La entidades que han convocado este acto público en Sevilla han difundido el siguiente Manifiesto 25 de Noviembre 2017:
Debemos ser conscientes de que en el contexto político y económico en el que estamos viviendo, el sexismo, la desigualdad y la violencia estructural contra las mujeres nos está llevando de nuevo a un modelo de sociedad que pensábamos olvidada. No es casualidad que tengamos que salir a la calle con reivindicaciones de los años 70.
De ello son cómplices los gobiernos. Son cómplices porque no ponen los medios necesarios para luchar contra la vulneración de los derechos humanos de las mujeres que supone la violencia de género. Ni gobierno central, ni los autonómicos, ni los municipales, han adoptado ninguna medida real y efectiva contra el patriarcado feroz que se mueve a sus anchas.
Jueces y magistrados son cómplices de la violencia de género porque impunemente aplican las leyes contra las víctimas en lugar de penalizar a los agresores.
Los medios de comunicación son cómplices de la violencia de género porque trasladan una imagen objetualizada de las mujeres, porque nos invisibilizan, porque sacan réditos económicos de la publicidad sexista y de la explotación sexual.
Una sociedad que mira para otro lado y no rechaza activamente todas las manifestaciones de la violencia de género también es cómplice de la violencia machista.
Los cientos de asesinatos de mujeres que se producen todos los años, no pueden quedar como una estadística cruel. Tienen que ponerse los medios de prevención y de educación necesarios para que cesen este feminicidio.
Las mujeres estamos hartas de demandar la igualdad salarial, queremos ya lo que nos corresponde.
Estamos hastiadas de que se explote sexualmente a mujeres y a niñas con el beneplácito del Estado y no vamos a consentir que se alquilen nuestros vientres porque no somos recipientes;
Queremos leyes igualitarias, presupuestos transversales en la lucha contra la violencia machista y propuestas políticas que aborden todas las formas en que se manifiesta la violencia contra las mujeres.
Queremos una sociedad democrática que no mantenga ni consienta ninguna forma de la violencia contra las mujeres.
Queremos que la calle, la noche y las fiestas también sean nuestras.
Queremos todos los días y todos los espacios.
Queremos una educación que de verdad sea coeducadora en valores igualitarios y respetuosa con las diversidades.
Queremos libertad de expresión y manifestación sexual sin que se nos señale ni estigmatice.
Queremos acabar con la industria del sexo que subyuga a las mujeres para explotarlas sexualmente.
Queremos erradicar para siempre la violencia de nuestras vidas.
Debemos ser conscientes de que en el contexto político y económico en el que estamos viviendo, el sexismo, la desigualdad y la violencia estructural contra las mujeres nos está llevando de nuevo a un modelo de sociedad que pensábamos olvidada. No es casualidad que tengamos que salir a la calle con reivindicaciones de los años 70.
De ello son cómplices los gobiernos. Son cómplices porque no ponen los medios necesarios para luchar contra la vulneración de los derechos humanos de las mujeres que supone la violencia de género. Ni gobierno central, ni los autonómicos, ni los municipales, han adoptado ninguna medida real y efectiva contra el patriarcado feroz que se mueve a sus anchas.
Jueces y magistrados son cómplices de la violencia de género porque impunemente aplican las leyes contra las víctimas en lugar de penalizar a los agresores.
Los medios de comunicación son cómplices de la violencia de género porque trasladan una imagen objetualizada de las mujeres, porque nos invisibilizan, porque sacan réditos económicos de la publicidad sexista y de la explotación sexual.
Una sociedad que mira para otro lado y no rechaza activamente todas las manifestaciones de la violencia de género también es cómplice de la violencia machista.
Los cientos de asesinatos de mujeres que se producen todos los años, no pueden quedar como una estadística cruel. Tienen que ponerse los medios de prevención y de educación necesarios para que cesen este feminicidio.
Las mujeres estamos hartas de demandar la igualdad salarial, queremos ya lo que nos corresponde.
Estamos hastiadas de que se explote sexualmente a mujeres y a niñas con el beneplácito del Estado y no vamos a consentir que se alquilen nuestros vientres porque no somos recipientes;
Queremos leyes igualitarias, presupuestos transversales en la lucha contra la violencia machista y propuestas políticas que aborden todas las formas en que se manifiesta la violencia contra las mujeres.
Queremos una sociedad democrática que no mantenga ni consienta ninguna forma de la violencia contra las mujeres.
Queremos que la calle, la noche y las fiestas también sean nuestras.
Queremos todos los días y todos los espacios.
Queremos una educación que de verdad sea coeducadora en valores igualitarios y respetuosa con las diversidades.
Queremos libertad de expresión y manifestación sexual sin que se nos señale ni estigmatice.
Queremos acabar con la industria del sexo que subyuga a las mujeres para explotarlas sexualmente.
Queremos erradicar para siempre la violencia de nuestras vidas.
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