Llegó la última corrida de la temporada, la 22ª del abono, y el tercer festejo de la Feria de San Miguel 2013. Hasta ahora, desde la corrida del viernes, una de cal y otra de arena. El primer festejo, el mano a mano entre Nazaré y Jiménez Fortes, fue para olvidar. Afortunadamente, el sábado 28, con “El Cid”, Castella y Perera, la cosa se enmendó bastante. Acudió más público, no llovió como el primer día y aunque hizo viento los aficionados disfrutaron con el toreo desarrollado por el matador extremeño y con la recuperación del torero de Salteras. Sin embargo, la expectación era grande para esta tercera y última corrida de la temporada –el 12 de octubre hay un festival benéfico para cerrar la temporada--, con la presencia de Morante –recuperado de la grave cogida que sufrió en la plaza de toros de Huesca y sus últimos triunfos, especialmente en Ronda, para poder desgranar en la Maestranza sevillana todo su arte torero.
Sobre el papel, el cartel era redondo, con Morante, “El Juli” y Talavante. Pero ahí está el dicho: Tarde de expectación, tarde de decepción. Los toros de Juan Pedro Domecq-Parladé fueron ilidiables y los toreros, a pesar de su buena voluntad, sus ganas y sus deseos de agradar, no pudieron ejecutar las faenas soñadas por los aficionados. Se salvó de la quema Alejandro Talavante, toreando al sobrero de Parladé –quizás el mejor animal del festejo--, ya que fue devuelto a los corrales el primer toro de su lote. El espada extremeño estuvo valiente, entregado, dominador y con clase ante el morlaco más boyante del festejo. Al final de esta vistosa faena, Talavante recibió una fuerte ovación y hubo hasta petición de oreja. Pero los demás toros eran tan marmolillos, tan faltos de embestidas y con tan escasitas fuerzas, que ni Morante, que puso siempre mucho empeño, ni “El Juli”, que insistió con constancia frente a sus dos toros, pudieron desarrollar faenas ligadas para que el festejo pudiera saliera a flote. Solo se pudo ver algunos detalles del torero de La Puebla con el capote, pero muy racionado, y la férrea entrega de “El Juli” con su lote. Los toreros no pudieron ocultar la carita de desesperación. Por otra parte, la decepción era total en los tendidos y en las gradas.
FICHA DE LA CORRIDA
Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla.
Tercera corrida de la Feria de San Miguel 2013 –22ªdel abono de la temporada.
Toros de Juan Pedro Domecq-Parladé, desiguales de presentación, pero flojos, sin fuerzas, sin raza, sin clase y sin embestida. El tercer toro de la tarde, de Juan Pedro, fue devuelto a los corrales. En su lugar salió un sobrero de Parladé.
* Morante de La Puebla, silencio y silencio.
* Julián López “El Juli”, silencio y silencio.
* Alejandro Talavante, ovación con petición de oreja y silencio en el segundo de su lote, aunque también se escucharon algunas palmas de despida.
Presidió el festejo Gabriel Fernández Rey. La Plaza de Toros de Sevilla se cubrió en su totalidad. Buen ambiente en los tendidos y en la gradas. El público protestó la flojedad de los toros y pitó en casi todos los arrastres de los animales. Hubo nubes y mucho viento. Con esta corrida se cerró la temporada en la Maestranza, aunque el 12 de octubre habrá un festival taurino a beneficio de la Cruz Roja y el Banco de Alimentos.
CRÓNICA DE FERNANDO GELÁN
Después de lo que se contempló en el ruedo maestrante en esta tercera corrida de la Feria de San Miguel 2013 es mejor pasar página. Desgraciadamente los toros no fueron buenos para los deseos de la terna. La decepción fue general. Sufrieron los toreros, desesperados por la falta de raza y de calidad de los malos morlacos de Juan Pedro y de Parladé. El primero en pisar el albero dentro del espectacular ambiente que había en la plaza fue Morante de La Puebla. El torero sevillano era muy esperado en esta nueva presencia en Sevilla. Recibió una fuerte ovación de bienvenida para darle ánimos y alas. Pero el primer toro de la jornada –“Fantasía”, de 532 kilos, de Juan Pedro--, ya bajó los ánimos al torero y al público. Morante estuvo con ganas con la capa, pero cuando el toro recibió el primer puyazo se acabó ahí lo que podía dar. El de La Puebla, ya con la muleta, no pudo dar ni un pase ante el marmolillo. Se fue por la espada y mató de media estocada y descabello. En el segundo de su lote – “Espanto”, de 565 kilos, de Juan Pedro--, Morante también se estrelló ante un animal sin fuerza y sin raza. A pesar de todos los deseos del torero, el morlaco solo daba gañafones y medias embestidas. El de La Puebla no tuvo otra opción que coger la espada y poner fin a tanta frustración. Mató de pinchazo hondo y descabello.
El segundo torero del cartel fue Manuel Jesús “El Juli”. En el primero de su lote –“Chorrada”, de 503 kilos, de Juan Pedro--, el madrileño se lució cuando recibió con el capote al toro, pero el animal se apagó en el tercio final. Aunque “El Juli” arriesgó con la muleta para, al menos, dejar constancia de sus deseos y de su profesionalidad, al final tuvo que agarrar la espada para acabar pronto con un impresentable morlaco y liquidar de una certera estocada al de Juan Pedro. En el segundo de su lote –“Luterano”, de 536 kilos, de Parladé--, “El Juli” se lució ejecutando unas artísticas y ajustadas verónicas. Sin embargo, todo fue un espejismo porque el toro, como sus hermanos, se desinfló totalmente. El de Parladé no embestía ni por la derecha ni por la izquierda y el camino fue el de coger la espada y acabar con la tragedia. “El Juli” acertó con la estocada.
El torero con algo más de fortuna de la corrida fue Alejandro Talavante. Su primer toro –“Trágico”, de 540 kilos, de Juan Pedro--, fue devuelto a los corrales y el extremeño se la tuvo que jugar con el sobrero –“Descorchado”, de 536 kilos, de Parladé--, para darle la vuelta al festejo. Talavante encontró un animal adecuado para sus ambiciones toreras. Aprovechó que “Descorchado” tenía más movilidad y casta y se lució por verónicas con el capote. Ya con la muleta, como el toro seguía respondiendo y se vino arriba, aprovechó el ritmo para ligar una buena serie de derechazos y de naturales. Hasta el la Banda del Maestro Tejera se animó y puso música para alegrar aún más la buena faena de Talavante. Con el pasodoble “Manolete”, el torero extremeño sacó todo el partido que pudo para calentar el ambiente. Remató su corta pero ajustada faena con un artístico trincherazo. Se ganó los aplausos de los aficionados. Mató de estocada y el premio fue el de una fuerte ovación, aunque un sector del público pidió la oreja que el presidente no concedió. En el segundo de su lote y último de la tarde –“Lingotazo”, de 565 kilos, de Parladé--, Alejandro Talavante ejecutó con temple buenas chicuelinas y verónicas. Ya con la muleta, el torero extremeño –que brindó al público--, desarrolló un toreo con muchas ganas y poder. Talavante dejó bellas series de derechazos, siguiendo la lidia el torero con largos naturales. Pero el de Parladé se quedó desfondado, sin fuerzas, y todos los intentos fueron vanos. El matador abrevió y mató de estocada.
En fin, salvo esos momentos brillantes del torero extremeño con el sobrero, la tercera y última corrida de la Feria de San Miguel 2013 fue un puro chasco. Los toros de Juan Pedro Domecq-Parladé fueron decepcionantes y el público, que tenía ganas de ver un gran espectáculo taurino, protestó con fuerza la falta de raza de los morlacos del festejo que deslucieron una tarde de toros soñada. Esta vez nadie iba dando pases por el Paseo de Colón. Los aficionados salían tristes y apagados de la Plaza de Toros de la Real Maestranza. El chasco había sido muy grande. (Fotos: Arjona).-
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