El Sevilla de Manzano, luchando a tope, pudo dar la campanada ante el equipo del polémico Mourinho
Real Madrid, 1 (Di María); Sevilla F.C., 0.- El Sevilla ha perdido la gran ocasión de sacar algún punto del Bernabéu, en un trepidante choque en el que no solo hubo guerra en el terreno de juego, sino también entre los banquillos. El cuadro de Goyo Manzano ha tenido en este partido una enorme oportunidad de romper la mala racha de derrotas en el Campeonato de Liga y dar la campanada. Supo atenazar al Real Madrid hasta el gol de Di María, pero no aprovechó nunca las claras oportunidades que tuvieron delante de Casillas y de manera especial Negredo. Es una amarga derrota del Sevilla en el estadio del Real Madrid porque sin tener a los mejores hombres en el once de gala, los blancos –rojos en el Bernabéu--, estuvieron a punto de dar una espectacular sorpresa futbolera. Perdonó demasiado el equipo de Nervión.
El Sevilla jugó con mucho sentido práctico ante el Madrid, siendo muy astuto e invulnerable en defensa y con un Palop que siempre estuvo atento a cualquier estrategia de los madridistas. El planteamiento táctico de Manzano era tremendamnte positivo. No ligaba fútbol el Madrid, que jugaba atolondrado, si dominar ninguna parcela y con excesivo individualismo. Los marcajes de los hombres del Sevilla fueron siempre eficaces, adelantándose en todo momento a todos los intentos de creación de un Real Madrid impotente. El propio Cristiano no daba pie con bola y el resto jugaba más al pelotón que a serenar el juego y controlar la situación.
En este duro forcejeo sobre la yerba de los dos equipos, siempre estuvo por delante el Sevilla, que maniobró con mucha inteligencia y pundonor, pese a tener sus errores. Pero batalló lo indecible para sorprender al cuadro del polémico Mourinho. El público del Bernabéu protestaba porque el Madrid de este portugués que se cree el amo del mundo era un títere sin cabeza. Sin embargo, pese a la mayor preponderancia de los sevillistas, el cuadro que prepara el inquietante Manzano no culminó su buena obra. Es verdad que le faltaba un hombre como Kanouté para centrar más el juego del Sevilla, porque Fabiano no está fino, Negredo falla de forma muy excesiva y Capel está por debajo de sus cualidades físicas y técnicas.
En este ten con ten de madridistas y sevillistas, Negredo en una ocasión, y Romaric en durísimo disparo de falta, pudieron armar la marimorena en el Bernabéu. Pero el Sevilla no tuvo fortuna en esas dos jugadas claves. El Real Madrid no sabía reaccionar ante el bloque conjuntado y luchador que formaban los hombres del club de Nervión. Hasta el juez de la contienda, Clos Gómez, no estuvo acertado en una jugada en la que Carvalho, como último defensor, rompió el cuerpo de Negredo. Era clara tarjeta roja para el jugador madridista, pero únicamente mostró la amarilla. Fue el primero error arbitral que encendió la mecha en los banquillos.
La segunda parte salió el Madrid algo más ambicioso. Pero el Sevilla jamás volvió la cara. Le hizo frente al cuadro del Bernabéu con enorme garra y espíritu de lucha. Trabajó a destajo todo el equipo de Nervión para seguir achicando al once del Bernabéu. Como el hacha de guerra se había levantado sobre la yerba, el más perjudicado fue el Madrid, que se quedó con diez por expulsión de Carvalho –doble amonestación--, aunque ya debió haber visto el túnel de los vestuarios en el primer periodo. Pero el fútbol es muy traicionero. Si Negredo falló un gol cantado, cuando solo ante Casillas mandó el balón a las nubes; Di María, recogiendo un rechace de la defensa sevillista, se escoró hasta la línea de corner pegada casi a la portería, y burlando a Palop en su ansiosa salida marcó un gol por el sitio más inverosímil. Pero le valió al Real Madrid este tanto del extremo.
Se le cayeron al Sevilla los palos del sombrajo. A pesar de la superioridad numérica, el cuadro de Nervión no supo aprovechar la ventaja, aunque tras el gol de Di María adelantó líneas en busca del gol de ese empate que tanto había defendido y que tuvo en sus manos tanto tiempo. El Sevilla no halló la manera de crear juego ofensivo para acortar el marcador. Además, el fútbol, el mal fútbol que hubo en casi todo el choque, se hizo duro, áspero y peligroso. Hubo ya entradas violentas, agarrones, cabezazos y dos equipos más centrado en la lucha que en el balompié. También el Sevilla, ya al final del choque, se quedó con diez por expulsión de Dabo. La guerra era ya a tumba abierta.
No sé lo que dirá Del Nido tras esta nueva derrota. Ha declarado días pasados que el Sevilla tiene muy buena plantilla, pero no un buen equipo. No sé entonces dónde está ni la esperanza ni las metas del club sevillista si el equipo está en esta cuesta abajo. Amarga, muy amarga, la derrota del Sevilla ante un mal Madrid que tuvo excesiva fortuna en el único gol del partido. ¿Pero si no se acierta en las ocasiones que hay....? Hace ya varias jornadas, incluyendo el empate en la Liga de Europa, que el Sevilla es incapaz de ganar un partido. Termina mal el año 2010 en el torneo de la regularidad. Habrá que reflexionar en estas fiestas de Navidad y Reyes y poner urgente remedio...
(Foto: Web Sevilla F.C.)
Real Madrid, 1 (Di María); Sevilla F.C., 0.- El Sevilla ha perdido la gran ocasión de sacar algún punto del Bernabéu, en un trepidante choque en el que no solo hubo guerra en el terreno de juego, sino también entre los banquillos. El cuadro de Goyo Manzano ha tenido en este partido una enorme oportunidad de romper la mala racha de derrotas en el Campeonato de Liga y dar la campanada. Supo atenazar al Real Madrid hasta el gol de Di María, pero no aprovechó nunca las claras oportunidades que tuvieron delante de Casillas y de manera especial Negredo. Es una amarga derrota del Sevilla en el estadio del Real Madrid porque sin tener a los mejores hombres en el once de gala, los blancos –rojos en el Bernabéu--, estuvieron a punto de dar una espectacular sorpresa futbolera. Perdonó demasiado el equipo de Nervión.
El Sevilla jugó con mucho sentido práctico ante el Madrid, siendo muy astuto e invulnerable en defensa y con un Palop que siempre estuvo atento a cualquier estrategia de los madridistas. El planteamiento táctico de Manzano era tremendamnte positivo. No ligaba fútbol el Madrid, que jugaba atolondrado, si dominar ninguna parcela y con excesivo individualismo. Los marcajes de los hombres del Sevilla fueron siempre eficaces, adelantándose en todo momento a todos los intentos de creación de un Real Madrid impotente. El propio Cristiano no daba pie con bola y el resto jugaba más al pelotón que a serenar el juego y controlar la situación.
En este duro forcejeo sobre la yerba de los dos equipos, siempre estuvo por delante el Sevilla, que maniobró con mucha inteligencia y pundonor, pese a tener sus errores. Pero batalló lo indecible para sorprender al cuadro del polémico Mourinho. El público del Bernabéu protestaba porque el Madrid de este portugués que se cree el amo del mundo era un títere sin cabeza. Sin embargo, pese a la mayor preponderancia de los sevillistas, el cuadro que prepara el inquietante Manzano no culminó su buena obra. Es verdad que le faltaba un hombre como Kanouté para centrar más el juego del Sevilla, porque Fabiano no está fino, Negredo falla de forma muy excesiva y Capel está por debajo de sus cualidades físicas y técnicas.
En este ten con ten de madridistas y sevillistas, Negredo en una ocasión, y Romaric en durísimo disparo de falta, pudieron armar la marimorena en el Bernabéu. Pero el Sevilla no tuvo fortuna en esas dos jugadas claves. El Real Madrid no sabía reaccionar ante el bloque conjuntado y luchador que formaban los hombres del club de Nervión. Hasta el juez de la contienda, Clos Gómez, no estuvo acertado en una jugada en la que Carvalho, como último defensor, rompió el cuerpo de Negredo. Era clara tarjeta roja para el jugador madridista, pero únicamente mostró la amarilla. Fue el primero error arbitral que encendió la mecha en los banquillos.
La segunda parte salió el Madrid algo más ambicioso. Pero el Sevilla jamás volvió la cara. Le hizo frente al cuadro del Bernabéu con enorme garra y espíritu de lucha. Trabajó a destajo todo el equipo de Nervión para seguir achicando al once del Bernabéu. Como el hacha de guerra se había levantado sobre la yerba, el más perjudicado fue el Madrid, que se quedó con diez por expulsión de Carvalho –doble amonestación--, aunque ya debió haber visto el túnel de los vestuarios en el primer periodo. Pero el fútbol es muy traicionero. Si Negredo falló un gol cantado, cuando solo ante Casillas mandó el balón a las nubes; Di María, recogiendo un rechace de la defensa sevillista, se escoró hasta la línea de corner pegada casi a la portería, y burlando a Palop en su ansiosa salida marcó un gol por el sitio más inverosímil. Pero le valió al Real Madrid este tanto del extremo.
Se le cayeron al Sevilla los palos del sombrajo. A pesar de la superioridad numérica, el cuadro de Nervión no supo aprovechar la ventaja, aunque tras el gol de Di María adelantó líneas en busca del gol de ese empate que tanto había defendido y que tuvo en sus manos tanto tiempo. El Sevilla no halló la manera de crear juego ofensivo para acortar el marcador. Además, el fútbol, el mal fútbol que hubo en casi todo el choque, se hizo duro, áspero y peligroso. Hubo ya entradas violentas, agarrones, cabezazos y dos equipos más centrado en la lucha que en el balompié. También el Sevilla, ya al final del choque, se quedó con diez por expulsión de Dabo. La guerra era ya a tumba abierta.
No sé lo que dirá Del Nido tras esta nueva derrota. Ha declarado días pasados que el Sevilla tiene muy buena plantilla, pero no un buen equipo. No sé entonces dónde está ni la esperanza ni las metas del club sevillista si el equipo está en esta cuesta abajo. Amarga, muy amarga, la derrota del Sevilla ante un mal Madrid que tuvo excesiva fortuna en el único gol del partido. ¿Pero si no se acierta en las ocasiones que hay....? Hace ya varias jornadas, incluyendo el empate en la Liga de Europa, que el Sevilla es incapaz de ganar un partido. Termina mal el año 2010 en el torneo de la regularidad. Habrá que reflexionar en estas fiestas de Navidad y Reyes y poner urgente remedio...
(Foto: Web Sevilla F.C.)
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