martes, 21 de abril de 2015

TOROS EN SEVILLA.- Muchas incidencias y contrariedades en la corrida de El Pilar-Moisés Fraile que lidiaron en la Maestranza Finito de Córdoba, José María Manzanares y Daniel Luque

CRÓNICA DE FERNANDO GELÁN

La plaza registró este martes primero de la Feria de Abril un magnífico ambiente. Había mujeres ataviadas con sus trajes de flamenca en los tendidos y aparecieron en el palco de la Real Maestranza las tradicionales jóvenes con sus clásicas mantillas blancas. La tarde fue meteorológicamente brillante y soleada, aunque luego sopló alguna brisa. Hubo una numerosa asistencia de aficionados. A lo largo del festejo se registraron demasiadas incidencias entre los irregulares toros de El Pilar-Moisés Fraile --sobre todo el cuarto, quinto y sexto--, y el estado físico de José María Manzanares, que tras matar al primer de su lote fue atendido en la enfermería de la plaza al sentirse indispuesto por una deshidratación por gastroenteritis. Al diestro alicantino se le administraron dos litros de suero y salió a lidiar al segundo de su lote, que fue el sexto de la tarde porque se cambió el turno de la terna, muy mermado de facultades. En este festejo se lidió un toro llamado “Niñito”. Tenía el mismo nombre que la res de esta misma ganadería que fue lidiada en la pasada Feria de Sevilla y que acaparó todos los grandes premios que conceden en Sevilla instituciones como la Real Maestranza --mejor toro de la Feria 2014--, y otras entidades y tertulias taurinas. Pero el “Niñito” 2015 fue pitado en el arrastre por su bajo rendimiento.

El que más fortuna tuvo en esta jornada taurina fue Finito de Córdoba. Tuvo la suerte de torear al mejor toro del festejo. El público se frotaba las manos porque disfrutaba con este gran inicio de la corrida a sabiendas de que los toros de El Pilar son de garantía. Estuvo brillante y enorme con el capote, luciéndose en una serie de recortes muy toreros. Ya con la muleta, Finito se fue a por todas para ejecutar unas templadas y artísticas serie de derechazos. El diestro siempre estuvo firme, decidido y valiente ante un toro que fue profundo en sus embestidas. Finito también mostró su dominio y su torería con naturales y con unos artísticos y moldeados recortes. Su buen quehacer hizo sonar la música. Al ritmo del pasodoble “Manolete”, el torero se fue creciendo. Además todo lo fue ejecutando a la exacta medida. Ante un toro muy noble, Finito demostró todas sus grandes virtudes toreras. Después de una gran faena llena de garra y de emociones, el diestro no estuvo acertado con la espada. Mató de estocada algo atravesada y un descabello. Recibió en este final un aviso de la presidencia. Pero el público ovacionó al torero porque había dado sobre el albero de la Maestranza una gran lección de tauromaquia.
En el segundo de su lote, José Serrano tuvo que abreviar porque el toro no fue en ningún momento apto para la lidia. Se llamaba, curiosamente, “Niñito”, como el toro que fue el triunfador de la Feria de Sevilla en el pasado año 2014. En esta ocasión, el “Niñito” 2015 nada tuvo que ver con el familiar que fue tan galardonado por numerosas instituciones y tertulias. Finito lo intentó en todo momento. Pero el animal, sin casta ni bravura, se cayó varias veces, perdió el equilibrio y nunca respondió a las citas del torero ni por arriba ni por abajo. Fue una lidia deslucida. Finito optó por la brevedad para no hacer sufrir a los aficionados. Mató de estocada efectiva.

Con su ya clásico traje de catafalco y azabache, Manzanares saltó al ruedo maestrante con el fuerte compromiso de ser la base principal de los carteles de la Feria de Sevilla. En el primero de su lote, un morlaco de 559 kilos, el torero alicantino ejecutó templadas verónicas. El toro derribó al picador, pero dio buen juego en el tercio de varas. Con la muleta, Manzanares se lució en una primera serie con la derecha. Pero el animal no peleaba con intensidad y la lidia se desarrolló sin mucha chispa. Al torero se le veía forzado ante un toro que, además, se quedaba parado. Se alargó mucho una faena que no tuvo la explosión esperada. Manzanares mató de pinchazo y dos estocadas y escuchó un aviso. Después de liquidar con irregularidad este primer toro, el diestro se marchó hacia la enfermería al sufrir un mareo. Allí fue atendido de una fuerte deshidratación por gastroenteritis. Al torero se le administró dos litros de suero. Sin encontrarse al ciento por cien en sus facultades físicas, el torero salió a lidiar el segundo de su lote. Hubo un cambio de turno y Manzanares cerró la jornada con el sexto toro del festejo.
En este segundo de su lote, y muy mermado físicamente, Manzanares se lució en templadas verónicas. Posteriormente, con la muleta, trasteó buscado dominar la situación. Pero el toro no aguantó y aquello no funcionó. El animal brincaba ante la buena voluntad y los deseos de Manzanares. Abrevió y mató de pinchazo hondo y estocada efectiva.

Tampoco le sonrió la fortuna a Daniel Luque en esta complicada tarde taurina. En el primero de su lote, el de Gerena demostró su buen manejo con el capote, con verónicas lentas y profundas. Pero al toro se le agotaron las fuerzas cuando Luque cogió la muleta. La lidia tuvo muchos altibajos porque el toro se desentendía de la pelea. El diestro sevillano demostró en todo momento su calidad, porque dentro de las irregulares embestidas de la res de El Pilar sacó algún que otro muletazo de mucha garra. Luque siempre estuvo por encima del toro. Pegadito al animal para enchufarle con arte la franela roja. Y dentro de los desequilibrios, el torero de Gerena hizo todo cuanto pudo para salir airoso. Mató de pinchazo y estocada y recibió un aviso.
En el segundo de su lote --toreó en quinto lugar por el cambio de turno que hubo por los problemas físicos de Manzanares--, Luque tampoco pudo destapar el tarrito de las esencias. El diestro sevillano dejó buenos detalles corriendo al inquieto toro ante sus pies. Pero poco más pudo hacer para arrancar una tarde que se fue viniendo abajo desesperadamente. Hubo protestas del público porque el toro no respondía a los contantes intentos del torero. Luque mató de cuatro pinchazos.

FICHA DE LA CORRIDA:
Se celebró en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla la séptima corrida del ciclo continuado de la Feria de Sevilla --novena del abono taurino de la temporada--, con las actuaciones de José serrano “Finito de Córdoba”, José María Manzanares y Daniel Luque. Lidiaron toros de la ganadería de El Pilar-Moisés Fraile, bien presentados pero de juego irregular. Las reses más potables fueron las tres primeras, perol mansas y descastadas todas las demás.

* Finito de Córdoba, ovación con saludos y aviso en el primero, y silencio en el segundo.
*  José María Manzanares, silencio con aviso en el primero, y silencio en el segundo.
*  Daniel Luque, silencio con aviso en el primero, y silencio en el segundo.

Incidencias: Tarde soleada con casi lleno. Saludaron en banderillas Curro Javier, Luis Blázquez, Abraham Neiro y José Luis Neiro. También fue ovacionado el picador José A. Barroso. (Fotos: Toromedia).

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