El futuro del cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, es incierto. No se sabe si cuando en agosto cumpla los 75 años y ya esté en Sevilla el arzobispo coadjutor, el de Medina de Rioseco coja camino, puerta y viti y se marche de nuestra ciudad o se quede en ella, porque puede seguir ejerciendo su ministerio en esta ciudad con el apoyo incondicional del Papa.
Aún está por ver si el arzobispo Asenjo, cuando llegue de Córdoba, se asiente en el Seminario de la Palmera --en donde estuvo el canterano campo del Puerto--, o se vaya a vivir al Palacio Arzobispal.
Cuando llegó a Sevilla Bueno Monreal se fue a residir al Palacio de San Telmo, antes de que el edificio pasara a ser el de la presidencia de la Junta de Andalucía. El propio Amigo, cuando vino a ayudar al maño, dio sus primeros pasos en el Palacio de los Montpensier, que aún se conocía como la "fábrica de curas".
También está por ver si Amigo Vallejo va a fijar su residencia en el pueblecito de Pilas o se trasladará a algún lugar del norte de España, tirando para el Océano Atlántico. Dicen algunas lenguas de doble filo sevillanas que el día de San Carlos Borromeo, cuando ya estaba todo cocido sobre el arzobispo coadjutor, que la carita de monseñor Amigo no estaba para muchas felicitaciones. Esta historia la coge El Fiscal del Diario de Sevilla y escribe una novela como la que José Félix Machuca ha editado sobre "Las edades de Sevilla". Un poquito antes, y el autor de los guiones radiofónicos y televisivos del Loco de la Colina mete en esta nueva obra la edad en la que le llegó el relevo a Amigo Vallejo.
Es curioso: Se va a retirar con suspense el de la Narrativa de Alcalá, y también produce sicosis el porvenir del cura que llegó de Tánger con aquel báculo que Burgos bautizó como el de "Magefesa". El de los gatos sigue dándole caña, como si se tratara de un apéndice del Pregón Cofradiero del Folklore de las Hermandades que con el paso racheado pronunció en el Maestranza.
Pregón que el año que viene pronunciará el abogado laboralista Henares. Este sí que entiende de buen paso, de tranbajadera fina y mecidas. Y como es tan taurino, capaz es de salir no sólo a hombros como Buzón, sino con orejas y rabo, entregadas por el mismísimo Curro Romero. Para eso está preparado Vázquez Capilla, que tiene mucha mano para todo.
Así que antes de que el prelado hispalense se jubile, los de la Cofradía de Penitencia del Polígono de San Pablo, que tanto tienen que agradecer al vallisoletano, se presentaron en el Palacio Arzobispal antes de que llegue El Cordobés con sus saltos de ranas. Amigo Vallejo, como ya publicó en exclusiva nuestros medios, estuvo el pasado Lunes Santo, por la mañana temprano, en San Ignacio de Loyola. Allí vivió las entrañables horas de vísperas de la primera salida del Cautivo y del Rosario de Álvarez Duarte, dando la bendición a todos los grandes nazarenos de aquel Distrito.
Así que, en esa jornada de entrañable convivencia entre los cofrades de San Pablo y el cardenal Amigo, la Junta que preside el trianero Márquez
gozó por un buen tiempo con este encuentro entre Iglesia y la notable representación de un popular barrio de Sevilla.
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