Tras la vorágine que supone un primer año en el Mundial, Javi Alviz llega a la cita andaluza de SBK con la moral a tope. El año no ha sido fácil: nuevo equipo, nuevos circuitos y una lesión que arrastraba de la pasada temporada le han obligado a esforzarse sobremanera para subirse al tren de un certamen sumamente disputado. En casa, el piloto gaditano quiere “formar el lío”.
Pregunta: De campeón en la categoría reservada a los pilotos privados en el CEV a “aprendiz” de mundialista. ¿Cómo estás viviendo este primer año como piloto internacional?
Javi Alviz: La verdad es que ha sido un año muy duro. Esperábamos contar con algunas ayudas que, finalmente, no llegaron. Esto nos ha limitado mucho a la hora de entrenar en pretemporada, e incluso de visitar algunos circuitos en entrenamientos libres anteriores a las carreras. Hay pistas tan complicadas como Assen que conocí directamente en los entrenamientos del viernes de las carreras. Nunca había rodado tan pocos kilómetros con la moto de competición.
P.: ¿Y qué has hecho para suplir esos entrenamientos con tu Kawasaki ZX-10R?
J.A.: Me he centrado en recuperar por completo la pierna que me rompí el pasado año haciendo motocross, con muchas horas de fisio y mucho gimnasio. También he encontrado en el Dirt Track una fórmula para seguir sintiéndome piloto. He entrenado bastante con la moto de esta especialidad, e incluso he participado en algunas carreras.
P.: Haznos un rápido balance de tus cuatro primeras carreras en Superstock 1000
J.A.: Llegamos a Motorland con muy pocos kilómetros hechos con la moto de carreras. Empleé los entrenamientos para ir adaptándome a una moto que es muy distinta a mi Kawa del pasado año. Una vez en carrera, me sentí mucho mejor. Mi confianza había ido en aumento tras cada sesión de entrenamientos y, mediada la prueba, me vi luchando por ganar posiciones con pilotos mucho más experimentados. Me quedé fuera de los puntos por un solo puesto –terminé decimosexto-. Solo dos semanas después, llegamos a Assen. Fue un fin de semana complicado. Llovía tanto que tuvieron que aplazar la salida por dos veces… Y la historia de la carrera fue corta para mí. En la primera curva me tocaron y me fui a la hierba. Volví a la pista último con ventaja y, aunque lo di todo, no pude quedar más que decimonoveno.
Y llegamos a Ímola. Un circuito bonito y difícil al 50%. No tiene nada que ver con las pistas que conocemos. El asfalto es muy deslizante, hay fuertes subidas y bajadas, con frenadas ciegas y curvas muy técnicas y complicadas. Aquí aprendí una nueva lección, aún a costa de suponer mi primera retirada: yo estaba acostumbrado a apoyarme ligeramente en el freno para corregir la trayectoria de la moto en curva… Pero resulta que con estos frenos –casi de serie-, no puedes hacer esto. Tienes que frenar y soltar inmediatamente la palanca. Si lo usas continuadamente se recalienta y te quedas sin nada. Y claro, me llevé un buen par de sustos y decidí retirarme, pues era imposible parar la moto en las frenadas fuertes.
A Misano no pude ir, debido a una gastroenteritis que me dejó sin fuerzas durante más de 10 días, por lo que retomé el campeonato en Portimao. Allí noté un salto notable en mi rendimiento. La carrera fue muy complicada, porque arrancamos con la pista encharcada y terminamos sobre piso seco y los neumáticos “quejándose” de tanto cambio.Terminé decimocuarto, después de luchar las últimas vueltas con el italiano, Butti, con lo que conseguí mis dos primeros puntos.
P.: ¿Cuáles son las diferencias entre tu Kawa del pasado año en el CEV y la de Superstock 1000 de este año?
J.A.: Muchísimas. Para empezar, esta moto es muy de serie: horquilla, bomba de freno, motor… Sin ir más lejos, los neumáticos son con dibujo y se pueden adquirir en cualquier tienda, mira si son de serie. La moto del año pasado estaba más trabajada: tenía una bomba de freno Brembo magnífica, la horquilla delantera era una Ohlins presurizada muy efectiva y los neumáticos eran slick y hasta disponía de compuestos especiales para la sesión de calificación. Con los neumáticos de ahora tienes 4 vueltas buenas, luego se viene bastante abajo. Pero bueno, es igual para todos. Lo que necesito son kilómetros para adaptarme.
P.: Y llegamos a Jerez. ¿Cómo afrontas esta carrera?
J.A.: Esta es la cita más importante del año para mí. Corro en casa, rodeado de cuantos me han apoyado durante la temporada y cuento con el apoyo de la afición gaditana, a la que espero darle una alegría. Si las cosas no se tuercen, espero “dar mucha guerra”.
Quiero que esta carrera me sirva para rendir homenaje a aquellos que han creído en mí: En primer lugar, a Lucio Pedercini, el propietario del equipo. Me ha tratado más como a un familiar que como a un piloto bajo contrato. Sin su apoyo incondicional y sus sabios consejos nada de esto habría sido posible. Por supuesto, quiero destacar que el Circuito de Jerez ha depositado su confianza en mí en mi primera aventura internacional… Y finalmente, claro está, a mi familia, que “sufre” mi afición acompañándome y alentándome en todo momento.
P.: ¿Te mojas con un posible resultado?
J.A.: Eso sí que no. Respeto mucho a mis competidores. Esta categoría es muy dura y la gente –en su mayoría- tiene mucha experiencia. De mis compañeros, el más novato es Lanusse y ésta es su cuarta temporada. Ten en cuenta que, por ejemplo, para los dos primeros, que son Savadori y Mercado, este es su quinto año en la categoría… Y Nemeth, otro de mis compañeros en Pedercini va por su séptimo año, contando sus temporadas en el Mundial de Supersport 600 y en Superstock 1000.
Prometo esforzarme al máximo y dar mucho espectáculo, pero el resultado final depende de muchas cosas.
P.: Y para el año que viene ¿Qué vas a hacer?
J.A.: Ahora no quiero pensar más allá de las carreras de Jerez y Magny-Cours, que son las que nos quedan por disfrutar este año. El próximo me gustaría repetir categoría y equipo, pero todo depende de las ayudas que podamos conseguir. Lo suyo sería empezar a entrenar el lunes siguiente a la carrera de Magny-Cours, disponer de presupuesto para que el equipo me hiciera una moto y dejarla en Jerez y así hacer muchos kilómetros en invierno. Me enfrento a gente con muchas “horas de vuelo”. Necesito tiempo y vueltas para ponerme a su altura.
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