COFRADÍAS.- Peligrosas amistades
Relato, leyenda, fábula, narración o tormento. Vaya tela del telón la letra y la poca música del Fiscal en el Diario de Sevilla para describir, de forma extraña, las sesiones de trabajo y gastronomía andaluza del delegado de Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, con tres invitados y un deseo: La seguridad en la carrera oficial de la Semana Santa de Sevilla, según la ley administrativa.
Después de lo leído y expuesto en ese farragoso mamotreto de la página cofradiera, sacamos una conclusión: Para qué queremos saber los langostinos que se comieron en Sanlúcar de Barrameda y la corbata que se tuvo que poner el cuarteto para sentarse a degustar los platos del amplio menú servido en la “pecera” del Aero.
De los cuatro personajes, uno de ellos, que quiere meter baza en todos los fregaos, sólo busca notoriedad y publicidad mediática al precio que sea. Además se vende por un plato de lentejas.
La carrera oficial de nuestra Pasión sevillana tiene una lógica solución. La Campana, tal como está, es un peligro inminente. Esta cuestión no la quieren reconocer las “amistades peligrosas” que se reunieron con Gómez de Celis. El presidente del Consejo, Adolfo Arenas, dirige ya un barco que va desde este verano a la deriva. El hiniesto ha demostrado que no sabe qué tiene entre las manos y que entiende más bien poco de cofradías. Como no quiere dimitir, sigue dando la vara. La que siempre quiere llevar pegadita a la mano.
No se abordó de forma amplia y concreta un tema que puede dar una solución mágica a la carrera oficial: La ampliación de esta Vía Dolorosa a la sevillana.
Es de chiste que en esa mesa a cuatro carrillos se hable de que no se separen las familias que están agrupadas en las sillas de la Campana, en esa aplicación de las leyes de seguridad para esta zona.
Esto funcionaba de otra forma bien distinta en los tiempos de José Sánchez Dubé, que fue el primer presidente seglar del Consejo. Fue quien logró la cesión de las parcelas de sillas del Ayuntamiento, en beneficio de las hermandades que realizan estación de penitencia a la santa Iglesia Catedral.
Es ganas de marear la perdiz en temas banales y ridículos. El mejor camino a seguir es el estudio, nada complicado, para llevar a cabo una ampliación de la carrera oficial.
El actual Ayuntamiento sólo tiene que comprobar el proyecto que hizo la propia Corporación Municipal para la Semana Santa de la Exposición de 1929. Y entonces Sevilla no tenía como ahora 700.000 habitantes.
Así, pues, cirugía en las parcelas de la Campana y alargamiento de sillas y palcos por Fray Ceferino González y hasta por delante del Archivo de Indias y de Correos.
Y en esas convocatorias, amigo Celis, han sobrado algunos intrusos e ignorantes. .
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