viernes, 10 de mayo de 2013

Gran triunfo del rejoneador Diego Ventura en Jerez de la Frontera


Diego Ventura ha vuelto a cuajar una gran tarde en Jerez, conquistando de nuevo a un público que sabe ver y valorar en su justa medida el toreo a caballo. Lo que no ha sido justo es el balance final de la tarde. Ventura tendría que haber salido hoy del coso jerezano al menos con cuatro orejas, premio que el rejón de muerte se ha encargado de reducir a dos. Pero por encima de trofeos contantes y sonantes queda el regusto de una tarde completa en la que Ventura se ha mostrado como un maestro del arte del rejoneo.
Lo hizo en sus dos toros, a los que dio la lidia oportuna apoyado en su soberbia cuadra. Ventura aprovecha las virtudes de los toros para construir grandes obras, pero la diferencia la marca cuando corrige defectos de toros complicados y los convierte en animales aptos para el triunfo. Eso sucedió en el primero de lo lote, un toro al que hizo de principio a fin.
Este segundo de la tarde salió muy distraído y manso, buscando tablas desde el principio, con ganas de rehusar la pelea. Ventura se dobló bien con el montando a Maletilla de salida y clavó un solo rejón de castigo. El hierro y el temple de Ventura hicieron el milagro: el toro empezó a embestir.
En banderillas comenzó con Nazarí, encelando muy bien al toro, metiéndolo muy bien en la canasta a dos pistas galopando con gran temple y poniendo dos banderillas excelentes. Con Ordóñez siguió haciendo crecer la faena clavando con mucha pureza y adornándose después con piruetas en la misma cara. Cerró la faena con Remate poniendo cortas al violín y un par a dos manos. La pena es que pinchó dos veces antes de dejar un rejón que no fue suficiente, teniendo que descabellar. Esto apartó un triunfo seguro de las manos del rejoneador de La Puebla.
Al quinto lo paró con Buena Vibra de forma magistral, doblándose muy bien con el toro y clavando un rejón de castigo. En banderillas llegó el recital de Ventura. Lo bordó con Pegaso, clavando primero un palo andando hacia atrás, esperándolo mucho y otro más dejándose también llegar al toro. Ahí marcó la diferencia, hizo lo que nadie hoy hace en el rejoneo y el público de Jerez reaccionó a la perfección. Después de la segunda banderilla, y ya roto y a gusto con su caballo, se adornó con dos pasadas extraordinarias.
Sacó a continuación a Milagro y quebró de forma asombrosa tres veces, una sin intención de clavar y las otras dia clavando banderillas extraordinarias que pusieron la plaza en pie. La faena alcanzaba un nivel estratosférico.
El final con Cigarrera estuvo lleno de viveza: puso tres cortas muy ligadas como colofón a una excelente faena. Pincho dos veces antes de dejar un rejonazo, pero cómo sería el calado de la actuación de Ventura que el público obligó literalmente al presidente a otorgar dos orejas. Jerez quería sacar a hombros como fuera al rejoneador que había hecho temblar los cimientos de su centenario coso.
Ficha del festejo:
Plaza de toros de Jerez de la Frontera (Cádiz). Media entrada.
Se lidiaron toros de Fermín Bohorquez, manejables.
Fermín Bohórquez, oreja y oreja.
Diego Ventura, ovación y dos orejas.
Manuel Manzanares, ovación y palmas.

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