viernes, 9 de abril de 2010

TOROS EN SEVILLA.- Los novilleros no supieron aprovechar las buenas reses de Espartaco


TOROS EN SEVILLA.- Novillos de Espartaco abrieron en la Maestranza el ciclo continuado de Pre-feria y Feria de Abril

FICHA DE LA CORRIDA

Plaza de Toros de la Real Maestranza
Segunda de abono. Viernes, 9 de abril de 2010
Seis novillos de la ganadería de Juan Ruiz Espartaco.

* Luís Miguel Casares, leves aplausos y silencio.
* Cristian Escribano, vuelta al ruedo y dos avisos.
* Esaú Fernández, silencio y breves aplausos.

Crónica del periodista Fernando Gelán

Ni chicha ni limoná. Se esperaba algo más de los novilleros, porque Juan Ruiz “Espartaco” había seleccionado unas buenas reses, que dieron buen juego para la lidia. Pero solamente hubo pequeños y aislados detalles sobre el albero, en una jornada donde había ganas de crear ya el ambiente taurino de Sevilla.
Hay que destacar de forma especial las buenas estampas de los novillos de la ganadería de Espartaco. Fue lo más destacado y sobresaliente de una tarde que defraudó algo, pues los jóvenes novilleros no sacaron provecho de la calidad y bravura de los animales. Un encierro extraordinario del ganadero Espartaco.
Resultó curioso que el cuarto del festejo, un excelente novillo de nombre “Zoletillo”, se le escapara casi vivo al el espada de turno, el aragonés Casares. El animal fue bravo, dócil, manejable y, además, bajaba la cabeza en busca de la muleta y de continuados buenos y artísticos pases. Pero Luís Miguel Casares si te ví no me acuerdo. Y eso que contó el de Zaragoza con el apoyo del respetable, viendo que la res era pan bendito para una faena cumbre. Terminó Casares muy escaso de ideas ante un magnífico novillo que pudo ser indultado por su calidad y bravura y que se fue al desolladero con las orejas puestas y con la correspondiente ovación del público, dedicada al excelente animal.
No hubo más. Casares en su primero, con valor y tesón, arrancó la música, pero terminó oyendo tímidos aplausos. También se ovacionó al morlaco. Cristian Escribano poco más. El de Getafe, que es muy listo, peleó con el novillo con ganas y mató de buen estoconazo. Hubo leve petición de oreja, pero Fernández Rey, el presidente, miró al cielo y no le oyó. Cristian, con rabia, dio una sorprendente vuelta al ruedo. Luego, en su segundo, dejó dos detallitos de arte frente a Mimbrero, pero acabo recibiendo dos avisos porque alargó inútilmente el encuentro con el novillo, pinchando y descabellando en tres ocasiones.
Por su parte, el camero Esaú Fernández no encontró nunca esas formas de ajustarse en la faenas, pese a su buena voluntad y deseos de agradar. Tuvo buena intención en sus dos novillos, pero no hubo pellizco y la pelea novillero-novillo quedó apagada y sin luces. En el segundo hasta la músico sonó en su honor, pero se fue apagando como su débil toreo.
Juan Ruiz “Espartaco” siguió el festejo novilleril desde uno de los balcones de la grada alta de sombra, manifestando al final que su ganado había mostrado buenas hechuras en el ruedo, acertada lámina, haciendo siempre un buen juego en todos los tercios. Los encuentros entre novillos y picadores fueron bastantes aceptables. Un adecuado encierro que agradó a los muchos aficionados que se dieron cita en la Real Maestranza, en este comienzo del ciclo continuado. Premio para Espartaco.

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