Los extrabajadores de la plantilla de Sevilla Directo, compuesta únicamente por tres redactores en su fase final, queremos explicar los motivos del cese de nuestra actividad después de seis años luchando a diario por la supervivencia de este medio digital. En un periódico tan modesto las dificultades y los problemas financieros han existido desde el primer día y en todo este tiempo los redactores hemos afrontado todas las limitaciones y pasos atrás desde la máxima lealtad empresarial y con pleno compromiso y dedicación. Pero lamentablemente la situación ha llegado a niveles insoportables.
La deriva de la empresa editora de Sevilla Directo ha desembocado en el fin de la actividad periodística en este medio y con los tres trabajadores en paro, en una situación documental compleja y plagada de irregularidades que nos está perjudicando en el acceso a la prestación por desempleo.
Los hechos detonantes de este final son consecuencia de la gestión de Nueva Comunicación Local S.L., administrada por su único socio y propietario, Antonio Silva de Pablos (a su vez director del medio), y se resumen en los siguientes puntos principales:
Impago de nuestras cuotas como trabajadores en la Seguridad Social y Hacienda.
Esta situación nos es notificada en junio de 2018 por la Tesorería General junto a la advertencia de baja de la Seguridad Social, es entonces cuando el empresario reconoce que estos hechos se producen desde el verano de 2017.
En octubre de 2018, acumula más de cinco meses de impagos de la parte neta de nuestros salarios.
La empresa se halla en situación de baja en el Registro Mercantil por incumplir su obligación de presentación de cuentas anuales (presenta las últimas en 2015).
La situación es totalmente opaca y la estrategia empresarial se limita a postergar las responsabilidades y compromisos.
En diciembre de 2017, la empresa nos comenta la posibilidad de añadir un inversor al proyecto que lo dote de estabilidad económica. Entonces se presenta esa opción como la solución para lograr la sostenibilidad, una opción que no se concreta y que, en octubre de 2018, se replantea en un sentido especulador. La empresa se niega al cierre de la cabecera para seguir, entretanto, explotándola comercialmente y nos propone a los trabajadores, como única salida, la cesión de la misma induciéndonos a crear una cooperativa, aun a riesgo de heredar las deudas de Nueva Comunicación Local y, con la que, supuestamente, según la empresa, colaborarían en labores comerciales el actual director y el posible nuevo socio, pero siempre ligando nuestros salarios a eventuales ingresos y pasando la responsabilidad empresarial a los trabajadores.
Estas circunstancias se suman a unas condiciones de trabajo marcadas por una precariedad laboral creciente entre las que destacamos los siguientes aspectos:
Sin fotógrafo profesional desde junio de 2016 (por impagos).
Sin colaborador audiovisual para la realización de videos desde 2016 por impagos, pese a estar éste dedicado a una producción temática concreta vinculada a un contrato financiado por una administración pública.
Sin oficina, ni telefonía, ni internet desde enero de 2017, cuando por impagos a la empresa de alojamientos se nos expulsa de la misma. Desde entonces, los redactores nos vemos obligados a trabajar desde casa aportando teléfono propio, conexión a internet, afrontando gastos de desplazamientos para la producción de piezas periodísticas, aportando equipos técnicos y, en algunos casos, aportando también ordenador.
Nueva Comunicación Local nunca ha aportado una cámara de fotos ni una cámara de video, ni software específico de edición de imágenes ni de video, pese a constituirse para administrar un medio eminentemente digital como Sevilla Directo.
Sin servicio de gestoría por impagos (la última nómina en papel se aporta en julio de 2017).
Impago de nuestras cuotas como trabajadores en la Seguridad Social y Hacienda.
Esta situación nos es notificada en junio de 2018 por la Tesorería General junto a la advertencia de baja de la Seguridad Social, es entonces cuando el empresario reconoce que estos hechos se producen desde el verano de 2017.
En octubre de 2018, acumula más de cinco meses de impagos de la parte neta de nuestros salarios.
La empresa se halla en situación de baja en el Registro Mercantil por incumplir su obligación de presentación de cuentas anuales (presenta las últimas en 2015).
La situación es totalmente opaca y la estrategia empresarial se limita a postergar las responsabilidades y compromisos.
En diciembre de 2017, la empresa nos comenta la posibilidad de añadir un inversor al proyecto que lo dote de estabilidad económica. Entonces se presenta esa opción como la solución para lograr la sostenibilidad, una opción que no se concreta y que, en octubre de 2018, se replantea en un sentido especulador. La empresa se niega al cierre de la cabecera para seguir, entretanto, explotándola comercialmente y nos propone a los trabajadores, como única salida, la cesión de la misma induciéndonos a crear una cooperativa, aun a riesgo de heredar las deudas de Nueva Comunicación Local y, con la que, supuestamente, según la empresa, colaborarían en labores comerciales el actual director y el posible nuevo socio, pero siempre ligando nuestros salarios a eventuales ingresos y pasando la responsabilidad empresarial a los trabajadores.
Estas circunstancias se suman a unas condiciones de trabajo marcadas por una precariedad laboral creciente entre las que destacamos los siguientes aspectos:
Sin fotógrafo profesional desde junio de 2016 (por impagos).
Sin colaborador audiovisual para la realización de videos desde 2016 por impagos, pese a estar éste dedicado a una producción temática concreta vinculada a un contrato financiado por una administración pública.
Sin oficina, ni telefonía, ni internet desde enero de 2017, cuando por impagos a la empresa de alojamientos se nos expulsa de la misma. Desde entonces, los redactores nos vemos obligados a trabajar desde casa aportando teléfono propio, conexión a internet, afrontando gastos de desplazamientos para la producción de piezas periodísticas, aportando equipos técnicos y, en algunos casos, aportando también ordenador.
Nueva Comunicación Local nunca ha aportado una cámara de fotos ni una cámara de video, ni software específico de edición de imágenes ni de video, pese a constituirse para administrar un medio eminentemente digital como Sevilla Directo.
Sin servicio de gestoría por impagos (la última nómina en papel se aporta en julio de 2017).
Continuos problemas técnicos derivados de la falta de mantenimiento del CMS en el que se produce el periódico y de impagos a la empresa de hosting han acarreado incontables desconexiones, con el consiguiente perjuicio a nuestra audiencia y al desarrollo del medio. En septiembre de este año llegamos sufrir un apagón informativo durante 12 días porque la empresa de hosting resolvió dejar de prestar servicio a Nueva Comunicación Local debido a los impagos. Los redactores ofrecimos una mínima explicación a nuestros lectores en redes sociales pero ésta fue censurada por el director de Sevilla Directo (en la imagen se puede ver el mensaje eliminado en el perfil @directosevilla en Twitter).
Los trabajadores de Sevilla Directo hemos resistido las dificultades económicas y la precariedad laboral mucho más allá de los límites habituales, hemos soportado en silencio, de largo, mucho más que en cualquiera de los conflictos laborales de los que a diario nos hacíamos eco entre nuestras noticias. Podríamos enumerar muchos más ejemplos sonrojantes y elocuentes. Durante estos años hemos aguantado pensando que era lo que tocaba y habíamos seguido funcionando al margen de cualquier muestra de conflictividad con la empresa.
Los extrabajadores de Sevilla Directo quedamos ahora sumidos en un arduo proceso judicial para reclamar nuestros derechos laborales. Denuncias ante el Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación (CMAC), demandas en el Juzgado de lo Social y ante la Inspección de Trabajo están siendo la dinámica para tratar de paliar en parte esta situación marcada por las irregularidades y los incumplimientos. Las cartas de despido se han entregado sin los pertinentes certificados de empresa y sin proceder a las bajas en la Seguridad Social, unas circunstancias que están impidiendo por el momento el acceso a la prestación por desempleo. El despido también se ha realizado sin abonos de finiquitos ni indemnizaciones. Unas deudas que los extrabajadores exigimos ahora a Nueva Comunicación Local y que, igualmente, serán exigidas a otros posibles agentes que asuman la gestión de Sevilla Directo.
Han sido años emocionantes en lo profesional y duros en lo personal. Pese a todo ahora Sevilla cuenta con un medio de comunicación menos y estamos desempleados, teniendo responsabilidades familiares que atender o proyectos de vida estancados. Hemos dicho basta porque no todo vale y porque la profesión periodística es demasiado importante para seguir maltratándola de este modo. Nuestros lectores merecen esta explicación. Agradecemos el apoyo de la comunidad de casi 70.000 lectores que nos han seguido a través de redes sociales, para los que hemos elaborado casi 40.000 publicaciones en estos años, tratando de profundizar en la realidad de los barrios de Sevilla. La sociedad debe conocer cuáles son nuestras condiciones de trabajo y debe tomar conciencia de la debilidad de los medios, que ofrecen gratuitamente su trabajo y dependen económicamente de los poderes a los que deben fiscalizar.
Los extrabajadores de Sevilla Directo quedamos ahora sumidos en un arduo proceso judicial para reclamar nuestros derechos laborales. Denuncias ante el Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación (CMAC), demandas en el Juzgado de lo Social y ante la Inspección de Trabajo están siendo la dinámica para tratar de paliar en parte esta situación marcada por las irregularidades y los incumplimientos. Las cartas de despido se han entregado sin los pertinentes certificados de empresa y sin proceder a las bajas en la Seguridad Social, unas circunstancias que están impidiendo por el momento el acceso a la prestación por desempleo. El despido también se ha realizado sin abonos de finiquitos ni indemnizaciones. Unas deudas que los extrabajadores exigimos ahora a Nueva Comunicación Local y que, igualmente, serán exigidas a otros posibles agentes que asuman la gestión de Sevilla Directo.
Han sido años emocionantes en lo profesional y duros en lo personal. Pese a todo ahora Sevilla cuenta con un medio de comunicación menos y estamos desempleados, teniendo responsabilidades familiares que atender o proyectos de vida estancados. Hemos dicho basta porque no todo vale y porque la profesión periodística es demasiado importante para seguir maltratándola de este modo. Nuestros lectores merecen esta explicación. Agradecemos el apoyo de la comunidad de casi 70.000 lectores que nos han seguido a través de redes sociales, para los que hemos elaborado casi 40.000 publicaciones en estos años, tratando de profundizar en la realidad de los barrios de Sevilla. La sociedad debe conocer cuáles son nuestras condiciones de trabajo y debe tomar conciencia de la debilidad de los medios, que ofrecen gratuitamente su trabajo y dependen económicamente de los poderes a los que deben fiscalizar.
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