El Ayuntamiento de Sevilla fue hoy el marco de una concentración para mostrar la repulsa de la Corporación Municipal y de los ciudadanos por el último asesinato, cometido por la banda terrorista ETA en Azpeitia (Guipúzcoa), delempresario Ignacio Uria Mendizabal. El alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín, encabezó esta concentración en el anden de Plaza Nueva.
Por otra parte, la Fundación contra el Terrorismo y la Violencia Alberto Jiménez Becerril condena enérgicamente el execrable atentado terrorista que ha costado la vida al empresario Ignacio Uría Mendizabal
La Fundación Alberto Jiménez Becerril quiere, en primer lugar, hacer llegar a la familia y amigos de Ignacio Uría Mendizábal sus sentimientos más profundos de solidaridad y cercanía en estos difíciles momentos por los que están pasando.
Los violentos nunca conseguirán su objetivo.
La violencia terrorista no tiene justificación alguna y su único fin es el de desaparecer de nuestras vidas.
El asesinato de Ignacio Uría, como todos los anteriores, sólo produce dolor, pero nos reafirma en la creencia de la libertad y de los valores de convivencia, respeto a la pluralidad y pervivencia del estado de derecho, que debe funcionar para llevar, más pronto que tarde, a los asesinos ante la justicia.
Queremos transmitir, también desde aquí, nuestro apoyo y reconocimiento a los empresarios vascos quienes desde la permanente extorsión a que se ven sometidos, en la mayoría de los casos no se pliegan en su compromiso con la construcción de una sociedad avanzada, moderna y, sobre todo, democrática.
Por último, animamos a todos y todas a sumarse a los diversos actos de repulsa que se realizarán, desde la unidad de los partidos políticos y fuerzas democráticas, como testimonio de condena de este cruel atentado.
La Fundación Alberto Jiménez Becerril quiere, en primer lugar, hacer llegar a la familia y amigos de Ignacio Uría Mendizábal sus sentimientos más profundos de solidaridad y cercanía en estos difíciles momentos por los que están pasando.
Los violentos nunca conseguirán su objetivo.
La violencia terrorista no tiene justificación alguna y su único fin es el de desaparecer de nuestras vidas.
El asesinato de Ignacio Uría, como todos los anteriores, sólo produce dolor, pero nos reafirma en la creencia de la libertad y de los valores de convivencia, respeto a la pluralidad y pervivencia del estado de derecho, que debe funcionar para llevar, más pronto que tarde, a los asesinos ante la justicia.
Queremos transmitir, también desde aquí, nuestro apoyo y reconocimiento a los empresarios vascos quienes desde la permanente extorsión a que se ven sometidos, en la mayoría de los casos no se pliegan en su compromiso con la construcción de una sociedad avanzada, moderna y, sobre todo, democrática.
Por último, animamos a todos y todas a sumarse a los diversos actos de repulsa que se realizarán, desde la unidad de los partidos políticos y fuerzas democráticas, como testimonio de condena de este cruel atentado.
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