jueves, 22 de enero de 2015

COFRADÍAS.- Este miércoles 22, en la Parroquia de San Vicente Mártir misa en rito hispano-mozárabe para celebrar la fiesta del Patrón

Este jueves, día 22 de enero, a las 20,00 horas, se celebrará en la Iglesia Parroquial la fiesta de San Vicente Mártir. Habrá misa en rito hispano-mozárabe. A continuación, convivencia en la sacristía con todos los grupos y hermandades de la comunidad parroquial.
Cada pueblo tiene su propia idiosincrasia, sus propias manifestaciones artísticas y culturales, su lenguaje, su manera de orar, su liturgia. Desde sus comienzos en la Iglesia, los diferentes pueblos coincidentes en una misma fe, un mismo altar y un mismo núcleo de celebración litúrgica (Liturgia de la Palabra, Liturgia del Sacrificio y Comunión) tuvieron diversos modos y maneras de estar alrededor de la Mesa y hacer a Dios la ofrenda eucarística.
El antiguo rito hispánico formó parte del grupo de liturgias de lengua latina que entre los siglos V-VII se constituyeron en Occidente. En su formación intervinieron tres grandes sedes metropolitanas: Sevilla, Tarragona y Toledo. Nuestros santos obispos Leandro e Isidoro y el IV Concilio de Toledo fueron las piezas claves en el embellecimiento y unificación del culto de la Iglesia hispánica.
La liturgia hispano-mozárabe fue la de los grandes obispos y doctores de la Iglesia visigótica, enfervorizó a los mozárabes para mantener su fe y morir por ella, bajo la dominación de los califas de Córdoba, e infundió perseverancia y heroísmo a los cristianos del norte, en los primeros siglos de la Reconquista.
A finales del siglo XI, en aras de la unidad, la Iglesia española renunció a su liturgia, haciendo obligatorio el rito romano y quedando el rito hispano-mozárabe reducido (por concesión de Alfonso VI tras la reconquista de la ciudad) a las ocho parroquias existentes en Toledo. Posteriormente, para evitar que este rito se extinguiese, el Cardenal Cisneros fundó en la catedral toledana la capilla mozárabe.
El Concilio Vaticano II, reconociendo igual derecho y honor a todos los ritos legítimamente reconocidos, quiere que en el futuro se conserven y fomenten por todos los medios. A instancias de nuestro Cardenal Bueno Monreal, de feliz memoria, la Santa Sede concedió a nuestra Archidiócesis en 1966 la facultad de utilizar de nuevo ese rito.
Es deseable en determinadas festividades recuperar ese rito del que San Juan Pablo II, refiriéndose a la comunidad mozárabe de Toledo, dijo que era "heredera de los heroicos cristianos de hace siglos (...) cuyos feligreses mantienen vivo el patrimonio espiritual de su venerable liturgia, de gran riqueza teológica y pastoral".
La liturgia hispano-mozárabe está estructurada en torno a nueve oraciones propias: oración después del Gloria, oración entre los dípticos, oración después de los dípticos, oración por la paz, acción de gracias, oración del Santo, invocación, introducción al Padre nuestro y bendición.
Sus diferencias más destacadas (respecto al rito romano), además de lo reseñado y una mayor participación de los fieles, se encuentra en el rito de la paz, que se sitúa después del ofertorio, y en el Credo y la Bendición, situados inmediatamente antes de la Comunión.
La Parroquia de San Vicente Mártir, celebrando el en día de su patrón esta misa en rito hispano mozárabe, pretende contribuir a preservar la riqueza del patrimonio espiritual sevillano y valorar nuestras raíces cristianas, para que ilumine el actual reto de anunciar con alegría y esperanza a Jesucristo Resucitado. Según antiquísima tradición, quiso el rey San Fernando edificar la parroquia en el lugar donde había existido, antes de la dominación musulmana, la Basílica de San Vicente Mártir, y en la que había ocurrido el tránsito al cielo de San Isidoro. En nuestra parroquia, pues, durante mucho tiempo se celebró según el rito Hispano-Mozárabe.

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