domingo, 20 de septiembre de 2015

EL PENALTI DE GELÁN.- No tuvo una justa recompensa la gran reacción del Sevilla ante el Celta de Vigo en el partido de la Liga BBVA jugado en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán (1-2)

En la cuarta jornada de la Liga BBVA, el Sevilla Fútbol Club recibió en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán al Real Club Celta de Vigo que está en puestos altos de la tabla de clasificación. Los blancos de Emery tenían el fuerte compromiso de doblegar al equipo gallego para despejar el horizonte. Pero el equipo que prepara Unai Emery no tuvo recompensa cuando en la segunda parte del encuentro llevó a cabo una espectacular transformación con el fin de darle la vuelta a un marcador que se le había puesto totalmente en contra en los primeros cuarenta y cinco minutos. En esa primera parte, el Sevilla del Plan B --por las bajas en defensa--, fue arrollado por el cuadro gallego que funcionó de forma muy positiva desde la defensa hasta el ataque. El centro del campo fue controlado y dominado por el equipo que entrena Eduardo Berizzo y fruto a sus buenas y continuadas acciones ofensivas, en las cuales Nolito se llevó siempre la mejor parte, pudo sorprender al equipo blanco con dos goles en este periodo de juego, marcados por el propio Nolito y por el centrocampista Wass, a pase del delantero gallego. Hubo muchos errores en la defensa del Sevilla --y menos mal que Sergio Rico atajó peligrosos remates de gol--; mucho desorden en el medio campo y escaso rendimiento en ataque. Reaccionó el Sevilla en la segunda parte. El equipo blanco se transformó. Saltó al campo Llorente y el cuadro de Nervión cogió bien las riendas. Los hombres de Emery, con una mejor actitud y un total cambio de mentalidad, buscaron controlar todas las líneas. Y pronto llegó el premio del gol, marcado por el delantero riojano. El tanto local llegó a los 54 minutos de partido y el marcador se puso en un apretado 1-2. Aún quedaba mucha tela que cortar, pero fueron pasando los minutos y el Sevilla, que llevó en todo este tiempo la iniciativa, no tuvo fortuna en el remate. En el minuto 56 se pidió un claro penalti cometido sobre Reyes, y en el minuto 65, un balón lanzado a puerta por Krohn-Dehli, chocó en el larguero. Los minutos se fueron consumiendo y todo el dominio blanco fue totalmente infructuoso. Cuatro jornadas del torneo de la regularidad y aún no ha podido ganar un partido de la Liga española.

El fútbol, como se sabe, es complicado y el club de Nervión ha sufrido sus duros golpes. Hace sesenta y cinco años, en la liga de la temporada 1950-51 que se inició el 10 de septiembre de 1950 y finalizó el 22 de abril de 1951 en plena Feria de Abril de Sevilla. Los jugadores más habituales en el once sevillista fueron Busto; Guillamón, Antúnez, Venys, Alconero, Ramoní, Oñoro; Arza, Araújo, Doménech y Campos. En aquella temporada tuvo lugar un fuerte vendaval de agua y viento en el partido inaugural en el viejo campo de Nervión. El equipo del Sevilla ganó ese encuentro al Real Murcia, que estaba en Primera División, por cinco goles a cero. El partido se tuvo que suspender por la fuerte tormenta. El primitivo marcador múltiple se desplomó sobre la zona del fondo sur y causando una víctima mortal y varios heridos. Fui testigo directo de todas aquellas incidencias porque ya comenzaba a tomar notas en mi inseparable cuadernillo de hojas cuadriculadas. En aquella temporada y a falta de un encuentro del torneo, el Atlético de Madrid y el Sevilla sólo tenían dos puntos de diferencia en la tabla. Ambos equipos se enfrentaban en la última jornada en Nervión, en cuyo partido se iba a decidir el título. Marcó primero el Sevilla, por mediación de Doménech, pero empató el "morenito" Ben Barek para los colchoneros. El Sevilla necesitaba ganar el partido para lograr otro título de Liga. Los jugadores blancos, nerviosos, estaban como atenazados por la responsabilidad. Marcó Araújo un gol a pasa del extremo Ayala, pero el tanto, que significaba para el Sevilla alcanzar los puntos para ganar la Liga, fue anulado incomprensiblemente por el árbitro de la contienda, señor Azón, a juicio del juez de línea. Saz. El asistente indicó que el balón, antes del centro del extremo sevillista, había traspasado la cal blanca que marcaba la línea de córner. El Sevilla, en aquel partido, en la que injustamente perdió la Liga, alineó el siguiente equipo: Busto; Guillamón, Antúnez, Campanal II, Alconero, Enrique, Oñoro, Arza, Araújo, Doménech y Ayala. El NO-DO, el noticiario documental que se proyectaba en los cines, recogió perfectamente esta jugada de Ayala y Araújo. Un gol anulado que le valió al Atlético de Madrid un título ganado por el error de Azón.

Pero el Sevilla ha sido un equipo que ha superado siempre todas las dificultades. En estos últimos años ha demostrado su enorme capacidad y su elevado nivel futbolístico para ganar grandes batallas en España y en el resto de Europa con positivas clasificaciones y continuados títulos. El partido frente al Celta comenzó con una jornada en solidaridad con los refugiados. Pero en este choque, el principal objetivo era batir al cuadro gallego. Los blancos tenían que ir a por todas. Buscar con fe la primera victoria de la Liga. Pero los hombres de Emery no funcionaron en el primer tiempo de este apasionante choque y no lograron sus buenos propósitos. El técnico, con las bajas por lesiones, tuvo que montar un Plan B para afrontar este duelo frente a los gallegos que andan subidos en lo alto de la parra de la clasificación. En estos primeros cuarenta y cinco minutos de juego, el Sevilla le dio al Celta licencia para matar. El mando del partido era del cuadro de Berizzo, que dominó todos los terrenos. Todos los esfuerzos de los blancos de Emery para enmendar la plana fueron inútiles. Los gallegos llegaban además, con mucha facilidad al área sevillista donde Nolito, especialmente, era el dueño y señor del cotarro. El delantero del Celta fue el autor del primer gol, a los 15 minutos de juego, al rematar un centro de Orellana. Intentó el Sevilla responder, pero sin mucha fe, y Gameiro ensayó el remate sin fortuna. Siempre fue el Celta quien controló el balón y el equipo que mantenía un ritmo frenético. Sergio Rico intervino audazmente en varios zarpazos visitantes. Hasta Orellana, desde lejos, intentó sorprender al cancerbero sevillista. Los hombres de Emery se tuvieron que replegar para poder anular los continuados ataques y remates visitantes. El Celta superaba todas las barreras y en el minuto 26, en jugada de Nolito, Wass marcó el 0-2 para el cuadro gallego. En este periodo, tras este resultado en contra, Emery tuvo que hacer el primer cambio. Vitolo, algo tocado, abandonó en el minuto 29 el terreno de juego y entró Krohn-Dheli. Pero con este sorprendente resultado de cero a dos finalizó el primer tiempo y con un Sevilla al borde del K.O.

El equipo de Nervión, que nunca perdió la esperanza, fue muy diferente al del primer tiempo. En este segundo periodo cambió de actitud. Fue valiente y comprometido. Llorente, que sustituyó a un desafortunado Banega, fue hombre clave para armar la revolución blanca. Había en el equipo de Emery otra mentalidad para superar errores y duros despistes. Y pronto hubo premio a la constancia y al buen hacer. El delantero riojano se estrenó como goleador y logró batir a Sergio Álvarez al rematar un centro de Mariano. En el minuto 54 de juego se apretó el marcador. El Sevilla ya ofrecía otra imagen y apagó la inquietud que había en la grada. Todos los hombres blancos multiplicaron sus acciones en el terreno de juego para poder rematar bien la faena. Y el acoso del cuadro de Nervión en el área gallega fue firme y constante. A los 56 minutos, Reyes fue derribado dentro del área. Pero el árbitro de la contienda, Jaime Latre, dejó seguir el juego. Asimismo, en todo este torbellino blanco, Krohn Dehli lanzó un zapatazo sobre el marco de Sergio Álvarez, pero el balón se fue al larguero. Todos, Reyes, Gameiro, Llorente, Krychowiak o Coque, se plantaron con muchas posibilidades de gol en el área gallega, pero sin suerte en el remate. El Sevilla empujó al límite. Dominó el partido poniendo el alma y el corazón en la dura pelea y recuperó balones para la ofensiva, pero el balón no quiso entrar. El Celta intentó recomponerse y llegó a organizar algunos contragolpes para plantarse con peligro ante Sergio Rico. Pero el portero sevillista respondió de forma eficaz. Todo el equipo blanco estaba unido para ganar esta batalla. En la recta final, en el minuto 72, Emery hizo el tercer cambio. Reyes se fue al banquillo y saltó al campo Konoplyanka. Hasta con diez --por expulsión de Jonny en el minuto 91 al ver doble cartulina--, se quedó el Celta en el terreno de juego. Pero el Sevilla, que continuó mordiendo hasta la pitada final, no tuvo su recompensa por el cambio de actitud y sigue sin coger la senda de las victorias en la Liga española. Los blancos tienen el deber de superar pronto esta mala racha porque son los últimos de la fila. (Foto: LFP).

FERNANDO GELÁN

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