* La obra ganadora, “10 años en Alepo”, es una historia rotunda que expresa a través de los pinceles un drama actual con una visión realista no exenta de lirismo.
Su vocación como artista comenzó hace muchos años y va más allá de una carrera en la facultad. “Desde pequeño tuve la suerte de que uno de mis tíos había sido pintor. Desde entonces, acostumbrándome a ver su obra, me di cuenta de que la pintura era mi mundo”, ha manifestado Gonzalo Rodríguez.
Cuenta que de pequeño le chocaba que se pudiesen realizar fotografías y llevarlas a un lienzo. “Transformarlas y que no solo fueran fotografías, sino que fuese algo más que lo que se veía en la realidad. A partir de ahí empecé a dibujar, mi tío me presionaba mucho para que yo dibujara, fue uno de los motivos por el que me decidí a estudiar Bellas Artes en Sevilla”.
“Transformarlas y que no solo fueran fotografías, sino que fuesen algo más que lo que se veía en la realidad”
El academicismo de la escuela sevillana ha marcado su línea de creación. Él se define como un artista impresionista, pero con mucha influencia de la escuela de Sevilla. “Ahora estoy intentando tener una línea propia en la que me estoy deshaciendo de ese clasicismo que sí se sigue mostrando en la facultad”.
Gonzalo actualmente está trabajando en crear su sello, su línea propia de identidad. “Trabajo con el paisaje, tengo interés en la figura humana pero no es la temática que suelo crear, suelo trabajar más paisajes y entornos urbanos”.
“Quiero que en mis obras la gente aprecie los cambios constantes del cuadro, no reniego de esos fallos”
Él destaca que su obra se enmarca en una línea más naturalista exenta de rigidez. “Intento que las formas se vayan deshaciendo, es un trabajo de muchas capas. Una de las cosas que me interesa es que se vea el error, quiero que en las obras la gente aprecie los cambios constantes del cuadro, no reniego de esos fallos”.
El artista comentando su obra en la Fundación Valentín de Madariaga
Siempre ha hecho pintura, pero también grabados, serigrafías y punta seca. Pero donde se siente más cómodo es rodeado de pinceles, en pintura mixta, acrílico y óleo. Sus intereses son las cosas cotidianas, las cosas del día a día. Gonzalo vive en la casa que pertenecía a sus abuelos en Bélmez, un pueblo de Córdoba. Allí son muchos los rincones de la casa que le motivan a pintar. “Escojo cosas que están alrededor, cualquier espacio que tiene juego de luces interesantes, intento trabajar con cosas muy emocionales, cosas muy cercanas. Si pintase cosas que no me incumbe, me estaría mintiendo a mí mismo”.
“Intento trabajar cosas muy emocionales, cosas muy cercanas. Si pintase cosas que no me incumbe, me estaría mintiendo a mí mismo”
En el caso de 10 años en Alepo, la obra ganadora del Certamen Artistas Emergentes, ha querido dar un paso hacia delante, algo diferente a lo que hace día a día. Su fuente de inspiración fue totalmente distinta. “Me inspiré en artistas como Dionisio González. Quería dar una visión frontal de edificios y encontré imágenes de Alepo que recordaban a la fotografía contemporánea. A partir de ahí, hice esa interpretación de las fotografías de forma pictórica”.
Gonzalo quiso dar un cambio de rumbo, quiso exigirse más de lo que hacía en su estudio, es por ello por lo que buscó referencias fotográficas, suyas y de archivo. Su obra se enmarca en el contexto social y político de la ciudad siria de Alepo, cuya realidad e historia reciente ha sufrido un impacto terrible debido a la guerra. Ese profundo contenido social, unido a la calidad pictórica de su obra, han sido las razones por las que el jurado de este Certamen ha decidido otorgarle en máximo galardón.
“Mientras en Occidente nos sorprendemos de cuánto hemos cambiado en los últimos diez años, la realidad de ciudades como Alepo refleja la extinción de un país poblado y gobernado por ruinas”
Gonzalo nos cuenta que la obra surgió hace algunos meses, cuando en las redes sociales se hizo tendencia compartir imágenes en las que se apreciaba cuánto habíamos cambiado en los últimos diez años. “Esto coincidió con el visionado de algunas imágenes de ciudades sirias, en las que prácticamente solo quedaba visible la huella que había dejado a su paso la intervención militar. Mientras en Occidente nos sorprendemos de cuánto hemos evolucionado en los últimos diez años, la realidad de ciudades como Alepo, Baghuz o Raqa refleja la extinción de un país poblado y gobernado por ruinas”.
Nunca pensó que su obra iba a impactar de esta forma porque no sabía las líneas en la que se iba a guiar el Certamen, al ser la primera edición. “La exposición en el patio la Fundación Madariaga me parece magnífica, se ha hecho un catálogo muy bien editado y maquetado, además de la difusión que ha tenido el Certamen. Ha tenido un gran impacto entre los jóvenes artistas y espero que lo tenga en las próximas ediciones. Hace falta este empuje para que los nuevos creadores encuentren su sitio”.
“Es muy interesante pertenecer a la colección Loyola Andalucía, me parece que las universidades tienen que hacer un trabajo importante por el arte”
El artista cordobés se siente muy contento y feliz de haber ganado esta primera edición del Certamen Artistas Emergentes. “Cuando recibí la noticia no me lo esperaba. Suelo mandar muchas obras a certámenes y muchas veces sales seleccionado, pero no siempre crees que puedas ganar, y más en este caso, siendo la primera edición y, además, se sabe que el objetivo y motivación que tiene la Universidad Loyola Andalucía es crear una colección importante. Es muy interesante pertenecer a ella, me parece que las universidades tienen, en cierta manera, la obligación de hacer un trabajo importante para promocionar el arte. Ojalá que fueran muchas las instituciones que exploten esta dinámica y los jóvenes creadores tengamos espacio donde mostrar nuestra visión de los problemas actuales a través del arte”. (ULA).
“Transformarlas y que no solo fueran fotografías, sino que fuesen algo más que lo que se veía en la realidad”
El academicismo de la escuela sevillana ha marcado su línea de creación. Él se define como un artista impresionista, pero con mucha influencia de la escuela de Sevilla. “Ahora estoy intentando tener una línea propia en la que me estoy deshaciendo de ese clasicismo que sí se sigue mostrando en la facultad”.
Gonzalo actualmente está trabajando en crear su sello, su línea propia de identidad. “Trabajo con el paisaje, tengo interés en la figura humana pero no es la temática que suelo crear, suelo trabajar más paisajes y entornos urbanos”.
“Quiero que en mis obras la gente aprecie los cambios constantes del cuadro, no reniego de esos fallos”
Él destaca que su obra se enmarca en una línea más naturalista exenta de rigidez. “Intento que las formas se vayan deshaciendo, es un trabajo de muchas capas. Una de las cosas que me interesa es que se vea el error, quiero que en las obras la gente aprecie los cambios constantes del cuadro, no reniego de esos fallos”.
El artista comentando su obra en la Fundación Valentín de Madariaga
Siempre ha hecho pintura, pero también grabados, serigrafías y punta seca. Pero donde se siente más cómodo es rodeado de pinceles, en pintura mixta, acrílico y óleo. Sus intereses son las cosas cotidianas, las cosas del día a día. Gonzalo vive en la casa que pertenecía a sus abuelos en Bélmez, un pueblo de Córdoba. Allí son muchos los rincones de la casa que le motivan a pintar. “Escojo cosas que están alrededor, cualquier espacio que tiene juego de luces interesantes, intento trabajar con cosas muy emocionales, cosas muy cercanas. Si pintase cosas que no me incumbe, me estaría mintiendo a mí mismo”.
“Intento trabajar cosas muy emocionales, cosas muy cercanas. Si pintase cosas que no me incumbe, me estaría mintiendo a mí mismo”
En el caso de 10 años en Alepo, la obra ganadora del Certamen Artistas Emergentes, ha querido dar un paso hacia delante, algo diferente a lo que hace día a día. Su fuente de inspiración fue totalmente distinta. “Me inspiré en artistas como Dionisio González. Quería dar una visión frontal de edificios y encontré imágenes de Alepo que recordaban a la fotografía contemporánea. A partir de ahí, hice esa interpretación de las fotografías de forma pictórica”.
Gonzalo quiso dar un cambio de rumbo, quiso exigirse más de lo que hacía en su estudio, es por ello por lo que buscó referencias fotográficas, suyas y de archivo. Su obra se enmarca en el contexto social y político de la ciudad siria de Alepo, cuya realidad e historia reciente ha sufrido un impacto terrible debido a la guerra. Ese profundo contenido social, unido a la calidad pictórica de su obra, han sido las razones por las que el jurado de este Certamen ha decidido otorgarle en máximo galardón.
“Mientras en Occidente nos sorprendemos de cuánto hemos cambiado en los últimos diez años, la realidad de ciudades como Alepo refleja la extinción de un país poblado y gobernado por ruinas”
Gonzalo nos cuenta que la obra surgió hace algunos meses, cuando en las redes sociales se hizo tendencia compartir imágenes en las que se apreciaba cuánto habíamos cambiado en los últimos diez años. “Esto coincidió con el visionado de algunas imágenes de ciudades sirias, en las que prácticamente solo quedaba visible la huella que había dejado a su paso la intervención militar. Mientras en Occidente nos sorprendemos de cuánto hemos evolucionado en los últimos diez años, la realidad de ciudades como Alepo, Baghuz o Raqa refleja la extinción de un país poblado y gobernado por ruinas”.
Nunca pensó que su obra iba a impactar de esta forma porque no sabía las líneas en la que se iba a guiar el Certamen, al ser la primera edición. “La exposición en el patio la Fundación Madariaga me parece magnífica, se ha hecho un catálogo muy bien editado y maquetado, además de la difusión que ha tenido el Certamen. Ha tenido un gran impacto entre los jóvenes artistas y espero que lo tenga en las próximas ediciones. Hace falta este empuje para que los nuevos creadores encuentren su sitio”.
“Es muy interesante pertenecer a la colección Loyola Andalucía, me parece que las universidades tienen que hacer un trabajo importante por el arte”
El artista cordobés se siente muy contento y feliz de haber ganado esta primera edición del Certamen Artistas Emergentes. “Cuando recibí la noticia no me lo esperaba. Suelo mandar muchas obras a certámenes y muchas veces sales seleccionado, pero no siempre crees que puedas ganar, y más en este caso, siendo la primera edición y, además, se sabe que el objetivo y motivación que tiene la Universidad Loyola Andalucía es crear una colección importante. Es muy interesante pertenecer a ella, me parece que las universidades tienen, en cierta manera, la obligación de hacer un trabajo importante para promocionar el arte. Ojalá que fueran muchas las instituciones que exploten esta dinámica y los jóvenes creadores tengamos espacio donde mostrar nuestra visión de los problemas actuales a través del arte”. (ULA).
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