Los trabajos de conservación y restauración del retablo mayor de la catedral, iniciados a principios del año 2012, han llegado a su fin. Durante este periodo de veintiséis meses, el equipo de restauradores ha empleado casi sesenta mil horas de trabajo, según fuentes de la Archidiódesis de Sevilla.
Esta miércoles se ha presentado el resultado final de estos trabajos de restauración. El acto lo ha presidido el deán del Cabildo, Teodoro León, y han intervenido Teresa Laguna, Fernando Guerra y Juan Aguilar.
Se realizó, primero, una amplia labor de documentación sobre el retablo que completó la efectuada previamente durante la elaboración del proyecto de intervención, caracterizando los materiales del retablo y definiendo íntegramente su estado de conservación. Estas labores de investigación, imprescindibles para concretar los tratamientos de cada problemática específica, pusieron en relieve la amplia variedad de materiales y técnicas empleadas en su construcción y ornamentación. Estos estudios nos han informado, además, sobre las condiciones medioambientales en las que se encuentra la obra, ayudándonos a comprender los procesos de deterioro y su estado patológico.
El criterio que ha regido el carácter de los trabajos ha sido el de una estricta conservación material; pero también el de recuperar, en la medida de lo posible, los valores estéticos y artísticos ocultos tras gruesas capas de estratos oscurecidos y desvirtuados por erosiones, faltas y repintes. Buscando el equilibrio y el respeto necesario tanto a su historia material cómo a los valores estéticos singulares y cultuales que representa.
En las labores de restauración se han consolidado elementos desprendidos de la estructura del retablo, fijado los estratos de dorados y policromías exfoliados del soporte de madera; se han retirado de las superficies originales barnices oscurecidos, colas oxidadas y se han eliminado antiguos repintes alterados cromáticamente.
En una antigua intervención de restauración anterior al siglo XX se aplicó sobre toda su superficie una gruesa capa de cola orgánica de fijación, que se encontraba muy oscurecida y provocaba importantes tensiones sobre los estratos originales y la consiguiente desadherencia y desprendimiento de los mismos. Los intentos y procedimientos para retirarla, hasta la fecha habían resultado infructuosos ya que implicaban también la pérdida de los dorados originales. En esta intervención mediante la utilización de procedimientos modernos como es la energía fotónica (radiación láser), estas superposiciones han podido ser eliminadas sin alterar las superficies originales, poniendo fin a un importante problema de conservación que ha singularizado las condiciones de estabilidad de los acabados dorados y policromados del retablo hasta la actualidad.
La limpieza y la eliminación de antiguos repintes dejó a la vista múltiples faltas y lagunas que ha sido necesario entonar visualmente de manera homogénea en toda la extensión del retablo, sin intención de reconstrucción formal, pero integrándolas mediante degradación cromática, de manera que el espectador las asimile visualmente y pueda disfrutar en plenitud de los valores originales que conserva el retablo tras sus casi quinientos años de historia.
Para facilitar la intervención en el trasdós del retablo se ha instalado una estructura de acero inoxidable que ha permitido el desarrollo de los trabajos y que se mantendrá para poder realizar las periódicas revisiones y operaciones de mantenimiento. En esta zona oculta, pero fundamental para la estabilidad del retablo, además de las labores de limpieza y de consolidación de la estructura, se ha aplicado una protección preventiva antixilófagos, aunque afortunadamente, no se ha encontrado actividad reciente de insectos.
Los tratamientos, organizados en distintas fases, se iniciaron por la viga de imaginería, la cual se terminó, ahora hace algo más de un año cuando se presentó a la prensa en febrero de 2013. Se continuaron las labores por el cuerpo central, las calles laterales y el trasdós, trabajando en este último año de 2013 en todos sus niveles, haciendo coincidir la intervención de los restauradores, desde el mes de marzo del mismo año y en las dos primeras plantas del andamio, con una visita guiada gratuita para todo el público que ha querido seguir de cerca los trabajos de restauración. Para ello se abrió un espacio de exposición donde, por medio de paneles con fotografías y gráficos, maquetas, audiovisuales y esculturas procedentes del retablo, se han explicado los diferentes aspectos del mismo: su mensaje evangélico, su historia material, su técnica constructiva, procedimientos artísticos y lenguaje figurativo, su estado de conservación y los tratamientos que se han realizado. Las visitas concertadas tuvieron gran acogida de público, se han cubierto prácticamente el 100% de las demandas y concluyeron a finales de enero de 2014. En el transcurso de los once meses que estuvo abierta la exposición -Veinte y siete escenas del retablo- pudieron acceder y conocer al detalle el proceso de restauración del mismo 4.942 personas.
La restauración del retablo que ha financiado la catedral de Sevilla con los ingresos de la visita cultural ha supuesto una inversión de 1.622.601 €, desglosado en varias anualidades desde el año 2010 cuando se elaboraron los primeros estudios que precedieron a la convocatoria del concurso adjudicado en noviembre de 2011 a la empresa Ágora S.L. por un importe de 1.450.766 €.. Esta intervención ha fomentado la contratación directa de un equipo multidisciplinar de técnicos y profesionales, restauradores, historiadores, aparejadores, químicos, biólogos, ingenieros, fotógrafos, dibujantes, carpinteros, electricistas, etc., hasta aunar aproximadamente cincuenta especialistas. El equipo diario de trabajo en el andamio ha estado formado por dieciséis restauradores y dos dibujantes.
La intervención del retablo mayor forma parte de la campaña de conservación preventiva de las capillas de la catedral de Sevilla, iniciada en el año 2010, después de concluir la reposición de los pilares del trascoro. Los trabajos del altar mayor han contemplado intervenciones de auscultación, limpieza, consolidación e impermeabilización de la bóveda del presbiterio; modificación y canalización de las conducciones de electricidad, audio y vídeo, y restauración de las dos vidrieras de Jean Jacques –Asunción y Dormición de la Virgen-, instaladas en junio de 2013. El importe de estas actuaciones alcanza una inversión patrimonial de 198.347,76 € y queda pendiente para otros ejercicios económicos la realización del nuevo proyecto de iluminación artística, las jornadas de difusión y edición de la restauración.
El desmontaje de los andamios y la lona, que cubre el retablo mayor comenzará después de Semana Santa, ocupará varias semanas y los trabajos estarán concluidos en las vísperas del Corpus Christi de 2014.
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