Sevilla Ciudad.- La “torrija” de Robles
Desde que el ínclito Paco Robles, que tiene gatos grandes en la barriga, escribe en el diario de pequeño formato cree que todo el monte es orégano y que está siempre en posesión de la verdad. Además, en sus horrendos escritos panfletarios quiere dar clases de literatura, manipulando hasta las definiciones de las palabras que están recogidas en los diccionario de nuestra Lengua Española.
Sentenciaba este ignorante locutorcillo de cartón piedra que la acepción “torrija”, tal como era utilizado por él contra un político municipal, no aparecía en los gruesos volúmenes que hay editados sobre nuestro rico y extenso vocabulario.
Torrija, así de simple, ya se sabe que es la rica empanada empapada en leche y huevo y frita, a la que se le añade almíbar.
Pero también es conocida otra acepción de “torrija”. Y no es para acusar a una persona de tener una empanada mental, sino más bien y más correcto para definir la borrachera de alguien en particular o en general.
Llamarle a alguien “borracho” en un periódico es un insulto grave que debería ser seriamente sancionado por las autoridades competentes. La APS, que ha sido tan diligente estos días para defender a una parte, también ha de actuar con objetividad e imparcialidad en los casos en los que alguien escribe con tanta zafiedad en la prensa.
Robles quiere contar chistes todos los días en su recuadrito, pero con el malage que tiene es tarea muy difícil y complicada. Y lo grave de todo es que el antiguo dependiente de Los Arcos se cree hasta gracioso. Yo me quedo con Mingote o Martínmorales. Ellos dos son más serios.
Fernando GELÁN
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