Se jugó este lunes 16 de abril el último partido de la jornada 33 de la Liga Española entre el Getafe y el Sevilla. El encuentro finalizó con una sorprendente y justa goleada del equipo de Alfonso Pérez Muñoz, que se rehizo del gran gol de chilena de Negredo para dominar el juego y el partido y marcar cinco goles a Javi Varas, que volvía a defender el marco del equipo de Nervión por lesión de Palop. Tremendo varapalo ha recibido un horrible el Sevilla en Madrid, cuando estaba en juego la clasificación en puestos europeos.
GETAFE, 5; SEVILLA F.C., 1.- Inesperado y sorprendente paso atrás del Sevilla en esta jornada de Liga, cuando había tantos sueños y esperanzas en poder superar a un irregular Getafe para meterse de lleno en puestos europeos. Hasta se llegó a soñar en el club de Nervión en una clasificación en Champions. Nadie puede entender que un equipo como el Sevilla, con mayor envergadura y mejor calidad técnica que el Getafe, termine recibiendo la goleada del año. Porque el Getafe, al final, le hizo una manita a los sevillistas, pero Javi Varas pudo recibir algún que otro gol más --sobre todo un remate bombeado de Güiza--, para que el marcador a favor de los de García Plaza hubiese sido de escándalo. !Vaya bochorno, papi Michel! De todas maneras el 5-1 es ya demoledor.
Y eso que en los primeros quince minutos el dominio sobre la yerba del Alfonso Pérez fue alterno, aunque ya el Getafe avisó cuando remató en boca de gol Miku, que mandó el cuero por encima del larguero. Pero poco a poco se fue centrando el cuadro que dirige Michel y fue ganándole terreno a los hombres del Getafe. A los 19 minutos, Negredo recibió un pase de Trochowski y rozando el fuera de juego remató de chilena para sorprender a Moya. El 0-1 marcado dentro de esa buena racha del delantero del Sevilla fue un golpe duro para el Getafe. Los sevillistas, a partir de este tanto a su favor, dominaron totalmente el partido y estuvieron seguros en defensa, acertados en el centro del campo y con muchas ocasiones de gol en las botas de sus delanteros. Pero el Getafe, que no tiró nunca la toalla, empató a los 34 minutos. El cuadro madrileño lanzó un saque de esquina y Miguel Torres aprovechó los errores defensivos del Sevilla para rematar a bocajarro al marco de Javi Varas. El equipo de Michel, tras este gol que igualaba el marcador, se fue achicando y diluyendo. Fallaba en defensa; en el centro del campo ni Medel atosigaba al contrario y en la delantera ni Jesús Navas ni Manu del Moral eran capaces de forzar contragolpes para los esperados remates de Negredo.
En la segunda parte, el Sevilla ya salió al campo descentrado y fuera de toda mentalización. A los 48 minutos marcó de nuevo el Getafe por mediación de Lacen, en tiro desde fuera del área. Este 2-1 provocó el caos y el hundimiento sevillista. El once de Luis García Plaza era totalmente superior al Sevilla, cuyo equipo se deshizo y se derrumbó totalmente sobre la yerba. No había jugadores en el cuadro blanco ni para hacer la o con un canuto. Faltos de ideas y de recursos, el equipo de Nervión era un juguete roto en manos de un Getafe crecido e imparable. A los 62 minutos, Miku puso el 3-1. En el minuto 69, era Pedro Ríos --el mejor futbolista del Getafe y que ningún jugador del Sevilla supo frenar--, quien aumentaba la cuenta para el Getafe.Era el 4-1. Y el quinto gol para los de casa, con un Getafe arrollador, llegó en el minuto 71. Era otro tanto de Miku. La hecatombe en el cuadro blanco de Nervión.
Con este contundente 5-1, el Sevilla nunca quiso perder ofreciendo una mala imagen, aunque ya el ridículo era inevitable. Buscó con más corazón que cabeza reducir distancias, pero los ánimos ya estaban bajo mínimos. Sin embargo, tanto Güiza como Gavilán pudieron aumentar claramente el marcador y un posible 7-1 hubiese sido tremendamente humillante. !Pero ya con la manita, mucha tela marinera...!
Los sueños, sueños son. El Sevilla, a pesar de esta inesperada y abultada derrota tras su última e ilusionante rachita, está en ese grupo tan igualado que tiene un pie en la nada y otro en Europa. Pero el equipo de Michel, que cantó excelencias para lograr muchas metas este final de la Liga, ofreció en el Coliseum Alfonso Pérez Muñoz un lamentable espectáculo futbolístico.
GETAFE, 5; SEVILLA F.C., 1.- Inesperado y sorprendente paso atrás del Sevilla en esta jornada de Liga, cuando había tantos sueños y esperanzas en poder superar a un irregular Getafe para meterse de lleno en puestos europeos. Hasta se llegó a soñar en el club de Nervión en una clasificación en Champions. Nadie puede entender que un equipo como el Sevilla, con mayor envergadura y mejor calidad técnica que el Getafe, termine recibiendo la goleada del año. Porque el Getafe, al final, le hizo una manita a los sevillistas, pero Javi Varas pudo recibir algún que otro gol más --sobre todo un remate bombeado de Güiza--, para que el marcador a favor de los de García Plaza hubiese sido de escándalo. !Vaya bochorno, papi Michel! De todas maneras el 5-1 es ya demoledor.
Y eso que en los primeros quince minutos el dominio sobre la yerba del Alfonso Pérez fue alterno, aunque ya el Getafe avisó cuando remató en boca de gol Miku, que mandó el cuero por encima del larguero. Pero poco a poco se fue centrando el cuadro que dirige Michel y fue ganándole terreno a los hombres del Getafe. A los 19 minutos, Negredo recibió un pase de Trochowski y rozando el fuera de juego remató de chilena para sorprender a Moya. El 0-1 marcado dentro de esa buena racha del delantero del Sevilla fue un golpe duro para el Getafe. Los sevillistas, a partir de este tanto a su favor, dominaron totalmente el partido y estuvieron seguros en defensa, acertados en el centro del campo y con muchas ocasiones de gol en las botas de sus delanteros. Pero el Getafe, que no tiró nunca la toalla, empató a los 34 minutos. El cuadro madrileño lanzó un saque de esquina y Miguel Torres aprovechó los errores defensivos del Sevilla para rematar a bocajarro al marco de Javi Varas. El equipo de Michel, tras este gol que igualaba el marcador, se fue achicando y diluyendo. Fallaba en defensa; en el centro del campo ni Medel atosigaba al contrario y en la delantera ni Jesús Navas ni Manu del Moral eran capaces de forzar contragolpes para los esperados remates de Negredo.
En la segunda parte, el Sevilla ya salió al campo descentrado y fuera de toda mentalización. A los 48 minutos marcó de nuevo el Getafe por mediación de Lacen, en tiro desde fuera del área. Este 2-1 provocó el caos y el hundimiento sevillista. El once de Luis García Plaza era totalmente superior al Sevilla, cuyo equipo se deshizo y se derrumbó totalmente sobre la yerba. No había jugadores en el cuadro blanco ni para hacer la o con un canuto. Faltos de ideas y de recursos, el equipo de Nervión era un juguete roto en manos de un Getafe crecido e imparable. A los 62 minutos, Miku puso el 3-1. En el minuto 69, era Pedro Ríos --el mejor futbolista del Getafe y que ningún jugador del Sevilla supo frenar--, quien aumentaba la cuenta para el Getafe.Era el 4-1. Y el quinto gol para los de casa, con un Getafe arrollador, llegó en el minuto 71. Era otro tanto de Miku. La hecatombe en el cuadro blanco de Nervión.
Con este contundente 5-1, el Sevilla nunca quiso perder ofreciendo una mala imagen, aunque ya el ridículo era inevitable. Buscó con más corazón que cabeza reducir distancias, pero los ánimos ya estaban bajo mínimos. Sin embargo, tanto Güiza como Gavilán pudieron aumentar claramente el marcador y un posible 7-1 hubiese sido tremendamente humillante. !Pero ya con la manita, mucha tela marinera...!
Los sueños, sueños son. El Sevilla, a pesar de esta inesperada y abultada derrota tras su última e ilusionante rachita, está en ese grupo tan igualado que tiene un pie en la nada y otro en Europa. Pero el equipo de Michel, que cantó excelencias para lograr muchas metas este final de la Liga, ofreció en el Coliseum Alfonso Pérez Muñoz un lamentable espectáculo futbolístico.
(Foto: Web Liga BBVA).-
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