Sevilla, 1; Racing de Santander, 2.- Doce puntos ha perdido el club de Nervión con equipos teóricamente muy inferiores. Aunque no se puede hablar de espejismo por el buen resultado en Copa frente al Barcelona en el Nou Camp, en el torneo de la regularidad, en el torneo de Liga, el Sevilla ha vuelto a dar un fuerte traspiés para esos s sueños de clasificación en zona de Champions.
El Sevilla de Jiménez, con más bajas aún que en el partido de Copa en Barcelona, tiene un grave problema desde que comenzó la temporada. No tiene un buen centro del campo. No dispone de dos jugadores que hagan una labor adecuada en esta zona. Un pensador, un cerebro, por una parte; y un todo terreno, por otra. Si además al cuadro de Nervión le falta la buena dinamita en el ataque, casos de Fabiano y Kanouté, es un colectivo vulnerable en todos los sentidos futboleros. El Racing de Santander aguantó los primeros palos de inquietud local y fue superando bien los altibajos de un desorientado Sevilla. Desde el centro del campo, el cuadro cántabro se fue creciendo y dominando esta parcela puso balones de oro a los puntas. Aunque la defensa sevillista quiso aguantar las ofensivas peligrosas de los visitantes, la calidad de Canales, un delantero que está en la cartera de Monchi, decidió por su calidad y gran clase. Palop, pese a su veteranía, no pudo atajar las dos incursiones del joven atacante que marcó dos auténticos golazos. Dos bombazos en el Sánchez Pizjuán. Susto y enfado en las gradas.
En el primer tiempo ya estaba en el zurrón santanderino sus dos grandes goles y un Sevilla sonado que no realizaba un fútbol ajustado para poder arreglar el desaguisado. Muchos de los jugadores, incluidos Capel, Negredo, Adriano y Perotti, no daban solución a los continuados males del equipo. La grada, rabiosa, mostró su desagrado y sonaron pitos contra Jiménez.
En la segunda parte, el equipo de Nervión intentó aprovechar el aguante santanderino, que quiso conservar la ventaja echando hacia atrás a muchos de sus hombres. En este periodo realizó un enorme esfuerzo el cuadro de Jiménez, pero unas veces la acertada defensa cántabra y otras los aciertos del portero visitante acabaron con los deseos locales. En una falta lanzada por Drago, fue Romaric quien encontró puerta para acortar las diferencias del marcador. Pero no hubo más en el equipo sevillano. Fue un querer y no perder. Entre las bajas, las apuestas de Jiménez por la cantera. aún verde para tantas responsabilidades, y la falta de recursos técnicos y tácticos, equipos como este del Racing de Santander, así como el Málaga, el Español, el Valladolid y el Getafe –equipos de tercera fila--, han machacado al Sevilla en su propio terreno. Un Sevilla que, según dice su presidente, José María del Nido, es el mejor club del mundo, pero que últimamente no lo está demostrando en la Liga Española.
Otra derrota. Tres puntos que vuelan de Nervión. Los equipos rivales en Nervión, como el Santander, golpean varias veces, pero nunca hay una respuesta ni una reacción adecuada por parte del equipo que entrena el de Arahal. Otra decepción para la afición sevillista. Los resultados finales de la jornada pueden hundir aún más al cuadro de Nervión en la tabla clasificatoria, alejándose de esos puestos de Champions y de otras glorias deportivas. Para equipos modestos, débiles y humildes, el Sánchez Pizjuán se ha convertido en zona abierta para puntuar con justicia y contundencia. El Sevilla, como hermanitas de la caridad, regala puntos a cualquier equipo que pise el terreno de los blancos. El Sánchez Pizjuán es una tómbola.
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