miércoles, 3 de junio de 2015

TOROS.- El periodista y crítico taurino Antonio Lorca anuncia en "El País" la sorprendente jubilación de Eduardo Canorea en la Empresa Pagés

Según publica el periodista, escritor y crítico taurino de El País, Antonio Lorca, Eduardo Canorea Pagés, actual empresario de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla, se jubilará el próximo día 11 de diciembre, en cuya fecha cumple los 65 años de edad. Apunta Lorca, porque así se lo ha confirmado el propio Eduardo Canorea, que abandona la gestión en la empresa Pagés. No se sabe, según el crítico taurino, si Canorea continuará como consejero en la compañía o se desvinculará totalmente de sus funciones en la empresa Pagés. Muchos informadores, tras difundirse en El País esta noticia, han vinculado esta jubilación de Canorea al conflicto que se originó por la ausencia en la Feria de Abril de figuras como Morante de la Puebla, El Juli, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante, que, como se sabe, exigieron la salida de la empresa Pagés para su vuelta a Sevilla. Aunque la Empresa Pagés pidió disculpas en un comunicado, los citados toreros no aceptaron el gesto de los empresarios sevillanos.
Tras la jubilación anunciada por Eduardo Canorea, Lorca informa que la empresa Pagés quedaría en manos de las dos hermanas de Eduardo, María del Carmen y Mercedes. La primera de ellas es esposa de Ramón Valencia, que ha codirigido la plaza con su cuñado desde la muerte del empresario anterior, Diodoro Canorea, padre de los actuales gerentes y esposo de Carmen Pagés, hija de Eduardo Pagés, quien en el año 1932 firmó el primer acuerdo de arrendamiento con la Real Maestranza.
También afirma el crítico taurino que tras la marcha de Canorea, Valencia quedaría como administrador único en representación de los consejeros de la sociedad (su esposa y sus dos cuñados); y junto a él trabajarían en tareas de administración Laura Canorea, hija de Eduardo, y el primo de este, Celestino Canorea.
El conflicto entre la Empresa Pagés y las figuras que formaban el G5, como se sabe y recuerda Lorca, tuvo su origen en una comida celebrada en Sevilla el 28 de noviembre de 2013, en la que Eduardo Canorea analizó ante un grupo de periodistas la temporada taurina, y, en un lenguaje duro y poco apropiado, denunció la intransigencia y pasividad del sector ante la crisis, con una especial referencia a las figuras, incluido José Tomás, de quien dijo: “Si quiere la recaudación, que se vaya a Senegal”.
Estas palabras, recoge Lorca, fueron como una declaración de guerra, y, días más tarde, cinco de los toreros más importantes de la actualidad (Morante, El Juli, Manzanares, Perera y Talavante) firmaron un comunicado conjunto en el que informaban de su decisión de no volver a Sevilla mientras continuara al frente de la gerencia la empresa Pagés a fin de que “la plaza recupere su identidad y se respeten a sus toreros y representantes”. Posteriormente, Manzanares explicó que se unía al veto por solidaridad; El Juli denunció “el trato despótico, arrogante, soberbio e insolente” de la empresa, y Miguel Ángel Perera hizo un pormenorizado detalle de las “decisiones injustas, los silencios y las promesas incumplidas”.
A pesar de las disculpas que difundió la Empresa Pagés y el propio Canorea, Lorca informa que el paso del tiempo no ha limado las asperezas; por el contrario, los ofendidos mantienen el veto, a excepción de Manzanares.
A partir de estos momentos y con la trascendencia que ha tenido el anuncio de jubilación de Eduardo Canorea habrá que esperar grandes acontecimientos. El crítico taurino apunta otra posibilidad: Que Canorea deje la gerencia y que la contratación de los toreros la lleve otra persona. Lorca apunta el  nombre de Eduardo Dávila Miura.

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