Esplendor, solemnidad, belleza y sevillanía en la fiesta del Corpus Christi
Sigue el bufonero metiéndose con Sevilla y los sevillanos cada vez que se celebra un tradicional e histórico acontecimiento popular. Si hace tiempo dijo que los sevillanos tenemos complejo de inferioridad y que es mejor irse a Alemania que gozar de esta bendita tierra, ahora salta con que la ciudad, en esta fiesta del Corpus, es cateta o “catetita”. Le podemos contestar a ritmo de silbo gomero, cuyo sonido traspasa riscos y montañas. Te quié y ya…
Sevilla vivió con esplendor la Fiesta del Corpus 2010. Y la vivió apasionadamente, como manda el protocolo de las esencias populares e históricas de Sevilla. Para no ser “cateta” como dice el “pregonero” hasta el televisivo Boby Bustamante, como representante de la APS se vistió con chaqué para ir en la procesión. Boby con traje de “luces” nada cateto en las filas que marca la senda de las ramas de las juncias y el romero, y Carlos Herrera, el radiofónico, con camisa de mangas cortas sentado en una de las sillas de diez euros en la Plaza de San Francisco. ¿Quién es el más cateto de los dos informadores?
Calor y sentir popular. Participación masiva y una Sevilla que sabe componer la fiesta del Corpus como mandan los cánones de la historia y de la tradición. Estreno en la procesión, larga y representativa, de la imagen de Sor Ángela de la Cruz, que ha realizado el prolífero Navarro Arteaga. ¿Es Sevilla cateta por incluir esta escultura de la santa beata en la procesión del Corpus? ¿Es Sevilla cateta o catetilla porque llora al contemplar a Sor Ángela en ese recorrido de siglos que tiene el Corpus?
Pasos cuidados, adornados con mimo y por las cofradías. La Sevilla cateta o catetilla en el Corpus no se mueve al son de cornetas y tambores. Pocas agrupaciones musicales toman parte en este histórico cortejo. Tal vez el bufonero no sabe que detrás de los nueve pasos del Corpus solamente llevan bandas nuestro Patrón, San Fernando, y la Gran Custodia de Arfe. Es, como se puede comprobar, lo justo, lo adecuado. Porque si una cosa tiene Sevilla, además de no ser cateta o catetilla, es que saber medir siempre todo lo que organiza y ofrece con todo el amor del mundo.
Así, pues, Son Ángela, San Isidoro y San Leandro, la Purísima, las Santas Justa y Rufina, San Fernando, el Niño Jesús del Sagrario, la Custodia Chica y la Gran Custodia. Todo perfecto. Todo medido. Todo ajustado. Tras el templo de plata de Arfe, monseñor Asenjo –arzobispo de Sevilla--, y toda la Corporación Municipal. Es el último Corpus de Monteseirín, porque en mayo de 2011 habrá elecciones municipales. Tras esa representación están Zoido, Torrijos, Espadas y Pilar González... Además, este año 2010, la procesión ha estado muy coordinada. Sin cortes. Rápida. Unida. Con alta representación de hermandades y con sus hermanos y hermanas con trajes adecuadas. Ninguna catetada. El pueblo de Sevilla compartiendo solemnidad y tradición.
El bufonero no tiene derecho a meterse con los sevillanos. Corta ya el rollo y coge ya el farol de tu padre y alumbra alguna vez al Santísimo en esta magna procesión eucarística. Podrás comprobar que ni Sevilla es cateta ni catetilla. Sevilla es como es por los siglos de los siglos. Y hay que mimarla y quererla. El Corpus Christi tiene una historia de muchos siglos. Y ha sido la propia ciudad quien ha colocado alto el nivel de tradición y popularidad de esta fiesta. Una fiesta de pura sevillanía. Si sobra algún cateto es ese absurdo bufonero que será siempre un malage. Afortunadamente, Sevilla está muy por encima del absurdo recuadrista.
Al margen de este analisis-comentario de la procesión del Corpus hay que informar que durante el recorrido los bomberos tuvieron que acudir a la plaza del Salvador porque la parte de arriba del altar instalado frente a la Iglesia corría peligro de caída. Fue necesario asegurarlo, sin que la intervención no afectó el desarrollo de la procesión.
Por otra parte, en el pontifical celebrado en la Catedral durante el inicio de la fiesta eucarística, monseñor Asenjo --que por primera vez presidía esta solemne procesión--, afirmó que "la Eucaristía es fermento de unidad y reconciliación, de amor fraterno" y ha argumentado que es "un amor que tiene que regenerar nuestra sociedad, purificarla de todos los pecados, de todas las injusticias, de la violencia contra las mujeres, de todas las agresiones contra la vida de los más débiles".
También afirmó el arzobispo de Sevilla que "un amor que tiene que hacer de nosotros una comunidad abierta a las necesidades de los inmigrantes, de los ancianos y enfermos, de todos los que se sientan solos y angustiados en estos momentos de tanto dolor para los pobres, los parados y los que han dejado de percibir el subsidio de desempleo".
Este año no hubo honores militares para la Custodia catedralicia, pero si desfile de las fuerzas ante la Gran Custodia en la plaza de la Virgen de los Reyes. ¿Quien es aquí el más cateto?
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