* Diego Ventura: oreja con fuerte petición, dos orejas y ovación
* Andrés Romero: ovación, oreja y dos orejas
El ganadero salió a hombros junto a los dos rejoneadores.
LOS FESTEJOS DE LAS COLOMBINAS 2014 Y EL PREGÓN DE CARLOS CRIVELL
El pasado viernes comenzó los festejos taurinos de Las Colombinas del presente año de 2014 con una corrida en la que tomaron parte Enrique Ponce, que cortó una oreja; Fandiño y Talavante. En la segunda jornada taurina de las fiestas onubenses brilló el torero Julián López “El Juli”, que cortó cuatro orejas y salió a hombros de la Plaza de la Merced. Este día completaron el cartel, sin fortuna, Morante de La Puebla y Perera.
Este lunes, día 4 de agosto, se cerrará este ciclo de las fiestas Colombinas con una novillada en la que tomarán parte Lama de Góngora, David de Miranda y Roca Rey. Hay que destacar, además, que para anunciar estos tradicionales festejos celebrados en Huelva se celebró en Pregón de las Colombinas 2014. La exaltación estuvo a cargo del crítico taurino Carlos Crivell.(Fotos: ETH y GA).
LA DIMENSIÓN DEL REJONEO DE VENTURA EN HUELVA
Diego Ventura ha protagonizó una jornada cumbre en Huelva, donde se medía mano a mano con Andrés Romero. El rejoneador de La Puebla mostró en sus tres toros el grado de perfección al que ha llegado el rejoneo, cortando un total de 3 orejas en una tarde sin fisuras.
Al primero de la tarde lo paró con Maletilla, templando mucho y doblándose muy bien con el toro, que salió con codicia y muchos pies. Le puso un sólo rejón y sacó a Chalana, con el que galopó muy bien de costado y puso dos buenos palos adornándose después a dos pistas y metiéndose por dentro con mucha emoción. Con Milagro dio un curso completo de toreo al quiebro, con tres palos cumbres en esta suerte. El segundo citando en corto y el tercero galopando hacia el toro y quebrando cuando prácticamente estaba encima de él fueron impresionantes.
Concluyó la faena con Toronjo con un gran par a dos manos y dos cortas, adornándose después con el teléfono. Mató de rejonazo y se pidieron con fuerza las dos orejas, premio que el presidente dejó en una.
La segunda faena se la brindó a su hijo Diego, que estaba en barrera en brazos de su madre. Se fue a chiqueros a recibir al toro montando a Cigarrera y lo paró con la garrocha, aunque el toro deslucía la suerte por buscar todo el tiempo las tablas. Después se dobló muy bien y puso un sólo rejón.
Lo de Nazarí en este toro es de difícil descripción. Pocas veces se alcanza en el toreo a caballo tanta perfección como la que lograron Diego y este impresionante caballo en el tercio de banderillas, con tres palos enormes y galopadas de costado inverosímiles por lo templadas y ajustadas que eran. Parecía imposible torear tan despacio y que los pitones del toro de Sampedro nunca rozaran al caballo. Diego estuvo cumbre ahí y luego remató con Morante y su habitual espectacularidad. Concluyó la faena con Remate poniendo cortas al violín
Antes de torear al quinto, Ventura intervino en el cuarto de la tarde por invitación de Andrés Romero, que también compartió el tercio de banderillas con Francisco Palha, sobresaliente en este festejo. Ventura salió con Puerta Grande y puso una banderilla excelente, demostrando a sus dos discípulos cómo hay que hacer las cosas.
El quinto salió con poco celo y Ventura lo paró con Demonio, poniéndole dos rejones de castigo. El tercio de banderillas lo compartió con Palha. Primero enceló al toro muy bien con la grupa de Oro y puso una buena banderilla. En su segundo palo citó con la mano recogida y batió perfecto, clavando en todo lo alto. Tan importante en este tercio fue la ejecución como la preparación magistral de la suerte, pisando unos terrenos increíbles. Cerró la faena con Toronjo poniendo dos pares de cortas a dos manos. Mató de pinchazo del que el toro se echó y perdió por ello el trofeo. Pero esto no fue mancha alguna para una tarde pletórica en la que Diego Ventura se adentró en otra dimensión del rejoneo.
Antes de torear al quinto, Ventura intervino en el cuarto de la tarde por invitación de Andrés Romero, que también compartió el tercio de banderillas con Francisco Palha, sobresaliente en este festejo. Ventura salió con Puerta Grande y puso una banderilla excelente, demostrando a sus dos discípulos cómo hay que hacer las cosas.
El quinto salió con poco celo y Ventura lo paró con Demonio, poniéndole dos rejones de castigo. El tercio de banderillas lo compartió con Palha. Primero enceló al toro muy bien con la grupa de Oro y puso una buena banderilla. En su segundo palo citó con la mano recogida y batió perfecto, clavando en todo lo alto. Tan importante en este tercio fue la ejecución como la preparación magistral de la suerte, pisando unos terrenos increíbles. Cerró la faena con Toronjo poniendo dos pares de cortas a dos manos. Mató de pinchazo del que el toro se echó y perdió por ello el trofeo. Pero esto no fue mancha alguna para una tarde pletórica en la que Diego Ventura se adentró en otra dimensión del rejoneo.
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