Sol y sombra. Cal y arena. Jugaban a la misma hora este miércoles 11 de abril, pero en campos diferentes, el Sevilla y el Betis, cada uno con sus ambiciones, sus metas y sus ilusiones.
El Betis es ya equipo de Primera --de manera virtual en estos momentos de la noche del miércoles hasta los resultados de este jueves--, porque al ganar por 3-1 el Tenerife en Heliópolis consolida su clasificación de ascenso a la División de Honor. Por su parte, el equipo Sevilla, que llegó a tener un 0-2 en Pamplona con goles de Negredo, terminó sufriendo y perdiendo un partido por su pésima y decepcionante segunda parte, donde tiró todo por la borda.
FIESTA EN EL VILLAMARÍN
Real Betis, 3; Tenerife, 1.- Cuando el juez de la contienda, Piñeiro Crespo, pitó el final del partido, los aficionados verdiblancos que estaban en las gradas saltaron al terreno de juego para festejar lo que es ya un ascenso casi matemático del equipo del Betis a Primera División. Ambiente de fiesta grande porque el cuadro que prepara Pepe Mel ha tenido que luchar fuerte durante la larga temporada. Aún quedan partidos para que acabe la Liga en Segunda División A, pero el Betis ha logrado ya una rentable puntuación y está encaramado en los puestos de ascenso, que está defendiendo a capa y espada, desde hace algunas jornadas.
La historia de este partido se centra principalmente en la victoria, en los tres puntos que ha conseguido el equipo bético para consolidar este salto a la Primera División. Mel no quería lanzar las campañas al vuelo, pero un resultado tan favorable hizo que el público saltara de júbilo y celebrase ya este ascenso, casi matemático, con una fiesta grande y multitudinaria.
El Betis jugó un partido ajustado para ganar. A los 3 minutos, por obra de Rubén Castro al ejecutar una máxima pena, ya tenía el Betis el primer gol. El segundo gol de los verdiblancos fue marcado por Salva Sevilla, en cesión magnífica de tacón de Jorge Molina. Llegó a inquietar el bravo Tenerife al relajarse algo el equipo de Pepe Mel y fue Julio Álvarez quien logró acortar distancias en el minuto 37, poniendo un 2-1 en el marcador del coliseo de la Palmera. Pero antes de finalizar el primer periodo, Isidoro, con ayuda de la defensa canaria, marcó el 3-1 definitivo. La segunda parte fue un puro trámite, aunque el Tenerife puso en varias ocasiones en aprietos al guardameta Casto. Todo en el Villamarín, en ese periodo y hasta el final, ya se celebraba el ascenso y la fiesta hasta las primeras horas de la madrugada fue brillante y espectacular. Mel, al final del choque, manifestó que se sentía en Primera División.
FRACASO SEVILLISTA
Osasuna, 3; Sevilla F.C., 2.- Una penosa imagen ha dado el equipo de Manzano en la segunda parte de este partido que jugaron navarros y sevillistas en el Reyno de Navarra. El equipo falló en defensa, no supo controlar el juego en el centro del campo y falló todas las opciones de ataque. El Sevilla, con toda la arenga que estos días ha difundido el presidente Del Nido, quería amarrar en este partido su clasificación para la Liga de Europa, pero el Osasuna, en una segunda parte brillantísima y espectacular, barrió a los blancos del campo y lograron superar el resultado favorable que el Sevilla había alcanzado justamente en el primer tiempo.
Sorprendió en los primeros cuarenta y cinco de juego el Sevilla, que con cierto orden y ambición controlaba el juego y el partido, ante un Osasuna nervioso e intranquilo por todo cuanto se jugaba.
El cuadro de Manzano se esforzó para sacar tajada de esta inseguridad local y en dos minutos de este periodo –26 y 28--, Negredo logró dos goles como dos soles. El primero al rematar una falta sacada por Perotti y el segundo, de pícaro, al cabecear un balón rechazado por el poste.
Pero la segunda parte de este partido fue muy diferente. Al Sevilla le dieron la vuelta como un calcetín. Empezó a fallar la defensa, con errores de Sergio Sánchez y Bernardo, sin que, además, el centro del campo sevillista existiera para armar juego, con un Kanouté perdido y desorientado por el descontrol de todo el equipo.
El Osasuna, sin embargo, se creció y dominó esta segunda parte que duró más de 50 minutos por los descuentos. Camuñas fue el hombre clave del cuadro local, con un juego efectivo, dominador y contundente. A los 46 minutos de juego, Kike Sola marcó el 1-2. La esperanza llegó a los navarros que aumentaron su presión y sus ambiciones en un trabajo épico. El empate, en plena pájara sevillista, llegaría en el minuto 86. Otra vez Kike Sola superaba a Javi Varas. En plena apoteosis de los navarros, el Osasuna logró el gol de la victoria ante la sorpresa, la desesperación, el sufrimiento y la impotencia de los sevillistas. A los 89 minutos marcó Lekic un servicio efectivo del todopoderoso Camuñas. El Osasuna, con esta victoria, daba un paso adelante para evitar el descenso. Por su parte, el Sevilla de Manzano recibió un duro e inesperado golpe y el equipo tendrá que ajustarse los machos en los dos últimos partido de Liga para poder asegurar esa ilusionada clasificación europea.
(Imágenes: Webs del Real Betis y Sevilla F.C.).
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