó su Memoria de Actividades correspondiente al año 2018. (Fotos: NOV. AS y JE)
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En el acto celebrado en el Altar del Jubileo de la Catedral, en la misa estacional ante la Custodia, con el tradicional baile de los seises, el prelado hispalense pronunció una homilía con relación a la fiesta del Corpus 2019 que se celebraba edste 20 de junio.
"En esta mañana, en esta singular cita de fe y de alabanza que es la fiesta del Corpus Christi en la ciudad de Sevilla, también nosotros proclamamos con gran alegría espiritual este misterio esencial de nuestra fe, corazón de la Iglesia", de esta manera inició su homilía el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, en la misa celebrada esta mañana en la Catedral al inicio de la procesión del Corpus por las calles del centro de la ciudad.
La Eucaristía sigue siendo signo de contradicción
Tras recordar el origen histórico de esta solemnidad, monseñor Asenjo afirmó que "el misterio eucarístico supera toda lógica humana”. Por ello, señaló que no es de extrañar que “también hoy a muchos les cueste aceptar la presencia real”. “Hoy como entonces –añadió-, la Eucaristía sigue siendo signo de contradicción y no es para menos, porque un Dios que se hace carne y se ofrece para la vida del mundo pone en crisis la sabiduría de los hombres".
En esta línea, el Arzobispo apuntó que "para que todos lo contemplen y se sientan atraídos hacia Él, en esta mañana proclamamos a plena luz, en el bellísimo entramado urbano de la ciudad de Sevilla, cuanto Jesús dijo e hizo en la intimidad del Cenáculo".
Corpus Christi y el Día de la Caridad
Más adelante recordó que "sin la Eucaristía, recibida con frecuencia y con las debidas disposiciones, ni los sacerdotes, ni los consagrados, ni los laicos podremos vivir nuestra fe y nuestros compromisos con coraje y valentía. Sin ella –reiteró- nos faltarían las fuerzas para mantener la esperanza, para afrontar las dificultades del camino, para luchar contra el mal, para no sucumbir ante los ídolos y las seducciones del mundo, para seguir al Señor con entusiasmo, ofrecerle la vida, confesarle delante de los hombres, servir, amar y perdonar, incluso a los enemigos". Esta vivencia debe llevar al cristiano a "compartir". Por ello, monseñor Asenjo señaló que "no es una casualidad que la Iglesia en España celebre en este día la Jornada de Caritas, el día de la caridad".
En este punto, el Arzobispo recordó que "se dan entre nosotros situaciones de extrema pobreza y de privaciones de hasta lo más elemental". Por tanto, la participación en la Eucaristía exige, "hoy más que nunca, signos de fraternidad, un género de vida más austero y no ostentoso, por solidaridad con los que nada tienen y para poder compartir con ellos no sólo lo que nos sobra, sino incluso lo necesario". Al respecto, solicitó a los presentes generosidad en la colecta, que se destinaría a Cáritas, una institución diocesana que el pasado martes presentó su Memoria de Actividades correspondiente al año 2018. (Fotos: NOV. AS y JE)
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