MUJERES AL PODER
Esto ha cambiado. Estamos hartitos de ver a los hombres mandando en la política. ¡Mujeres al poder! Tenemos a Susana Díaz gobernando la Junta de Andalucía y a Carmen Castilla en la secretaría andaluza de la UGT. También en este meollo figura Carmen Crespo, actual delegada del Gobierno para Andalucía. Todas con mando en plaza. Es la revolución femenina. Se acabó ya de forma total lo de la mujer con la pata quebrada y en casa. Así, pues, ¡cómo la maravillarían las damas de nuestra querida España si todos los mandos supremos de la política nacional y local estuvieran en poder del llamado sexo débil! ¿Débil? Ahí están las Sorayas populares y socialistas… Como diría Belén Esteban, la princesa del pueblo: “Yo, mato”.
En el plano local, Zoido debería quedarse unos años en la trastienda del PP, en el invernadero, y dejar a Carmen de la Plaza de España, y no la de Merimé, que encabezara la lista de los populares a la Alcaldía. A Soledad Becerril no le fue tan mal en la Casa Grande, aunque a última hora le fallara Rojas Marcos, que en aquella extrañas elecciones municipales quiso ir en el metro con Monteseirín. En Cádiz, por ejemplo, Teófila mantiene la Alcaldía a flote frente a todas las batallas navales y terrestres de la oposición. En Sevilla, las delegadas de Hacienda y la de Deportes, Cultura y otros eventos tienen buena imagen y buenas luces para poder aspirar a la Alcaldía.
También el PSOE debería buscar una dama socialista para la Casa Grande de Plaza Nueva y dejar que Juan Espadas aprenda mejor la lección municipal para un futuro más o menos inmediato. Ya perdieron la ocasión cuando los del PSOE mandaron al ostracismo a Rosamar Prieto. Lo mismo puede hacer Izquierda Unida, dejando a Josefa Medrano como jefa suprema del grupo comunista.
Por otra parte, el PA –con buen acierto, buena táctica y tradicional buen gusto--, ya cuenta con Pilar Távora para armar la revolución en las próximas elecciones. Los andalucistas tienen la experiencia del valor de las mujeres en la Corporación Municipal. Por la Casa Grande se recuerda el paso de Paola Vivancos, que ejerció el poder con buena maña y en departamentos estrellas del Ayuntamiento de Sevilla.
Ya estamos cansados del humo que vende Zoido y de lo cortito que es Juan Espadas. ¡Mujeres al poder!
FERNANDO GELÁN, periodista y Medalla de Oro de la Ciudad de Sevilla
Esto ha cambiado. Estamos hartitos de ver a los hombres mandando en la política. ¡Mujeres al poder! Tenemos a Susana Díaz gobernando la Junta de Andalucía y a Carmen Castilla en la secretaría andaluza de la UGT. También en este meollo figura Carmen Crespo, actual delegada del Gobierno para Andalucía. Todas con mando en plaza. Es la revolución femenina. Se acabó ya de forma total lo de la mujer con la pata quebrada y en casa. Así, pues, ¡cómo la maravillarían las damas de nuestra querida España si todos los mandos supremos de la política nacional y local estuvieran en poder del llamado sexo débil! ¿Débil? Ahí están las Sorayas populares y socialistas… Como diría Belén Esteban, la princesa del pueblo: “Yo, mato”.
En el plano local, Zoido debería quedarse unos años en la trastienda del PP, en el invernadero, y dejar a Carmen de la Plaza de España, y no la de Merimé, que encabezara la lista de los populares a la Alcaldía. A Soledad Becerril no le fue tan mal en la Casa Grande, aunque a última hora le fallara Rojas Marcos, que en aquella extrañas elecciones municipales quiso ir en el metro con Monteseirín. En Cádiz, por ejemplo, Teófila mantiene la Alcaldía a flote frente a todas las batallas navales y terrestres de la oposición. En Sevilla, las delegadas de Hacienda y la de Deportes, Cultura y otros eventos tienen buena imagen y buenas luces para poder aspirar a la Alcaldía.
También el PSOE debería buscar una dama socialista para la Casa Grande de Plaza Nueva y dejar que Juan Espadas aprenda mejor la lección municipal para un futuro más o menos inmediato. Ya perdieron la ocasión cuando los del PSOE mandaron al ostracismo a Rosamar Prieto. Lo mismo puede hacer Izquierda Unida, dejando a Josefa Medrano como jefa suprema del grupo comunista.
Por otra parte, el PA –con buen acierto, buena táctica y tradicional buen gusto--, ya cuenta con Pilar Távora para armar la revolución en las próximas elecciones. Los andalucistas tienen la experiencia del valor de las mujeres en la Corporación Municipal. Por la Casa Grande se recuerda el paso de Paola Vivancos, que ejerció el poder con buena maña y en departamentos estrellas del Ayuntamiento de Sevilla.
Ya estamos cansados del humo que vende Zoido y de lo cortito que es Juan Espadas. ¡Mujeres al poder!
FERNANDO GELÁN, periodista y Medalla de Oro de la Ciudad de Sevilla
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