FÚTBOL.- Al Betis le “robaron” la cartera en el Carranza en el tiempo de prolongación y pierde la victoria que tenía
Cádiz, 2; Real Betis, 2.- El Cádiz jugó mejor que el Betis a lo largo de los noventa minutos, pero hasta el final y en tiempo de prolongación y por el insistente ataque local, fue cuando los futbolistas del equipo del Carranza pudieron nivelar la contienda. Los verdiblancos estaban en ese tiempo con todo a su favor. El equipo de Heliópolis, que durante el primer tiempo había jugado mal y sin genio, logró en dos golpes de fortuna –goles de Rodri y Pavone--, darle la vuelta al marcador y ponerse por delante en el marcador.
El Cádíz se había volcado sobre la yerba del Carranza con un fútbol de lucha y de pundonor. Defendiendo con garra, organizo continuados contragolpes para sorprender a la retaguardia bética, que salvo Arzu mostró muchas debilidades. La casta y la raza estaba en el juego de los gaditanos y fruto de su constancia y su peligrosidad llegó su primer gol, marcando las distancias que había en el terreno de juego entre locales y visitantes.
Los 3.000 aficionados verdiblancos que asistieron al campo del Cádiz estaban sorprendidos de la debilidad y la mediocridad del equipo que entrena Tapia. El Cádiz dominó con más nivel y el Betis se movía con excesivos errores y con fallos garrafales.
Cambió el partido en la segunda parte por el acierto del Betis en dos brillantes y oportunos zarpazos. Tuvo fortuna el equipo verdiblanco y Rodri y Pavone lograron dos importantes goles para amarrar un triunfo. Pero todo fue un puro espejismo. Volvió a la carga el Cádiz con fútbol más responsable y trepidante. Los locales despertaron del mal sueño y buscó con ansiedad y con enorme espíritu de lucha equilibrar el marcador.
Dentro del tiempo de prórroga, los locales lograron ese empate. El Betis, que intentó dormir el partido para irse con una victoria afortunada, no supo amarrar a los ambiciosos gaditanos y las tablas llegaron al marcador final del Carranza.
No ha dado buena imagen el Betis en el estadio gaditano. Fue a veces muy superior el Cádiz, que puso mucha más voluntad y más ganas para doblegar a los verdiblancos. En el equipo de Tapia, mucha suficiencia, poca responsabilidad, escaso fútbol y mediocre juego organizativo. Es verdad que en dos golpes pudo cambiar el signo del partido, pero cuando no hay profundos recursos para mantener el nivel, al final llega el equipo rival y te hace la pajarraco.
Con la victoria en las manos, el pundonoroso Cádiz provocó en ese tiempo de prolongación un amargo final para los béticos. El equipo gaditano le “robó” al cuadro bético dos de esos tres puntos de este litigio que tuvieron tan cerca. Es un pasito adelante del Betis de Tapia, pero son pasitos muy lentos y defraudantes.
Cádiz, 2; Real Betis, 2.- El Cádiz jugó mejor que el Betis a lo largo de los noventa minutos, pero hasta el final y en tiempo de prolongación y por el insistente ataque local, fue cuando los futbolistas del equipo del Carranza pudieron nivelar la contienda. Los verdiblancos estaban en ese tiempo con todo a su favor. El equipo de Heliópolis, que durante el primer tiempo había jugado mal y sin genio, logró en dos golpes de fortuna –goles de Rodri y Pavone--, darle la vuelta al marcador y ponerse por delante en el marcador.
El Cádíz se había volcado sobre la yerba del Carranza con un fútbol de lucha y de pundonor. Defendiendo con garra, organizo continuados contragolpes para sorprender a la retaguardia bética, que salvo Arzu mostró muchas debilidades. La casta y la raza estaba en el juego de los gaditanos y fruto de su constancia y su peligrosidad llegó su primer gol, marcando las distancias que había en el terreno de juego entre locales y visitantes.
Los 3.000 aficionados verdiblancos que asistieron al campo del Cádiz estaban sorprendidos de la debilidad y la mediocridad del equipo que entrena Tapia. El Cádiz dominó con más nivel y el Betis se movía con excesivos errores y con fallos garrafales.
Cambió el partido en la segunda parte por el acierto del Betis en dos brillantes y oportunos zarpazos. Tuvo fortuna el equipo verdiblanco y Rodri y Pavone lograron dos importantes goles para amarrar un triunfo. Pero todo fue un puro espejismo. Volvió a la carga el Cádiz con fútbol más responsable y trepidante. Los locales despertaron del mal sueño y buscó con ansiedad y con enorme espíritu de lucha equilibrar el marcador.
Dentro del tiempo de prórroga, los locales lograron ese empate. El Betis, que intentó dormir el partido para irse con una victoria afortunada, no supo amarrar a los ambiciosos gaditanos y las tablas llegaron al marcador final del Carranza.
No ha dado buena imagen el Betis en el estadio gaditano. Fue a veces muy superior el Cádiz, que puso mucha más voluntad y más ganas para doblegar a los verdiblancos. En el equipo de Tapia, mucha suficiencia, poca responsabilidad, escaso fútbol y mediocre juego organizativo. Es verdad que en dos golpes pudo cambiar el signo del partido, pero cuando no hay profundos recursos para mantener el nivel, al final llega el equipo rival y te hace la pajarraco.
Con la victoria en las manos, el pundonoroso Cádiz provocó en ese tiempo de prolongación un amargo final para los béticos. El equipo gaditano le “robó” al cuadro bético dos de esos tres puntos de este litigio que tuvieron tan cerca. Es un pasito adelante del Betis de Tapia, pero son pasitos muy lentos y defraudantes.
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