FÚTBOL.- Ganar si o si al Cádiz era el propósito del Betis de Víctor Fernández: Y hubo goleada
Real Betis Balompié, 4, Cádiz C.F., 0.-
No hizo un excelente partido el Betis frente al Cádiz, pero el cuadro de la Tacita de Plata dio muchas facilidades, porque, además, el portero gaditano tuvo una tarde nefasta. Una goleada contundente para el cuadro de Heliópolis, que alegra algo más el panorama verdiblanco, que se pone en situación privilegiada para ese salto a la División de Honor. Pero hasta que marcó Emaná –multiplicador y efectivo en todo momento--, el once de Víctor el del Betis estuvo desdibujado, sin orden ni concierto.
Son tiempos difíciles para el equipo de Heliópolis. Los últimos encuentros no han sido buenos para mantenerse en los puestos de cabeza. Víctor Fernández lucha contra todos los elementos para llevar sensatez y serenidad al juego de los verdiblancos en esta Segunda División tan cruel y en la que hay muchos cuchillos largos.
Recuperar otra vez ese ritmo de juego y de victorias era él propósito del entrenador bético. Porque en esta recta final no se puede fracasar en ese intento de colocarse en zona de descenso. Víctor Fernández trabaja con afán, pero hay excesivo nerviosismo en un equipo donde hay muchas figuras que tienen experiencia y cerebro. Sin embargo, al Betis le cuesta ahora un mundo, cuando el pastel está tan cerca, machacar y machacar para alcanzar el regreso a la División de las Estrellas.
Todo en el plantel de club de Heliópolis no lo va a hacer siempre Emaná, que se multiplica y se agota en sus acciones. Hay gente, como Sergio García, que se pierde en el césped como si fuera una bolita de acero.
Las exigencias de Víctor Fernández han de ser totales. Todo el equipo a una, como en Fonteovejuna. Dejándose la piel a tiras si hace falta para arrollar al rival y conquistar esos tres puntos necesarios para ser el vencedor en cada batalla. Porque en Segunda, como un futbolista se esconda, lo único que logra en fastidiar y hacer fracasar a todo el conjunto.
Llegaba este Betis-Cádiz con bastante morbo regional. Sobre todo, porque el equipo de la Tacita de Plata anda necesitado de mucho oro futbolístico para salvarse de la quema. Víctor contra Víctor. Fernández contra Espárrago. Pero aquí sólo valía un Víctor y una Victoria. No encajaban las chirigotas. Había que bailar, en estas vísperas de Feria, por sevillanas.
Goleada de escándalo. Quizás algo abultada, porque el Cádiz mereció algo más. Pero el Betis, una vez que encontró puerta, llevo el balón hasta cuatro veces al fondo de las redes de un desacertado Casilla, que facilitó este alto marcador para los verdiblancos.
Así que victoria importante con los cuatro goles de Enmana. Caffa –tanto olímpico, lanzado de saque de esquina directo--, Melli y Sergio García, que encontró el un premio final pese a no estar en su mejor nivel de juego. Estos cuatro goles, esta clara victoria –ganar, si y si--, han de llenar de moral para lo que queda aún de Liga. El Betis está ahí arriba, muy igualado con los equipos que quieren subir a Primera.
Real Betis Balompié, 4, Cádiz C.F., 0.-
No hizo un excelente partido el Betis frente al Cádiz, pero el cuadro de la Tacita de Plata dio muchas facilidades, porque, además, el portero gaditano tuvo una tarde nefasta. Una goleada contundente para el cuadro de Heliópolis, que alegra algo más el panorama verdiblanco, que se pone en situación privilegiada para ese salto a la División de Honor. Pero hasta que marcó Emaná –multiplicador y efectivo en todo momento--, el once de Víctor el del Betis estuvo desdibujado, sin orden ni concierto.
Son tiempos difíciles para el equipo de Heliópolis. Los últimos encuentros no han sido buenos para mantenerse en los puestos de cabeza. Víctor Fernández lucha contra todos los elementos para llevar sensatez y serenidad al juego de los verdiblancos en esta Segunda División tan cruel y en la que hay muchos cuchillos largos.
Recuperar otra vez ese ritmo de juego y de victorias era él propósito del entrenador bético. Porque en esta recta final no se puede fracasar en ese intento de colocarse en zona de descenso. Víctor Fernández trabaja con afán, pero hay excesivo nerviosismo en un equipo donde hay muchas figuras que tienen experiencia y cerebro. Sin embargo, al Betis le cuesta ahora un mundo, cuando el pastel está tan cerca, machacar y machacar para alcanzar el regreso a la División de las Estrellas.
Todo en el plantel de club de Heliópolis no lo va a hacer siempre Emaná, que se multiplica y se agota en sus acciones. Hay gente, como Sergio García, que se pierde en el césped como si fuera una bolita de acero.
Las exigencias de Víctor Fernández han de ser totales. Todo el equipo a una, como en Fonteovejuna. Dejándose la piel a tiras si hace falta para arrollar al rival y conquistar esos tres puntos necesarios para ser el vencedor en cada batalla. Porque en Segunda, como un futbolista se esconda, lo único que logra en fastidiar y hacer fracasar a todo el conjunto.
Llegaba este Betis-Cádiz con bastante morbo regional. Sobre todo, porque el equipo de la Tacita de Plata anda necesitado de mucho oro futbolístico para salvarse de la quema. Víctor contra Víctor. Fernández contra Espárrago. Pero aquí sólo valía un Víctor y una Victoria. No encajaban las chirigotas. Había que bailar, en estas vísperas de Feria, por sevillanas.
Goleada de escándalo. Quizás algo abultada, porque el Cádiz mereció algo más. Pero el Betis, una vez que encontró puerta, llevo el balón hasta cuatro veces al fondo de las redes de un desacertado Casilla, que facilitó este alto marcador para los verdiblancos.
Así que victoria importante con los cuatro goles de Enmana. Caffa –tanto olímpico, lanzado de saque de esquina directo--, Melli y Sergio García, que encontró el un premio final pese a no estar en su mejor nivel de juego. Estos cuatro goles, esta clara victoria –ganar, si y si--, han de llenar de moral para lo que queda aún de Liga. El Betis está ahí arriba, muy igualado con los equipos que quieren subir a Primera.
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