miércoles, 21 de enero de 2015

Presentada en la Iglesia de la Anunciación la restauración de la imagen del Nazareno con la Cruz al Hombro del Valle que ha restaurado el IAPH

El consejero de Educación, Cultura y Deporte, Luciano Alonso, ha presentado junto al hermano mayor de la Hermandad del Valle, Lucas Maireles, la restauración de la imagen de Jesús con la Cruz al Hombro, titular de esta archicofradía de Sevilla que regresa ahora a la Iglesia de la Anunciación tras permanecer durante siete meses en los talleres del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH). La intervención ha permitido consolidar esta valiosa talla escultórica del siglo XVII, identificar los añadidos posteriores y conocer nuevos datos sobre su anónima autoría, que se atribuye al círculo de Martínez Montañés.
Luciano Alonso ha señalado que el IAPH se ha consolidado como un referente en la conservación del patrimonio cofrade, a la vez que ha subrayado su firme apuesta por la necesidad de la transmisión generacional de este legado, en la que cuenta con el apoyo de las hermandades y cofradías de Andalucía.
El Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico ha acometido los tratamientos de conservación-restauración del proyecto de intervención tras el estudio científico-técnico elaborado en abril de 2013. Según ha explicado Alonso, el objetivo es la conservación del bien patrimonial para su perdurabilidad en el tiempo en las mejores condiciones posibles, para lo cual es necesario actuar desde el conocimiento de la obra en lo que respecta a sus características técnicas, estado de conservación y valores culturales.
Es frecuente que las imágenes, sobre todo si reciben culto, se vean modificadas en el transcurso del tiempo por el envejecimiento y transformación de los materiales o por la eliminación o adición de elementos debido al gusto y modas de cada momento. Estas modificaciones obedecen a reparaciones volumétricas o añadido de elementos y actualizaciones estéticas, que en el caso del Nazareno del Valle se traducen en el cambio de posición de la imagen, en el volumen del pelo y en las repolicromías que se han identificado.
En cuanto a la intervención de conservación-restauración efectuada en la imagen, se llevaron a cabo en primer lugar los estudios previos (estudio radiológico, examen de la obra con iluminación ultravioleta, estudio de la superficie polícroma con lupa binocular, análisis estratigráfico e identificación de materiales polícromos y estudio de correspondencia de capas polícromas). Estos análisis determinaron que los principales problemas de conservación tenían su origen en el envejecimiento de los materiales tanto originales como los utilizados en anteriores intervenciones, así como en la manipulación y uso a que es sometida como imagen devocional y procesional.

Daños principales
En el soporte se localizaron algunas fisuras y grietas, coincidiendo la mayoría de ellas con líneas de ensambles de las piezas que configuran el embón. Respecto a la policromía, presentaba pérdidas de adhesión entre estratos, además de alteraciones cromáticas en zonas donde se había intervenido anteriormente para ocultar pérdidas o deterioros. También se había acumulado en la superficie suciedad que en algunas zonas llegaba a ocultar totalmente el cromatismo de la policromía y la morfología de la obra.
El tratamiento de conservación ha tenido como objetivo la consolidación material de la obra así como la eliminación de la suciedad y los repintes de color no originales sobre la policromía. El estudio e intervención realizado ha aunado y cotejado la documentación sobre la imagen y ha permitido realizar y concretar aspectos fundamentales de su historia material.
Paralelamente al proceso de restauración se ha desarrollado la investigación histórica-artística, encaminada principalmente a conocer la autoría de la imagen. Hasta el momento, la investigación ha determinado que en 1736, según consta en documentos que se conservan en el archivo de la Hermandad, se intervino en el pelo y en la corona de la imagen, dándole el aspecto estético que tiene en la actualidad.
Sobre las intervenciones realizadas en la talla por el escultor Emilio Pizarro y Cruz en 1878 y 1879, cabe señalar que éste era secretario de la Hermandad y que también intervino en las imágenes de la Virgen del Valle y del Cristo de la Coronación de Espinas, además de reorganizar la iconografía del grupo escultórico y vender algunas de las imágenes del paso de la Verónica a la Hermandad de la Macarena.
Cronológicamente la obra se sitúa en el primer tercio del siglo XVII y su autor puede relacionarse con un discípulo o colaborador de Martínez Montañés por el clasicismo protobarroco y por incidir en la expresividad y emotividad de la imagen.
Los estudios morfológicos y estilísticos comparativos realizados con la talla del Crucificado de la Vera-Cruz del municipio sevillano de La Campana, obra de 1616 de Juan Gómez, han descartado la atribución de la autoría a este discípulo de Martínez Montañés. La investigación histórica continúa desarrollándose y los resultados de la misma se recogerán en la memoria final de la intervención. (Fuente: IAPH).

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