* La mayoría de los robos y hurtos eran cometidos con gran violencia, utilizando armas de fuego y armas blancas prohibidas con las que amenazaban y golpeaban a sus víctimas
* El valor de lo robado supera los 400.000 euros y los efectos eran enviados a Rumanía y Alemania donde los vendían en el mercado negro
La Guardia Civil, en el marco de la Operación Karma, ha desarticulado dos violentas organizaciones delictivas dedicadas a robos con violencia e intimidación en viviendas y establecimientos públicos de las provincias de Sevilla, Málaga, Córdoba y León, informa la Guardia Civil.
La citada fuente indica que hay 23 personas detenidas y se ha actuado contra otras 25 como investigadas. Han sido esclarecidos 104 delitos de robo y hurto y se ha incautado abundante material procedente de los robos, además de 87 plantas de marihuana y materiales eléctricos y otros enseres utilizados en este tipo de plantaciones.
También se han aprehendido tres pistolas detonadoras, una de fogueo, una de avancarga, una escopeta del calibre 12, abundante munición, un machete, una espada, varios geolocalizadores y GPS e inhibidores de frecuencia de gran potencia. También ha sido intervenida numerosa maquinaria para realizar los robos como cizallas, herramientas, mazas, pistolas remachadoras, troqueladoras, punzones, y efectos para ocultarse y evitar ser identificados cuando cometían los robos.
La investigación se inició en el año 2018 tras producirse varios robos en viviendas y comercios de las localidades de Cuevas de San Marcos y Archidona (Málaga) con el mismo modus operandi, que generaron alarma social en la zona.
Los investigadores detectaron dos organizaciones criminales, una de ciudadanos rumanos y otra de españoles, que estaban actuando de forma coordinada y conjunta, generalmente de madrugada y con gran violencia.
Estas organizaciones estaban asentadas en diferentes poblaciones de la comarca de Antequera, desde donde se desplazaban a las provincias de Sevilla y Córdoba para cometer los robos. Cometían los asaltos en el interior de viviendas, naves, bares y comercios, especializándose en los últimos meses en robar únicamente dinero en efectivo de las cajas registradoras. El valor de los efectos y el dinero sustraído excedía de los 400.000 euros.
Para cometer los atracos utilizaban indistintamente el alunizaje y el butrón, rompiendo cajas registradoras, puertas, ventanas y escaparates por los que accedían a las viviendas y comercios. Usaban vehículos todo-terreno, que previamente habían sustraído, para empotrarlos contra la puerta de los establecimientos y sus escaparates. Cargaban los efectos robados en sus vehículos para posteriormente trasladarlos hasta sus domicilios donde los ocultaban.
Extremaban las medidas de seguridad para evitar ser detectados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, llegando incluso a repostar los vehículos robados con garrafas de gasolina en zonas de campo ocultas para evitar ser grabados por cámaras de seguridad. Además, se desplazaban con vehículos lanzaderas hasta el lugar donde iban a cometer los asaltos y realizaban contravigilancias para evitar ser detenidos. Los vehículos robados eran abandonados en poblaciones cercanas a su domicilio, llegando a quemarlos para eliminar las huellas.
Una vez que acumulaban un gran botín, trasladaban en furgoneta los objetos robados hasta Rumania y Alemania donde eran vendidos en el mercado negro. El dinero era trasladado por una mujer de la organización, que lo llevaba oculto entre sus ropas, y viajaba en autobús para no infundir sospechas.
Actuaciones violentas
La mayoría de los robos y hurtos realizados eran cometidos con gran violencia, llegando incluso a amenazar y golpear a sus víctimas. Portaban armas de fuego y diversas armas blancas prohibidas con las que los amedrentaban. Actuaban siempre con pasamontañas, máscaras y guantes para evitar ser identificados.
Si eran sorprendidos por los agentes mientras cometían los robos, se daban inmediatamente a la fuga y no dudaban en arremeter contra los vehículos policiales, llegando incluso a tirar pinchos de pequeño diámetro para así reventar los neumáticos de los vehículos. En cuatro ocasiones realizaron estas acciones, quedando dañados vehículos de Policía Nacional y de Guardia Civil.
Los detenidos e investigados poseen numerosos antecedentes penales por diversos delitos contra el patrimonio, tráfico de drogas e incluso uno de ellos por homicidio al que le figura una orden de búsqueda, detención e ingreso en prisión.
Esta operación ha sido llevada a cabo por el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de la Compañía de Antequera --informa finalmente la Guardia Civil--, con el apoyo del GRS-2 de Sevilla, USECIC de las Comandancias de Sevilla y Córdoba, Servicio Cinológico de Málaga, Equipos ROCA de Antequera (Málaga) y Osuna (Sevilla), Equipo de Policía Judicial de Puente Genil (Córdoba) y diversas patrullas de Seguridad Ciudadana de la Compañía de Antequera y de Lucena (Córdoba). (Foto: GC).
También se han aprehendido tres pistolas detonadoras, una de fogueo, una de avancarga, una escopeta del calibre 12, abundante munición, un machete, una espada, varios geolocalizadores y GPS e inhibidores de frecuencia de gran potencia. También ha sido intervenida numerosa maquinaria para realizar los robos como cizallas, herramientas, mazas, pistolas remachadoras, troqueladoras, punzones, y efectos para ocultarse y evitar ser identificados cuando cometían los robos.
La investigación se inició en el año 2018 tras producirse varios robos en viviendas y comercios de las localidades de Cuevas de San Marcos y Archidona (Málaga) con el mismo modus operandi, que generaron alarma social en la zona.
Los investigadores detectaron dos organizaciones criminales, una de ciudadanos rumanos y otra de españoles, que estaban actuando de forma coordinada y conjunta, generalmente de madrugada y con gran violencia.
Estas organizaciones estaban asentadas en diferentes poblaciones de la comarca de Antequera, desde donde se desplazaban a las provincias de Sevilla y Córdoba para cometer los robos. Cometían los asaltos en el interior de viviendas, naves, bares y comercios, especializándose en los últimos meses en robar únicamente dinero en efectivo de las cajas registradoras. El valor de los efectos y el dinero sustraído excedía de los 400.000 euros.
Para cometer los atracos utilizaban indistintamente el alunizaje y el butrón, rompiendo cajas registradoras, puertas, ventanas y escaparates por los que accedían a las viviendas y comercios. Usaban vehículos todo-terreno, que previamente habían sustraído, para empotrarlos contra la puerta de los establecimientos y sus escaparates. Cargaban los efectos robados en sus vehículos para posteriormente trasladarlos hasta sus domicilios donde los ocultaban.
Extremaban las medidas de seguridad para evitar ser detectados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, llegando incluso a repostar los vehículos robados con garrafas de gasolina en zonas de campo ocultas para evitar ser grabados por cámaras de seguridad. Además, se desplazaban con vehículos lanzaderas hasta el lugar donde iban a cometer los asaltos y realizaban contravigilancias para evitar ser detenidos. Los vehículos robados eran abandonados en poblaciones cercanas a su domicilio, llegando a quemarlos para eliminar las huellas.
Una vez que acumulaban un gran botín, trasladaban en furgoneta los objetos robados hasta Rumania y Alemania donde eran vendidos en el mercado negro. El dinero era trasladado por una mujer de la organización, que lo llevaba oculto entre sus ropas, y viajaba en autobús para no infundir sospechas.
Actuaciones violentas
La mayoría de los robos y hurtos realizados eran cometidos con gran violencia, llegando incluso a amenazar y golpear a sus víctimas. Portaban armas de fuego y diversas armas blancas prohibidas con las que los amedrentaban. Actuaban siempre con pasamontañas, máscaras y guantes para evitar ser identificados.
Si eran sorprendidos por los agentes mientras cometían los robos, se daban inmediatamente a la fuga y no dudaban en arremeter contra los vehículos policiales, llegando incluso a tirar pinchos de pequeño diámetro para así reventar los neumáticos de los vehículos. En cuatro ocasiones realizaron estas acciones, quedando dañados vehículos de Policía Nacional y de Guardia Civil.
Los detenidos e investigados poseen numerosos antecedentes penales por diversos delitos contra el patrimonio, tráfico de drogas e incluso uno de ellos por homicidio al que le figura una orden de búsqueda, detención e ingreso en prisión.
Esta operación ha sido llevada a cabo por el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de la Compañía de Antequera --informa finalmente la Guardia Civil--, con el apoyo del GRS-2 de Sevilla, USECIC de las Comandancias de Sevilla y Córdoba, Servicio Cinológico de Málaga, Equipos ROCA de Antequera (Málaga) y Osuna (Sevilla), Equipo de Policía Judicial de Puente Genil (Córdoba) y diversas patrullas de Seguridad Ciudadana de la Compañía de Antequera y de Lucena (Córdoba). (Foto: GC).
No hay comentarios:
Publicar un comentario