FÚTBOL.- No supo el Betis mantener su ventaja frente al Las Palmas y solo logró un escaso punto
Ni chicha ni limoná. El Betis no sabe o no puede. Aquí, frente al Las Palmas, era ganar sí o si para ponerse a tiro del ascenso. Todo era cuestión en el cuadro de Heliópolis de mentalización y de trabajo efectivo. Pero el equipo de Víctor Fernández no está fino. Se mueve por el campo de forma muy desequilibrada y con mucha nerviosera y el equipo desarrolla un fútbol excesivamente espeso y poco sólido para consolidar sus deseos y sus metas.
Mal comienzo, además, tuvo el Betis en el terreno canario, porque Damiá hizo un penalti claro en ese desasosiego que en defensa tiene el once verdiblanco. Menos mal que Goitia detuvo el tiro de los once metros y que todo volvió a empezar, aunque el juez de la contienda expulsó al defensa bético que había hecho la falta máxima.
Otra vez el Betis en inferioridad. Y todo no puede hacerlo Emaná, que se multiplicó por todo el terreno de juego para mandar, templar y dominar. Pero al once sevillano se pesa de forma excesiva esa responsabilidad de ponerse en clasificación para el salto a Primera. Sobre todo, porque no solo el Betis juega con el rival de turno, sino con todos los que se están apuntando a este ascenso a la División de Honor.
En la segunda parte, el Las Palmas se quedó con un jugador menos –tarjeta roja a Miguel García--, porque el cuadro canario jugó continuamente con el hacha de guerra. Al menos, con esta nueva expulsión, los dos equipos quedaron con los mismos hombres sobre la yerba. El Betis aprovechó mejor esta inferioridad numérica del cuadro canario y buscó con más sentido el ataque al marco local, Otra vez Emaná fue pieza clave para este resurgir verdiblanco y en un buen contragolpe, Emaná remató un pase medido de Pereira –gran galopada--, para marcar un merecido gol.
Parecía que podía ser el tanto de la esperada victoria del Betis. Pero el once de Víctor Fernández cometió excesivos errores en el centro del campo para poder congelar el juego y esconder el balón hasta los últimos minutos. Estas deficiencias verdiblancas, estos pasos atrás, permitió Rondón, en un centro a balón parado, se adelantara a la defensa sevillana y rematara de cabeza ante el sorprendido Goitia. Empate del once de Las Palmas. Aunque el árbitro prolongó hasta cinco minutos el encuentro y el Betis, con más torpeza que acierto, buscó el gol del triunfo, los nervios atenazaron todas las ideas del cuadro verdiblanco. Emaná, en el último minuto, pudo hacer una jugada de gol, pero fue demasiado ambicioso y quiso driblar al portero, amagar y rematar, mientras otros compañeros esperaban el pase de gol.
Así que reparto de puntos entre Las Palmas y Real Betis. Un resultado que no deja al cuadro del Ruiz de Lopera con mucha ventaja para mirar el futuro sin tanta incertidumbre. Un punto de seis. Poca renta para aspirar al ascenso.
Ni chicha ni limoná. El Betis no sabe o no puede. Aquí, frente al Las Palmas, era ganar sí o si para ponerse a tiro del ascenso. Todo era cuestión en el cuadro de Heliópolis de mentalización y de trabajo efectivo. Pero el equipo de Víctor Fernández no está fino. Se mueve por el campo de forma muy desequilibrada y con mucha nerviosera y el equipo desarrolla un fútbol excesivamente espeso y poco sólido para consolidar sus deseos y sus metas.
Mal comienzo, además, tuvo el Betis en el terreno canario, porque Damiá hizo un penalti claro en ese desasosiego que en defensa tiene el once verdiblanco. Menos mal que Goitia detuvo el tiro de los once metros y que todo volvió a empezar, aunque el juez de la contienda expulsó al defensa bético que había hecho la falta máxima.
Otra vez el Betis en inferioridad. Y todo no puede hacerlo Emaná, que se multiplicó por todo el terreno de juego para mandar, templar y dominar. Pero al once sevillano se pesa de forma excesiva esa responsabilidad de ponerse en clasificación para el salto a Primera. Sobre todo, porque no solo el Betis juega con el rival de turno, sino con todos los que se están apuntando a este ascenso a la División de Honor.
En la segunda parte, el Las Palmas se quedó con un jugador menos –tarjeta roja a Miguel García--, porque el cuadro canario jugó continuamente con el hacha de guerra. Al menos, con esta nueva expulsión, los dos equipos quedaron con los mismos hombres sobre la yerba. El Betis aprovechó mejor esta inferioridad numérica del cuadro canario y buscó con más sentido el ataque al marco local, Otra vez Emaná fue pieza clave para este resurgir verdiblanco y en un buen contragolpe, Emaná remató un pase medido de Pereira –gran galopada--, para marcar un merecido gol.
Parecía que podía ser el tanto de la esperada victoria del Betis. Pero el once de Víctor Fernández cometió excesivos errores en el centro del campo para poder congelar el juego y esconder el balón hasta los últimos minutos. Estas deficiencias verdiblancas, estos pasos atrás, permitió Rondón, en un centro a balón parado, se adelantara a la defensa sevillana y rematara de cabeza ante el sorprendido Goitia. Empate del once de Las Palmas. Aunque el árbitro prolongó hasta cinco minutos el encuentro y el Betis, con más torpeza que acierto, buscó el gol del triunfo, los nervios atenazaron todas las ideas del cuadro verdiblanco. Emaná, en el último minuto, pudo hacer una jugada de gol, pero fue demasiado ambicioso y quiso driblar al portero, amagar y rematar, mientras otros compañeros esperaban el pase de gol.
Así que reparto de puntos entre Las Palmas y Real Betis. Un resultado que no deja al cuadro del Ruiz de Lopera con mucha ventaja para mirar el futuro sin tanta incertidumbre. Un punto de seis. Poca renta para aspirar al ascenso.
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